El ROI es una cosa importante para ver si una inversión vale la pena. A menudo se expresa en porcentaje.

¿Cómo se calcula eso? Es simple:

ROI = (Lo que ganamos - Lo que gastamos) / Lo que gastamos x 100%

Toma una acción a 100 €, véndela a 130 €. ¡Bam! 30% de ROI.

Se aplica en todas partes. En la bolsa, por ejemplo. O en publicidad.

También hay el ROI anualizado. Un poco más complicado, pero útil para comparar inversiones en diferentes plazos.

Existen otros indicadores. ROA, ROE... Cada uno con lo suyo.

Para mejorar el ROI, parece que se puede jugar con las ganancias o los costos. Más riesgo, más ROI. Al final, en teoría.

Atención de todos modos. El ROI tiene sus límites. No lo dice todo. Puede incluso ser engañoso a veces.

En resumen, es una herramienta práctica. Pero no hay que confiar en ella ciegamente. Otros factores entran en juego, no siempre es claro.

Los inversores deben tener esto en cuenta. El ROI está bien. Pero no es todo.