Aquí tienes una opinión que levantará ampollas: Washington está jugando a largo plazo con la infraestructura del dólar digital. Están acumulando silenciosamente posiciones en Solana y Ethereum—las redes principales para la circulación de stablecoins. ¿Cómo? A través de ETFs regulados y tokens de activos de deuda, todo sin afectar al presupuesto en el papel. La estrategia parece sencilla: inundar el mercado con bonos del Tesoro a corto plazo, y luego canalizar esa liquidez hacia participaciones en la red. No es ninguna teoría conspirativa—es un posicionamiento estratégico. Piénsalo: controlar las vías, controlar el flujo. Ethereum y Solana ya no son solo cadenas; se están convirtiendo en la infraestructura para dólares tokenizados. ¿Y adivina quién quiere una silla en la mesa cuando trillones comiencen a moverse en la cadena? Las cuentas cuadran. Emitir deuda, comprar influencia en la red, mantener el dominio del dólar en un mundo descentralizado. Finanzas a la antigua usanza vestidas con ropa blockchain. Ya te guste o no, este movimiento podría redefinir cómo los gobiernos interactúan con la infraestructura cripto.