Los líderes globales no pueden dejar de perseguir el sueño de la fábrica. Cada nación quiere reconstruir la manufactura, inyectando subsidios en el renacimiento industrial. Aquí está el problema: todo este impulso se basa en suposiciones obsoletas. El romance con las chimeneas y las líneas de ensamblaje ignora cómo evolucionan realmente las economías hoy en día. Lo que funcionó en la década de 1950 no funcionará hoy. Peor aún, esta obsesión por la manufactura podría salir mal de manera espectacular. Los recursos se malasignan. La innovación se sofoca. Los países terminan compitiendo en una carrera que nadie realmente gana. ¿La ironía? Mientras los políticos luchan por las fábricas, la verdadera transformación económica está ocurriendo en otros lugares: en la infraestructura digital, los servicios y, sí, las tecnologías descentralizadas que no necesitan fronteras físicas en absoluto.
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Hash_Bandit
· hace8h
veterano de la minería de la vieja escuela aquí... los políticos aún piensan que la economía funciona con líneas de ensamblaje mientras que la prueba de trabajo ya ha demostrado que la creación de valor sin fronteras funciona
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StableGenius
· hace8h
predeciblemente incorrecto... la fabricación es solo copium para una política monetaria fallida
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GateUser-beba108d
· hace9h
¿Quién juega a los juegos de fábrica y luego quiere abrir una fábrica física?
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MetaEggplant
· hace9h
¿Sigues persiguiendo el sueño de la fabricación en fábricas? ¡Prueba un poco de Web3!
Los líderes globales no pueden dejar de perseguir el sueño de la fábrica. Cada nación quiere reconstruir la manufactura, inyectando subsidios en el renacimiento industrial. Aquí está el problema: todo este impulso se basa en suposiciones obsoletas. El romance con las chimeneas y las líneas de ensamblaje ignora cómo evolucionan realmente las economías hoy en día. Lo que funcionó en la década de 1950 no funcionará hoy. Peor aún, esta obsesión por la manufactura podría salir mal de manera espectacular. Los recursos se malasignan. La innovación se sofoca. Los países terminan compitiendo en una carrera que nadie realmente gana. ¿La ironía? Mientras los políticos luchan por las fábricas, la verdadera transformación económica está ocurriendo en otros lugares: en la infraestructura digital, los servicios y, sí, las tecnologías descentralizadas que no necesitan fronteras físicas en absoluto.