El pasado fin de semana me encontré con el viejo Yang. Este tipo, cuando invitó a cenar, sacó el móvil y me mostró su cuenta: el saldo rozaba los 30.000 dólares.

Casi no le reconozco. Hace tres meses aún venía llorando pobreza delante de mí, diciendo que casi le liquidan una posición y que en la cuenta sólo le quedaban 3.600 dólares. Entonces le aconsejé que no hiciera locuras, pero no esperaba que esta vez realmente se recuperaría.

Su método en realidad es bastante sencillo: divide el dinero en tres partes.

**Primera parte: Dinero para picoteo diario**

1.200 dólares dedicados al corto plazo. Cada día sólo vigila dos franjas horarias: las 9 de la mañana y las 8 de la tarde, como mucho abre dos operaciones, gane o pierda, no se queda enganchado.

“No desprecies las pequeñas cantidades,” dice Yang. “En noviembre, cuando SOL estaba como una montaña rusa, cada día cazaba dos movimientos pequeños, ganaba setenta u ochenta dólares diarios, y al final del mes sumaba más de dos mil.”

La clave es que realmente sabe cuándo parar. No como antes, que si ganaba quería más y al final lo perdía todo.

**Segunda parte: Capital para buscar grandes oportunidades**

Este dinero lo guarda bien y solo lo usa cuando la tendencia está clara.

A principios de diciembre, cuando BTC encadenó cinco semanas alcistas, vigiló que el volumen subiera un 30% y el cierre se mantuviera por encima de los 42.000 dólares antes de entrar. Al final, sacó un 15% de beneficio. “Si el semanal no acompaña, por muy bonito que esté el diario, no hago nada”, insiste.

A finales de octubre, cuando ETH cayó por debajo de 1.500, muchos vendieron presas del pánico, pero él aguantó tranquilo, porque el semanal no dio señal de venta.

**Tercera parte: Fondo de emergencia**

Estos últimos 1.200 dólares son su línea roja, intocable.

La semana pasada, su largo en ETH estuvo a punto de ser liquidado, y fue este dinero el que le salvó. “Ahora la volatilidad en cripto sigue por encima del 25%, sin un colchón no hay manera”, reconoce él mismo.

Antes, Yang era de los que iba all-in sin pensarlo, ahora se ha vuelto más prudente y siempre dice: “La liquidación es como perder un dedo, puedes vivir con uno menos, pero si pierdes la cabeza, estás acabado.”

**Sus señales también son simples y directas:**

- ¿La media móvil de 5, 10 y 20 en diario no ha hecho cruce dorado? A esperar en liquidez.
- ¿El volumen se triplica y el cierre confirma ruptura? Entra con una posición pequeña.
- ¿Beneficio del 30%? Saca la mitad al monedero, al resto le pone un trailing stop del 10%.

Antes de entrar, incluso escribe en su cuaderno “disciplina de trading”: stop-loss al 5%, ejecutarlo sin dudar; si gana un 10%, sube el stop a precio de entrada y lo que venga después, bienvenido.

En la subida de BNB en diciembre hizo justo eso y acabó con un 28% de beneficio.

De 3.600 a 30.000 dólares, no ha sido cuestión de suerte.

Ahora el mercado tiene oportunidades cada día, pero el capital es como munición: cada disparo cuenta.

Yang me dijo al final: “Primero pon reglas claras, luego ya tendrás tiempo de estudiar esos indicadores sofisticados.”

Creo que tiene razón. En cripto no faltan oportunidades, lo que falta es gente que sobreviva hasta el próximo mercado alcista.