El precio de Bitcoin ha caído de 126.000 dólares a los actuales 90.000 dólares, una desplome del 28,57%.
El mercado está en pánico, la liquidez se ha agotado y la presión del desapalancamiento ahoga a todos. Los datos de Coinglass muestran que el cuarto trimestre experimentó claros episodios de liquidaciones forzadas, debilitando enormemente la liquidez del mercado.
Pero al mismo tiempo, algunos factores estructurales positivos están convergiendo: la SEC de EE. UU. está a punto de lanzar una norma de “exención innovadora”, las expectativas de un ciclo de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal son cada vez más fuertes y los canales institucionales globales están madurando rápidamente.
Este es el mayor dilema del mercado actual: a corto plazo parece desastroso, a largo plazo parece prometedor.
La pregunta es: ¿de dónde vendrá el dinero para el próximo mercado alcista?
El dinero de los minoristas ya no es suficiente
Primero, desmontemos un mito que se está desmoronando: las empresas de tesorería de activos digitales (DAT, por sus siglas en inglés).
¿Qué es una DAT? En pocas palabras, es una empresa cotizada que compra criptomonedas (Bitcoin u otras altcoins) mediante la emisión de acciones y deuda, y luego obtiene beneficios gestionando activamente estos activos (staking, préstamos, etc.).
El núcleo de este modelo radica en el “volante de capital”: mientras el precio de las acciones de la empresa siga superando el valor neto de los activos (NAV) en criptomonedas que posee, puede emitir acciones a precios altos, comprar criptomonedas a precios bajos y seguir amplificando su capital.
Suena bien, pero hay un requisito: el precio de las acciones debe mantener una prima sostenida.
En cuanto el mercado gira hacia la “aversión al riesgo”, especialmente cuando Bitcoin cae en picado, esta prima de alto beta se derrumba rápidamente e incluso puede convertirse en descuento. En cuanto desaparece la prima, emitir acciones diluye el valor para los accionistas y la capacidad de financiación se agota.
Lo más importante es la escala.
Hasta septiembre de 2025, aunque ya hay más de 200 empresas que utilizan la estrategia DAT y en conjunto poseen más de 115.000 millones de dólares en activos digitales, esta cifra representa menos del 5% del mercado cripto total.
Eso significa que el poder de compra de las DAT no basta para sostener el próximo mercado alcista.
Y lo que es peor, cuando el mercado se ve presionado, las empresas DAT pueden verse obligadas a vender activos para seguir operando, añadiendo presión vendedora a un mercado ya débil.
El mercado debe encontrar fuentes de capital más grandes y estructuralmente más estables.
La Fed y la SEC abren el grifo
La escasez estructural de liquidez solo puede resolverse mediante reformas institucionales.
Reserva Federal: el grifo y la puerta
El 1 de diciembre de 2025, la política de endurecimiento cuantitativo (QT) de la Fed llegará a su fin, un punto de inflexión clave.
Durante los dos últimos años, el QT ha drenado liquidez de los mercados globales; su fin elimina una restricción estructural importante.
Más importante aún, las expectativas de recortes de tipos.
El 9 de diciembre, según el “FedWatch” de CME, la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos por parte de la Fed en diciembre es del 87,3%.
Los datos históricos son claros: durante la pandemia de 2020, los recortes de tipos y la expansión cuantitativa de la Fed hicieron que Bitcoin pasara de unos 7.000 dólares a unos 29.000 dólares a final de año. Los recortes de tipos reducen el coste de los préstamos e impulsan los flujos de capital hacia activos de mayor riesgo.
Hay una figura clave a tener en cuenta: Kevin Hassett, posible candidato a la presidencia de la Fed.
Es favorable a los criptoactivos y apoya recortes de tipos agresivos. Pero lo más importante es su doble valor estratégico:
Por un lado, es el “grifo”: decide directamente el grado de laxitud de la política monetaria, afectando al coste de la liquidez del mercado.
Por otro, es la “puerta”: determina el grado de apertura del sistema bancario estadounidense al sector cripto.
Si un líder favorable a las criptomonedas asume el cargo, podría acelerar la colaboración entre la FDIC y la OCC en el ámbito de activos digitales, condición previa para que los fondos soberanos y los fondos de pensiones puedan entrar en el sector.
