¿Alguna vez has pensado en qué pasaría si la influencia cultural se convirtiera en una moneda real?

Existe una plataforma que lleva un tiempo preparando algo interesante: tratar las tendencias, la atención y la influencia como fuerzas económicas negociables. No solo como métricas en un panel de control, sino como un valor tangible con el que realmente puedes trabajar.

¿La propuesta? Tu atención ya no son solo miradas. Es algo que se puede medir, empaquetar y convertir en activos. Como cualquier recurso que tiene valor en el mercado.

Te hace pensar: si la atención ya lo impulsa todo en Web3, ¿por qué no debería tener su propia economía?