Voy a ser sincero: hace siete años, solo me quedaban 800 yuanes en el bolsillo y así me lancé al mundo cripto.

¿En aquel entonces? Ni siquiera entendía las velas japonesas. Compraba y vendía a lo loco, perdía hasta dudar de mi vida, varias veces estuve a punto de borrar la cuenta y dejarlo todo. ¿Y ahora? El valor de mi cuenta se mantiene estable por encima de los 30 millones.

No lo digo para presumir, sino para contar la verdad. Este mercado nunca ha sido un casino; el dinero que ganas por suerte, al final lo acabarás perdiendo por falta de habilidad. El año pasado ayudé a un amigo sin ninguna experiencia; solo siguió este método a rajatabla durante tres meses y duplicó el capital inicial.

Hoy expongo mi método principal sin rodeos, todo aprendido a base de golpes en la práctica. Si lo entiendes, te ahorras al menos tres años de lecciones.

**Primera regla de oro: la gestión de la posición es tu vida.**

Esto lo aprendí tras dos liquidaciones totales, una lección pagada con sangre. Divido todo mi capital en cinco partes; cada vez solo uso una para probar. Por muy seguro que esté, nunca voy all in.

El stop-loss es estricto: 10%. Incluso si me equivoco de dirección, en una operación solo pierdo como máximo el 2% del total. ¿Pierdo cinco veces seguidas? Solo pierdo un 10%, la base sigue intacta y puedo recuperarme.

No fijo un take profit exacto, pero hay una regla de hierro: no toco nada hasta que la ganancia flotante supere el 10%. Así, aunque el mercado se gire, es difícil quedarse atrapado. He visto a mucha gente: ganan un 3% y salen corriendo, pero cuando pierden un 20% insisten en no soltar. ¡Eso no es trading, es ser el cajero automático del mercado!