SEC: de amenaza a oportunidad
El presidente de la SEC, Paul Atkins, ya ha anunciado que planea lanzar en enero de 2026 la norma de “exención innovadora” (Innovation Exemption).
Esta exención pretende simplificar el proceso de cumplimiento y permitir a las empresas cripto lanzar productos más rápidamente en un entorno regulatorio controlado. El nuevo marco actualizará el sistema de clasificación de tokens y podría incluir una “cláusula de extinción”: cuando un token alcance un grado suficiente de descentralización, dejaría de considerarse un valor. Esto proporciona a los desarrolladores unos límites jurídicos claros, atrayendo talento y capital de vuelta a EEUU.
Más importante aún es el cambio de actitud regulatoria.
En la revisión de prioridades para 2026, la SEC ha eliminado por primera vez las criptomonedas de su lista de prioridades independiente y se centra ahora en la protección de datos y la privacidad.
Esto indica que la SEC ya no considera los activos digitales como una “amenaza emergente”, sino que los integra en los temas regulatorios convencionales. Esta “reducción de riesgos” elimina barreras de cumplimiento para las instituciones, facilitando que los consejos de administración y gestores de activos acepten los activos digitales.
¿De dónde podría venir el gran capital?
Si el dinero de las DAT no es suficiente, ¿dónde está el verdadero gran capital? Quizá la respuesta esté en tres canales que ya se están construyendo.
Canal uno: la entrada cautelosa de instituciones
Los ETF ya se han convertido en la vía preferida para que las gestoras de activos globales asignen capital al sector cripto.
Tras la aprobación en EE. UU. del ETF de Bitcoin al contado en enero de 2024, Hong Kong también aprobó ETF de Bitcoin y Ethereum al contado. Esta convergencia regulatoria global convierte a los ETF en canales estandarizados para la rápida asignación de capital internacional.
Pero los ETF son solo el principio; lo más importante es la maduración de la infraestructura de custodia y compensación. El foco de los inversores institucionales ha pasado de “¿puedo invertir?” a “¿cómo invertir de forma segura y eficiente?”
Bancos globales como BNY Mellon ya ofrecen servicios de custodia de activos digitales. Plataformas como Anchorage Digital integran middleware (como BridgePort), proporcionando infraestructuras de compensación a nivel institucional. Estas colaboraciones permiten a las instituciones asignar activos sin necesidad de prefinanciación, mejorando drásticamente la eficiencia del capital.
Lo más prometedor son los fondos de pensiones y los fondos soberanos.
El multimillonario Bill Miller señala que, en los próximos tres a cinco años, los asesores financieros recomendarán asignar entre un 1% y un 3% del portafolio a Bitcoin. Parece poco, pero para los billones de dólares de activos institucionales globales, ese 1%-3% supondría la entrada de billones en el sector.
Indiana ya ha propuesto permitir que los fondos de pensiones inviertan en ETF cripto. Inversores soberanos de los EAU han colaborado con 3iQ para lanzar un hedge fund que ha atraído 100 millones de dólares, con un objetivo de rentabilidad anualizada del 12%-15%. Estos procesos institucionalizados aseguran que los flujos de capital institucional sean predecibles y estructurales a largo plazo, muy diferente del modelo DAT.
Canal dos: RWA, el puente de los billones de dólares
La tokenización de RWA (activos del mundo real) puede ser el motor de liquidez más importante en la próxima ola.
¿Qué es RWA? Es convertir activos tradicionales (bonos, inmuebles, obras de arte) en tokens digitales en blockchain.
Hasta septiembre de 2025, la capitalización total global de RWA es de unos 30.910 millones de dólares. Según un informe de Tren Finance, para 2030 el mercado de RWA tokenizados podría multiplicarse por más de 50, con la mayoría de empresas esperando que alcance entre 4 y 30 billones de dólares.
Esta escala supera ampliamente cualquier pool de capital cripto nativo existente.
¿Por qué es importante RWA? Porque resuelve la barrera de lenguaje entre las finanzas tradicionales y DeFi. Bonos o letras del tesoro tokenizados permiten a ambas partes “hablar el mismo idioma”. Los RWA aportan a DeFi activos estables y con rendimiento, reducen la volatilidad y ofrecen a los inversores institucionales fuentes de rentabilidad ajenas al mundo cripto.
