Aquí está el asunto: mi postura no se basaba en alguna expectativa optimista de que las cosas se recuperaran mágicamente. En realidad, todo lo contrario. Estaba apostando a una mayor caída, y eso es exactamente lo que ocurrió.

Pero aquí es donde se pone interesante: no todas las inversiones se catalogan como improductivas en las cifras oficiales. Cuando tienes un flujo masivo de capital entrando en proyectos que no generan retornos reales, las cifras del PIB comienzan a contar una historia distorsionada. Esa peculiaridad estadística significa que comparar los números principales entre diferentes economías es como comparar manzanas con partes de motores.

El propio marco de medición opera bajo diferentes supuestos. Lo que cuenta como "crecimiento" en un sistema podría ser simplemente una mala asignación de recursos disfrazada por la actividad constructora en otra parte. Esa es la pieza crítica que la mayoría de los observadores del mercado pasa por alto cuando entran en pánico por las cifras del PIB.