Wall Street ha vuelto a sacudir el mercado con una gran noticia.

El 2 de diciembre, el segundo mayor gestor de activos del mundo, Vanguard, anunció de repente que su plataforma de brokers en EE. UU. empezará a admitir la negociación de ETFs y fondos de criptomonedas. Sí, hablamos de ese Vanguard que siempre había mostrado la postura más dura y conservadora frente a las criptomonedas.

Vamos con algunos datos clave. Esta vez abren la puerta a productos de terceros, como el IBIT de BlackRock; de momento, no lanzarán ningún producto propio relacionado con criptomonedas. Además, estos ETFs de criptomonedas se clasificarán como “activos no centrales”, es decir, tendrán un estatus similar al del oro: no serán el eje principal de la cartera de inversión, pero se podrá asignar una parte.

Los datos son aún más impactantes: Vanguard gestiona unos 11 billones de dólares en activos y da servicio a más de 50 millones de clientes de brokers. Ahora todos ellos podrán comprar directamente en sus cuentas ETFs de Bitcoin, ETFs de Ethereum, fondos de XRP, productos relacionados con Solana, etc. Por supuesto, olvídate de los Meme coins, solo aceptan criptomonedas “de grado de inversión” y que cumplan con el marco regulatorio estadounidense.

¿Por qué es esto tan importante?

Porque Vanguard era el baluarte más hardcore de Wall Street contra las criptomonedas. Si hasta ellos han cedido, ¿qué significa esto? Que la demanda de los clientes y la realidad del mercado son ya imposibles de ignorar. No se trata de un simple ajuste de negocio; es un momento emblemático en el que se ha derribado una fortaleza ideológica.

En resumen: otro gran muro entre el mundo financiero tradicional y el mundo cripto acaba de venirse abajo.