El multimillonario tecnológico Bryan Johnson confiesa que, de no haber vendido su empresa de pagos Braintree a PayPal en 2013 y no haberse obsesionado con el anti-envejecimiento, probablemente habría dedicado toda su existencia al mundo cripto.
“Si no hubiera vendido Braintree, me habría sumergido completamente en las criptomonedas”, admite sin rodeos.
Hoy a sus 47 años, aunque luce mucho más joven, Johnson es reconocido principalmente por su búsqueda de tratamientos para la longevidad. Su camino al éxito comenzó fundando la empresa de pagos móviles Braintree en 2007, que llegó a crecer un asombroso 4.000% anual. Tras adquirir Venmo en 2012, vendió todo a PayPal por 800 millones de dólares, embolsándose personalmente 300 millones y acumulando un patrimonio neto de aproximadamente 400 millones.
Durante ese periodo, su interés por las criptomonedas crecía intensamente mientras trabajaba en un acuerdo entre Braintree y Coinbase para procesar pagos en Bitcoin.
“Fuimos pioneros en adoptar las criptomonedas, como demuestra nuestra famosa alianza con Coinbase en 2013”, recuerda con cierto orgullo mezclado con nostalgia.
Johnson es cofundador de Network School junto con el ex director tecnológico de Coinbase, Balaji Srinivasan. Este programa educativo de tres meses reúne a 150 libertarios tecnológicos en una ciudad artificial abandonada en Malasia, representando un paso concreto hacia el sueño de establecer un “Estado de red” basado en valores libertarios y un sistema financiero sustentado en Bitcoin.
Me parece absurdo que los ultra-ricos de las criptomonedas siempre terminen obsesionados con dos cosas: crear micro-estados independientes fuera del control gubernamental y vencer al envejecimiento. ¿Coincidencia? No lo creo.
Johnson explica su atracción por este concepto: “Si miras la historia de la civilización, la innovación raramente proviene de instituciones establecidas. Viene de los márgenes externos. La innovación social típicamente surge de pequeños grupos en entornos estructurados adecuados”.
Su régimen anti-envejecimiento Blueprint, diseñado para revertir su propia edad biológica, y su proyecto Don’t Die para ayudar a otros a prolongar su vida, han atraído a una comunidad considerable. Johnson ha creado entrenamientos, planes alimenticios y lecciones sobre salud y longevidad para la Network School.
¿Por qué existe esta fascinación entre los millonarios cripto y la longevidad? Johnson no está seguro, pero coincide con la teoría de que estos expertos tecnológicos, acostumbrados a resolver problemas de ingeniería complejos, ven el envejecimiento como otro desafío técnico por superar.
“Bitcoin rechaza fundamentalmente la inflación, y yo rechazo fundamentalmente el envejecimiento. Ambos nos negamos a aceptar estas muertes lentas”, reflexiona Johnson.
¿Es realmente posible la inmortalidad biológica? Johnson cree que sí: “La biología ya ha resuelto el problema. La medusa inmortal puede rejuvenecer indefinidamente. La biología nos muestra que pueden existir seres inmortales, solo necesitamos aplicarlo a nuestra especie. Es totalmente resoluble”.
Johnson gasta millones anualmente en su proyecto de longevidad con un equipo de 30 especialistas. Su rutina incluye alimentación precisa, 35 ejercicios diferentes y un enfoque extremo en el sueño. Sorprendentemente, afirma que su velocidad de envejecimiento es ahora de 0,64, lo que significa que “celebra su cumpleaños cada 19 meses”.
Para Johnson, esto no se trata solo de salud personal. Su verdadera motivación es presenciar la transformación de la humanidad mediante la inteligencia artificial: “Estoy intentando responder a una pregunta mayor: ¿qué hacemos como especie cuando damos vida a una superinteligencia?”
Algunos observadores han comparado su movimiento Don’t Die con una religión, algo que Johnson no rechaza completamente, respondiendo: “Cuestiona todo lo que entendemos sobre la existencia, aunque resulta intuitivamente correcto”.