Protocolos como MakerDAO y Ondo Finance, al llevar letras del tesoro estadounidense a la cadena como colateral, se han convertido en imanes de capital institucional. La integración de RWA ha hecho de MakerDAO uno de los mayores protocolos DeFi por TVL, con decenas de miles de millones en bonos del Tesoro respaldando a DAI. Esto demuestra que, cuando surgen productos de rendimiento respaldados por activos tradicionales y con cumplimiento normativo, las finanzas tradicionales asignan capital activamente.
Canal tres: actualización de infraestructuras
Sea cual sea la fuente de capital, ya sea asignación institucional o RWA, una infraestructura de compensación eficiente y de bajo coste es condición indispensable para la adopción masiva.
Las soluciones Layer 2 procesan transacciones fuera de la red principal de Ethereum, reduciendo significativamente las tarifas de gas y acortando los tiempos de confirmación. Plataformas como dYdX, mediante L2, ofrecen rápida creación y cancelación de órdenes, algo imposible en Layer 1. Esta escalabilidad es clave para manejar flujos de capital institucional de alta frecuencia.
Las stablecoins son aún más cruciales.
Según TRM Labs, hasta agosto de 2025, el volumen de transacciones on-chain con stablecoins supera los 4 billones de dólares, un aumento del 83% anual y el 30% del volumen total on-chain. En la primera mitad del año, la capitalización total de stablecoins alcanzó los 166.000 millones de dólares, convirtiéndose en pilar de los pagos transfronterizos. Un informe de rise muestra que más del 43% de los pagos B2B transfronterizos en el sudeste asiático se realizan con stablecoins.
Con reguladores (como la Autoridad Monetaria de Hong Kong) exigiendo a los emisores de stablecoins una reserva del 100%, el estatus de las stablecoins como instrumentos de efectivo on-chain, líquidos y regulados, se consolida, asegurando que las instituciones puedan transferir y liquidar fondos eficientemente.
¿Cómo puede llegar el dinero?
Si estos tres canales realmente se abren, ¿cómo llegará el dinero? La reciente corrección refleja la necesidad de desapalancamiento, pero los indicadores estructurales apuntan a que el mercado cripto podría estar en el umbral de una nueva entrada de capital a gran escala.
Corto plazo (finales de 2025 - Q1 2026): rebote impulsado por políticas
Si la Fed pone fin al QT y recorta tipos, y si la “exención innovadora” de la SEC entra en vigor en enero, podríamos ver un rebote impulsado por políticas. Esta fase dependería sobre todo de factores psicológicos: señales regulatorias claras atraerían capital de riesgo de vuelta. Pero este capital sería especulativo y volátil, de dudosa sostenibilidad.
Medio plazo (2026-2027): entrada gradual de capital institucional
Con la maduración de los ETF y la infraestructura de custodia global, la liquidez procederá sobre todo de pools de capital institucional regulado. Las asignaciones estratégicas (aunque pequeñas) de fondos de pensiones y soberanos podrían materializarse. Este capital es paciente y poco apalancado, proporcionando una base estable al mercado, sin los vaivenes de los minoristas.
Largo plazo (2027-2030): cambios estructurales impulsados por RWA
La afluencia sostenida de liquidez a gran escala podría depender de la tokenización de RWA. Los RWA anclan valor, estabilidad y flujos de rendimiento tradicionales en blockchain, pudiendo llevar el TVL de DeFi al trillón de dólares. Integrar RWA conecta el ecosistema cripto con los balances globales, asegurando un crecimiento estructural a largo plazo y no solo especulación cíclica. Si este camino se concreta, el mercado cripto pasará realmente de marginal a mainstream.
Resumen
El último bull run se basó en minoristas y apalancamiento. El próximo, si llega, dependerá de instituciones y de infraestructuras.
El mercado está pasando de marginal a mainstream; el problema ya no es “si se puede invertir”, sino “cómo invertir de forma segura”.
El dinero no llegará de repente, pero los canales ya se están construyendo.
En los próximos tres a cinco años, estos canales podrían abrirse gradualmente. Para entonces, la batalla del mercado no será por la atención del minorista, sino por la confianza y la asignación del capital institucional.
Esto es un cambio de la especulación a la infraestructura y el único camino hacia la madurez del mercado cripto.
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¿De dónde vendrá el dinero para la próxima ola alcista?
