En su día, un chaval de 17 años aterrizó en Montreal con prácticamente nada—unos 2.500 dólares canadienses (unos 2.000 USD), una mochila llena de libros, otra con ropa. Eso es todo. Sin conexiones, sin red de seguridad, solo valor y un par de maletas.

Avanzando rápidamente hasta hoy, esa misma persona está revolucionando industrias desde los vehículos eléctricos hasta la exploración espacial—y sí, incluso llevando los mercados de criptomonedas a la euforia con un solo tuit.

La diferencia entre llegar a un país extranjero con poco dinero y convertirse en una de las figuras más influyentes en tecnología y finanzas? Ese tipo de trayectoria te recuerda que todo es posible cuando apuestas por ti mismo desde temprano.