El fin de semana pasado, cené con algunos amigos que trabajan en tecnología y hablamos sobre las dificultades actuales de Web3. Todos coincidieron en un mismo problema: las ideas abundan, pero hay muy pocos entornos que realmente puedan hacer que los modelos comerciales funcionen. Antes, todos confiábamos en la velocidad de las cadenas públicas, pensando que un TPS alto era la clave del éxito. ¿Y qué pasó? Nadie quería desarrollar en ellas, y los usuarios tampoco querían quedarse a jugar. Por muy buen que sea el rendimiento, solo es un motor en vacío. Por eso, últimamente he estado investigando la cadena Soneium, principalmente para ver si el equipo de Sony puede realmente poner en marcha un ecosistema.