Autor: Cathy
El precio de Bitcoin ha caído de 126.000 dólares a los actuales 90.000 dólares, una desplome del 28,57%.
El mercado está en pánico, la liquidez se ha agotado y la presión del desapalancamiento ahoga a todos. Los datos de Coinglass muestran que el cuarto trimestre experimentó claros episodios de liquidaciones forzadas, debilitando enormemente la liquidez del mercado.
Pero al mismo tiempo, algunos factores estructurales positivos están convergiendo: la SEC de EE. UU. está a punto de lanzar una norma de “exención innovadora”, las expectativas de un ciclo de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal son cada vez más fuertes y los canales institucionales globales están madurando rápidamente.
Este es el mayor dilema del mercado actual: a corto plazo parece desastroso, a largo plazo parece prometedor.
La pregunta es: ¿de dónde vendrá el dinero para el próximo mercado alcista?
El dinero de los minoristas ya no es suficiente
Primero, desmontemos un mito que se está desmoronando: las empresas de tesorería de activos digitales (DAT, por sus siglas en inglés).
¿Qué es una DAT? En pocas palabras, es una empresa cotizada que compra criptomonedas (Bitcoin u otras altcoins) mediante la emisión de acciones y deuda, y luego obtiene beneficios gestionando activamente estos activos (staking, préstamos, etc.).
El núcleo de este modelo radica en el “volante de capital”: mientras el precio de las acciones de la empresa siga superando el valor neto de los activos (NAV) en criptomonedas que posee, puede emitir acciones a precios altos, comprar criptomonedas a precios bajos y seguir amplificando su capital.
Suena bien, pero hay un requisito: el precio de las acciones debe mantener una prima sostenida.
En cuanto el mercado gira hacia la “aversión al riesgo”, especialmente cuando Bitcoin cae en picado, esta prima de alto beta se derrumba rápidamente e incluso puede convertirse en descuento. En cuanto desaparece la prima, emitir acciones diluye el valor para los accionistas y la capacidad de financiación se agota.
Lo más importante es la escala.
Hasta septiembre de 2025, aunque ya hay más de 200 empresas que utilizan la estrategia DAT y en conjunto poseen más de 115.000 millones de dólares en activos digitales, esta cifra representa menos del 5% del mercado cripto total.
Eso significa que el poder de compra de las DAT no basta para sostener el próximo mercado alcista.
Y lo que es peor, cuando el mercado se ve presionado, las empresas DAT pueden verse obligadas a vender activos para seguir operando, añadiendo presión vendedora a un mercado ya débil.
El mercado debe encontrar fuentes de capital más grandes y estructuralmente más estables.
La Fed y la SEC abren el grifo
La escasez estructural de liquidez solo puede resolverse mediante reformas institucionales.
Reserva Federal: el grifo y la puerta
El 1 de diciembre de 2025, la política de endurecimiento cuantitativo (QT) de la Fed llegará a su fin, un punto de inflexión clave.
Durante los dos últimos años, el QT ha drenado liquidez de los mercados globales; su fin elimina una restricción estructural importante.
Más importante aún, las expectativas de recortes de tipos.
El 9 de diciembre, según el “FedWatch” de CME, la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos por parte de la Fed en diciembre es del 87,3%.
Los datos históricos son claros: durante la pandemia de 2020, los recortes de tipos y la expansión cuantitativa de la Fed hicieron que Bitcoin pasara de unos 7.000 dólares a unos 29.000 dólares a final de año. Los recortes de tipos reducen el coste de los préstamos e impulsan los flujos de capital hacia activos de mayor riesgo.
Hay una figura clave a tener en cuenta: Kevin Hassett, posible candidato a la presidencia de la Fed.
Es favorable a los criptoactivos y apoya recortes de tipos agresivos. Pero lo más importante es su doble valor estratégico:
Por un lado, es el “grifo”: decide directamente el grado de laxitud de la política monetaria, afectando al coste de la liquidez del mercado.
Por otro, es la “puerta”: determina el grado de apertura del sistema bancario estadounidense al sector cripto.
Si un líder favorable a las criptomonedas asume el cargo, podría acelerar la colaboración entre la FDIC y la OCC en el ámbito de activos digitales, condición previa para que los fondos soberanos y los fondos de pensiones puedan entrar en el sector.
