Últimamente, varias personas del sector han sido citadas para "tomar el té" debido a transacciones con activos virtuales. Tras regresar, todos comentan que les hicieron tres preguntas especialmente delicadas.

La primera: "¿Eres consciente de que las criptomonedas no están protegidas por la ley?" — Es decir, en caso de disputas civiles el Estado no intervendrá, pero poseer y comerciar con ellas en sí mismo no es ilegal, corres bajo tu propio riesgo.

La segunda: "¿Por qué se deben devolver los fondos involucrados en el caso?" — En cuanto el sistema marca los fondos como problemáticos, primero hay que negociar claramente la cantidad con la parte afectada y llegar a un acuerdo antes de descongelar el dinero. Es el procedimiento estándar, no significa que seas culpable.

La tercera: "¿Quedará antecedente si no colaboras en el proceso?" — Si se descarta la sospecha, normalmente no queda registro. Sin embargo, el bloqueo de cuentas es una medida de gestión de riesgos, y si tienes una tarjeta implicada de primer nivel, puede afectar a tus otras cuentas con el mismo nombre.

Ahora que la regulación se está endureciendo, ¿por qué sigue habiendo personas cuya retirada de fondos queda bloqueada? La raíz del problema es que los canales no son fiables. Si recurres a cualquier persona para que te ayude a transferir fondos, es muy fácil que salte la alarma de las medidas de control del banco, lo que puede traerte muchas complicaciones a la hora de dar explicaciones.

Para realizar una retirada segura se deben cumplir tres requisitos: que el origen del dinero sea claro, que el recorrido de los fondos sea rastreable y que el uso sea justificable. Los canales fiables suelen tener estas características: registros de transacciones reales y trazables, identidad del remitente claramente identificada, trazabilidad legal de los fondos y sin recurrir a divisiones excesivas.

¿Son más seguras las tarjetas bancarias o los monederos electrónicos? Las tarjetas bancarias están en el punto de mira de la regulación, grandes cantidades y operaciones frecuentes se marcan fácilmente. Los monederos electrónicos se parecen más a herramientas de consumo diario, son más dispersos, pero también hay que justificar el uso y mantener una frecuencia razonable. Lo importante no es tanto el tipo de herramienta, sino si puedes explicar claramente el origen y destino de los fondos, y si tienes pruebas que lo respalden.

El dinero solo cuenta cuando llega de forma segura a tus manos. No arriesgues por ahorrar en comisiones o conseguir un mejor tipo de cambio. Mantén la trazabilidad de los fondos y la legalidad del recorrido, minimizando así el riesgo de malentendidos: esa es la clave a largo plazo. Si no tienes claro si tus operaciones cumplen la normativa, lo mejor es consultar a un profesional que te ayude a aclarar el proceso y así asegurar que tu dinero llega a tu bolsillo sin problemas.