El plan de Musk para un centro de datos orbital suena increíble a primera vista. Pero aquí está lo importante—mientras las naciones occidentales todavía están ahogadas en papeleo para nuevas infraestructuras energéticas, una nación ya ha duplicado su capacidad energética. Ahora están generando el doble de electricidad, y ¿adivina qué? Eso se traduce directamente en dominio en el cómputo de IA. Cuando ni siquiera puedes comenzar la construcción de una nueva planta sin una década de permisos, tal vez lanzar granjas de servidores al espacio no sea tan loco después de todo. La carrera de IA ya no se trata solo de algoritmos—se trata de quién puede realmente alimentarlos.