SEC: de amenaza a oportunidad
El presidente de la SEC, Paul Atkins, ya ha anunciado que planea lanzar en enero de 2026 la norma de “exención innovadora” (Innovation Exemption).
Esta exención pretende simplificar el proceso de cumplimiento y permitir a las empresas cripto lanzar productos más rápidamente en un entorno regulatorio controlado. El nuevo marco actualizará el sistema de clasificación de tokens y podría incluir una “cláusula de extinción”: cuando un token alcance un grado suficiente de descentralización, dejaría de considerarse un valor. Esto proporciona a los desarrolladores unos límites jurídicos claros, atrayendo talento y capital de vuelta a EEUU.
Más importante aún es el cambio de actitud regulatoria.
En la revisión de prioridades para 2026, la SEC ha eliminado por primera vez las criptomonedas de su lista de prioridades independiente y se centra ahora en la protección de datos y la privacidad.
Esto indica que la SEC ya no considera los activos digitales como una “amenaza emergente”, sino que los integra en los temas regulatorios convencionales. Esta “reducción de riesgos” elimina barreras de cumplimiento para las instituciones, facilitando que los consejos de administración y gestores de activos acepten los activos digitales.
¿De dónde podría venir el gran capital?
Si el dinero de las DAT no es suficiente, ¿dónde está el verdadero gran capital? Quizá la respuesta esté en tres canales que ya se están construyendo.
Canal uno: la entrada cautelosa de instituciones
Los ETF ya se han convertido en la vía preferida para que las gestoras de activos globales asignen capital al sector cripto.
Tras la aprobación en EE. UU. del ETF de Bitcoin al contado en enero de 2024, Hong Kong también aprobó ETF de Bitcoin y Ethereum al contado. Esta convergencia regulatoria global convierte a los ETF en canales estandarizados para la rápida asignación de capital internacional.
Pero los ETF son solo el principio; lo más importante es la maduración de la infraestructura de custodia y compensación. El foco de los inversores institucionales ha pasado de “¿puedo invertir?” a “¿cómo invertir de forma segura y eficiente?”
Bancos globales como BNY Mellon ya ofrecen servicios de custodia de activos digitales. Plataformas como Anchorage Digital integran middleware (como BridgePort), proporcionando infraestructuras de compensación a nivel institucional. Estas colaboraciones permiten a las instituciones asignar activos sin necesidad de prefinanciación, mejorando drásticamente la eficiencia del capital.
Lo más prometedor son los fondos de pensiones y los fondos soberanos.
El multimillonario Bill Miller señala que, en los próximos tres a cinco años, los asesores financieros recomendarán asignar entre un 1% y un 3% del portafolio a Bitcoin. Parece poco, pero para los billones de dólares de activos institucionales globales, ese 1%-3% supondría la entrada de billones en el sector.
Indiana ya ha propuesto permitir que los fondos de pensiones inviertan en ETF cripto. Inversores soberanos de los EAU han colaborado con 3iQ para lanzar un hedge fund que ha atraído 100 millones de dólares, con un objetivo de rentabilidad anualizada del 12%-15%. Estos procesos institucionalizados aseguran que los flujos de capital institucional sean predecibles y estructurales a largo plazo, muy diferente del modelo DAT.
Canal dos: RWA, el puente de los billones de dólares
La tokenización de RWA (activos del mundo real) puede ser el motor de liquidez más importante en la próxima ola.
¿Qué es RWA? Es convertir activos tradicionales (bonos, inmuebles, obras de arte) en tokens digitales en blockchain.
Hasta septiembre de 2025, la capitalización total global de RWA es de unos 30.910 millones de dólares. Según un informe de Tren Finance, para 2030 el mercado de RWA tokenizados podría multiplicarse por más de 50, con la mayoría de empresas esperando que alcance entre 4 y 30 billones de dólares.
Esta escala supera ampliamente cualquier pool de capital cripto nativo existente.
¿Por qué es importante RWA? Porque resuelve la barrera de lenguaje entre las finanzas tradicionales y DeFi. Bonos o letras del tesoro tokenizados permiten a ambas partes “hablar el mismo idioma”. Los RWA aportan a DeFi activos estables y con rendimiento, reducen la volatilidad y ofrecen a los inversores institucionales fuentes de rentabilidad ajenas al mundo cripto.