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El magnate anti-envejecimiento Bryan Johnson casi dedica su vida a las criptomonedas
El multimillonario tecnológico Bryan Johnson confiesa que, de no haber vendido su empresa de pagos Braintree a PayPal en 2013 y no haberse obsesionado con el anti-envejecimiento, probablemente habría dedicado toda su existencia al mundo cripto.
“Si no hubiera vendido Braintree, me habría sumergido completamente en las criptomonedas”, admite sin rodeos.
Hoy a sus 47 años, aunque luce mucho más joven, Johnson es reconocido principalmente por su búsqueda de tratamientos para la longevidad. Su camino al éxito comenzó fundando la empresa de pagos móviles Braintree en 2007, que llegó a crecer un asombroso 4.000% anual. Tras adquirir Venmo en 2012, vendió todo a PayPal por 800 millones de dólares, embolsándose personalmente 300 millones y acumulando un patrimonio neto de aproximadamente 400 millones.
Durante ese periodo, su interés por las criptomonedas crecía intensamente mientras trabajaba en un acuerdo entre Braintree y Coinbase para procesar pagos en Bitcoin.
“Fuimos pioneros en adoptar las criptomonedas, como demuestra nuestra famosa alianza con Coinbase en 2013”, recuerda con cierto orgullo mezclado con nostalgia.
Johnson es cofundador de Network School junto con el ex director tecnológico de Coinbase, Balaji Srinivasan. Este programa educativo de tres meses reúne a 150 libertarios tecnológicos en una ciudad artificial abandonada en Malasia, representando un paso concreto hacia el sueño de establecer un “Estado de red” basado en valores libertarios y un sistema financiero sustentado en Bitcoin.
Me parece absurdo que los ultra-ricos de las criptomonedas siempre terminen obsesionados con dos cosas: crear micro-estados independientes fuera del control gubernamental y vencer al envejecimiento. ¿Coincidencia? No lo creo.
Johnson explica su atracción por este concepto: “Si miras la historia de la civilización, la innovación raramente proviene de instituciones establecidas. Viene de los márgenes externos. La innovación social típicamente surge de pequeños grupos en entornos estructurados adecuados”.
Su régimen anti-envejecimiento Blueprint, diseñado para revertir su propia edad biológica, y su proyecto Don’t Die para ayudar a otros a prolongar su vida, han atraído a una comunidad considerable. Johnson ha creado entrenamientos, planes alimenticios y lecciones sobre salud y longevidad para la Network School.
¿Por qué existe esta fascinación entre los millonarios cripto y la longevidad? Johnson no está seguro, pero coincide con la teoría de que estos expertos tecnológicos, acostumbrados a resolver problemas de ingeniería complejos, ven el envejecimiento como otro desafío técnico por superar.
“Bitcoin rechaza fundamentalmente la inflación, y yo rechazo fundamentalmente el envejecimiento. Ambos nos negamos a aceptar estas muertes lentas”, reflexiona Johnson.
¿Es realmente posible la inmortalidad biológica? Johnson cree que sí: “La biología ya ha resuelto el problema. La medusa inmortal puede rejuvenecer indefinidamente. La biología nos muestra que pueden existir seres inmortales, solo necesitamos aplicarlo a nuestra especie. Es totalmente resoluble”.
Johnson gasta millones anualmente en su proyecto de longevidad con un equipo de 30 especialistas. Su rutina incluye alimentación precisa, 35 ejercicios diferentes y un enfoque extremo en el sueño. Sorprendentemente, afirma que su velocidad de envejecimiento es ahora de 0,64, lo que significa que “celebra su cumpleaños cada 19 meses”.
Para Johnson, esto no se trata solo de salud personal. Su verdadera motivación es presenciar la transformación de la humanidad mediante la inteligencia artificial: “Estoy intentando responder a una pregunta mayor: ¿qué hacemos como especie cuando damos vida a una superinteligencia?”
Algunos observadores han comparado su movimiento Don’t Die con una religión, algo que Johnson no rechaza completamente, respondiendo: “Cuestiona todo lo que entendemos sobre la existencia, aunque resulta intuitivamente correcto”.