El conocido rally navideño, o “rally de Santa Claus”, suele traer consigo un repunte en los mercados de criptomonedas durante las últimas semanas de diciembre y los primeros días de enero.
Diversos factores explican este fenómeno, como la habitual reestructuración anual de carteras, cuando instituciones y traders ajustan sus inversiones, y el incremento estacional de la confianza inversora.
La menor liquidez típica de las fiestas puede intensificar los movimientos de precio y dar aún más impulso al rally.
Las acciones de los participantes en el mercado de activos digitales difieren notablemente durante el año frente a lo que ocurre en Navidad.
Aunque el fenómeno surgió en los mercados bursátiles tradicionales, ya ha empezado a reflejarse tanto en el oro como, más recientemente, en Bitcoin.
Los participantes del mercado reevalúan cada año el concepto de “rally navideño” según se ralentizan los mercados globales por las fiestas.
Las reacciones del oro y de Bitcoin ante episodios de baja liquidez o cambios de sentimiento pueden ser muy diferentes.
Los inversores ya debaten cuál de los dos activos, oro o Bitcoin, se verá más favorecido por el rally estacional previsto para diciembre.
Para proteger su patrimonio frente a la inflación, que erosiona el valor del dinero en papel, los inversores han recurrido al oro durante generaciones.
Los bancos centrales de todo el mundo también mantienen importantes reservas de oro como parte esencial de su estrategia a largo plazo para gestionar reservas y política monetaria.
La elevada demanda estacional de oro en los últimos meses de cada año responde habitualmente a múltiples factores.
Entre los motivos más destacados se encuentran:
En India y China, la compra de joyas suele aumentar durante las festividades y la temporada de bodas.
Los bancos centrales continúan reequilibrando sus reservas, lo que impulsa más compras de oro.
Instituciones financieras llevan a cabo ajustes de riesgo y modificaciones de carteras al cierre del ejercicio.
Diciembre no suele ser el mes en que el precio del oro se dispare, sino que más bien muestra una subida paulatina.
El oro suele ofrecer mayor seguridad que otros activos en periodos de crisis económica o conflictos geopolíticos.
Si bien su valor fluctúa con la economía global, el oro rara vez alcanza los rendimientos espectaculares que logran las criptomonedas.
Sin embargo, este año el oro ha vivido un ascenso histórico hasta los 4 380 dólares la onza, seguido de una corrección inédita.
El mercado muestra signos de recuperación en las últimas semanas, con el oro cotizando por encima de los 4 100 dólares por onza. Las posiciones largas presentan ganancias y el mercado se muestra especialmente activo.
El oro comienza a recuperarse de fuertes caídas tras el cierre de mercados, mientras la deuda de Estados Unidos se prevé que alcance pronto los 40 billones de dólares.
El oro está ya solo a un 7 % de batir nuevos máximos históricos, y los inversores son conscientes de que el gasto por déficit solo irá en aumento tras el cierre.
La percepción de Bitcoin como “oro digital” se ha consolidado notablemente desde que alcanzó los 16 000 dólares en noviembre de 2022, apreciándose de forma sostenida desde entonces.
Bitcoin superó por primera vez los 100 000 dólares el 5 de diciembre de 2024, y desde entonces ha vuelto a situarse por encima de esa cifra.
El máximo se registró en octubre de este año, con un valor algo superior a 125 000 dólares; tras ello, al igual que el oro, experimentó una importante corrección.
Pese a ello, la criptomoneda ha mantenido en buena medida el nivel psicológico de los 100 000 dólares, cayendo por debajo solo de forma puntual y breve.
La estructura descentralizada y el suministro limitado a 21 millones de monedas convierten a Bitcoin en una alternativa prometedora frente a la inflación monetaria.
No obstante, se considera una inversión más arriesgada que el oro. Si la confianza es alta, los precios pueden subir con fuerza; si es baja, pueden caer igual de rápido.
Históricamente, Bitcoin ha mostrado un desempeño especialmente destacable en el último trimestre del año.

Fuente: TradingView
En 2025, el estado actual de la economía es el factor determinante para el éxito del rally navideño.
Entre los aspectos clave figuran la disponibilidad de capital en los mercados, los indicadores de estabilidad de precios y las políticas de los bancos centrales, en especial la Reserva Federal.
En la reunión de octubre de 2025, el banco central de Estados Unidos redujo los tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos, estableciendo un nuevo rango objetivo del 3,75 %-4,00 %.
Los costes de financiación bajaron a su nivel más bajo desde finales de 2022, en línea con las expectativas del mercado y tras una reducción similar en septiembre.
La depreciación del dólar habitualmente acompaña a la bajada de tipos, lo que puede aumentar el atractivo de activos alternativos como Bitcoin.
Según el informe, la inflación oficial de Estados Unidos en septiembre de 2025 fue del 3,0 %, frente al 2,9 % de agosto. La inflación subyacente descendió ligeramente, del 3,1 % al 3,0 %.
Durante periodos de elevada inflación suele crecer el interés por activos alternativos como Bitcoin y el oro como activo refugio.
En comparación con los activos tradicionales, la liquidez de Bitcoin es mucho más volátil.
La compra de ETF y pequeñas cantidades de capital institucional pueden provocar fuertes fluctuaciones de precio a corto plazo.
La diferencia principal entre ambos activos está en sus compradores: los compradores habituales de oro son joyeros, fondos soberanos y bancos centrales. Bitcoin cuenta con el respaldo de inversores jóvenes, pioneros tecnológicos y el inversor minorista.
Ambos activos han evolucionado en paralelo en varias ocasiones en los últimos años, y 2025 ha marcado un hito especial en esa tendencia.
Sin embargo, ha habido momentos en que el ciclo de cada activo comenzaba tras el rally del otro.
Para mitigar la crisis económica causada por la pandemia en 2020, el gobierno puso en marcha amplios programas de estímulo.
Con el declive de las monedas fiduciarias, los inversores buscaron activos que ofrecieran estabilidad.
Bitcoin ganó tracción en la segunda mitad del año, mientras que el oro vivió un ascenso meteórico al inicio de 2020.
El oro finalizó el año con ligeras ganancias en torno a los 1 900 dólares, mientras Bitcoin alcanzaba su máximo y cerraba cerca de los 29 000 dólares en diciembre de 2020.
Esto demuestra que Bitcoin suele superar a los activos tradicionales como el oro cuando hay gran liquidez y tipos bajos.
La inflación se disparó entre 2021 y 2022, lo que llevó a una fuerte subida de tipos por parte de los bancos centrales.
Por su naturaleza especulativa, los activos de riesgo como Bitcoin se vieron especialmente afectados en la última caída de mercado.
Los inversores se decantaron por el oro como activo refugio tradicional, y su precio mostró una resistencia extraordinaria durante las sucesivas fases de subida.
Este caso evidencia que, en periodos de endurecimiento monetario y tensión financiera, el oro suele mantener mejor su valor que Bitcoin.
Con la paralización de datos por el cierre y el fin del bloqueo fiscal en Washington, las cifras de inflación serán decisivas para ver qué activo se impone en el rally navideño.