Protocolos como MakerDAO y Ondo Finance, al llevar letras del tesoro estadounidense a la cadena como colateral, se han convertido en imanes de capital institucional. La integración de RWA ha hecho de MakerDAO uno de los mayores protocolos DeFi por TVL, con decenas de miles de millones en bonos del Tesoro respaldando a DAI. Esto demuestra que, cuando surgen productos de rendimiento respaldados por activos tradicionales y con cumplimiento normativo, las finanzas tradicionales asignan capital activamente.
Canal tres: actualización de infraestructuras
Sea cual sea la fuente de capital, ya sea asignación institucional o RWA, una infraestructura de compensación eficiente y de bajo coste es condición indispensable para la adopción masiva.
Las soluciones Layer 2 procesan transacciones fuera de la red principal de Ethereum, reduciendo significativamente las tarifas de gas y acortando los tiempos de confirmación. Plataformas como dYdX, mediante L2, ofrecen rápida creación y cancelación de órdenes, algo imposible en Layer 1. Esta escalabilidad es clave para manejar flujos de capital institucional de alta frecuencia.
Las stablecoins son aún más cruciales.
Según TRM Labs, hasta agosto de 2025, el volumen de transacciones on-chain con stablecoins supera los 4 billones de dólares, un aumento del 83% anual y el 30% del volumen total on-chain. En la primera mitad del año, la capitalización total de stablecoins alcanzó los 166.000 millones de dólares, convirtiéndose en pilar de los pagos transfronterizos. Un informe de rise muestra que más del 43% de los pagos B2B transfronterizos en el sudeste asiático se realizan con stablecoins.
Con reguladores (como la Autoridad Monetaria de Hong Kong) exigiendo a los emisores de stablecoins una reserva del 100%, el estatus de las stablecoins como instrumentos de efectivo on-chain, líquidos y regulados, se consolida, asegurando que las instituciones puedan transferir y liquidar fondos eficientemente.
¿Cómo puede llegar el dinero?
Si estos tres canales realmente se abren, ¿cómo llegará el dinero? La reciente corrección refleja la necesidad de desapalancamiento, pero los indicadores estructurales apuntan a que el mercado cripto podría estar en el umbral de una nueva entrada de capital a gran escala.
Corto plazo (finales de 2025 - Q1 2026): rebote impulsado por políticas
Si la Fed pone fin al QT y recorta tipos, y si la “exención innovadora” de la SEC entra en vigor en enero, podríamos ver un rebote impulsado por políticas. Esta fase dependería sobre todo de factores psicológicos: señales regulatorias claras atraerían capital de riesgo de vuelta. Pero este capital sería especulativo y volátil, de dudosa sostenibilidad.
Medio plazo (2026-2027): entrada gradual de capital institucional
Con la maduración de los ETF y la infraestructura de custodia global, la liquidez procederá sobre todo de pools de capital institucional regulado. Las asignaciones estratégicas (aunque pequeñas) de fondos de pensiones y soberanos podrían materializarse. Este capital es paciente y poco apalancado, proporcionando una base estable al mercado, sin los vaivenes de los minoristas.
Largo plazo (2027-2030): cambios estructurales impulsados por RWA
La afluencia sostenida de liquidez a gran escala podría depender de la tokenización de RWA. Los RWA anclan valor, estabilidad y flujos de rendimiento tradicionales en blockchain, pudiendo llevar el TVL de DeFi al trillón de dólares. Integrar RWA conecta el ecosistema cripto con los balances globales, asegurando un crecimiento estructural a largo plazo y no solo especulación cíclica. Si este camino se concreta, el mercado cripto pasará realmente de marginal a mainstream.
Resumen
El último bull run se basó en minoristas y apalancamiento. El próximo, si llega, dependerá de instituciones y de infraestructuras.
El mercado está pasando de marginal a mainstream; el problema ya no es “si se puede invertir”, sino “cómo invertir de forma segura”.
El dinero no llegará de repente, pero los canales ya se están construyendo.
En los próximos tres a cinco años, estos canales podrían abrirse gradualmente. Para entonces, la batalla del mercado no será por la atención del minorista, sino por la confianza y la asignación del capital institucional.
Esto es un cambio de la especulación a la infraestructura y el único camino hacia la madurez del mercado cripto.