Acabo de ver algo loco en el ámbito del hardware de cifrado.

Una empresa ha lanzado lo que llaman HPU, básicamente un chip centrado en una sola tarea: procesar datos cifrados sin descifrarlos nunca. Piénsalo como el músculo especializado para operaciones de cifrado homomórfico.

Así es como funciona la división del trabajo: tu CPU normal sigue gestionando las tareas aburridas: gestionar claves, introducir textos cifrados, dar órdenes. ¿Pero cuándo llega el momento del cálculo cifrado real? Ahí es donde este silicio dedicado toma el relevo y hace el trabajo pesado.

Las implicaciones son bastante enormes para cualquiera que desarrolle aplicaciones que preserven la privacidad. En lugar de que tu procesador de propósito general tenga problemas con las matemáticas de cifrado, tienes hardware diseñado específicamente para esa carga de trabajo.