Completar la licenciatura a los 23.

Completar la maestría a los 27.
Casarse a los 30.
Tener una carrera exitosa a los 33.

Ese es el guion que la sociedad nos da, como si la vida tuviera plazos fijos.

Pero aquí está la verdad:
No estás atrasado.
No llegaste tarde.
No estás fracasando.

Algunas personas encuentran su propósito a los 20.
Otras a los 40.
Algunas construyen riqueza temprano.
Otras construyen paz primero.

La vida no es una carrera. Es un ritmo, y el ritmo de cada uno suena diferente.

Así que si estás empezando de nuevo, cambiando de camino o todavía resolviendo cosas — respira.
Estás exactamente donde debes estar.