El entusiasmo en torno a un posible debut en el mercado de SpaceX está alcanzando un punto álgido. Inversores veteranos lo están calificando como lo que podría ser la oferta pública más salvaje que hayamos visto en años—quizá en la historia. ¿Por qué tanto bombo? Esto no es solo otra empresa tecnológica que sale a bolsa. Hablamos de una firma que literalmente ha redefinido los viajes espaciales, dominado el despliegue de satélites y capturado la imaginación a nivel mundial.

¿Qué hace que esto sea diferente de las OPIs típicas? La escala, por ejemplo. Las estimaciones de valoración han sido muy variadas, pero estamos hablando de cifras que superan a la mayoría de las entradas tradicionales en el mercado. Luego está el factor Musk—su participación por sí sola garantiza volatilidad, frenesí mediático y FOMO de los inversores minoristas a un nivel que no habíamos visto desde que ciertos stocks de vehículos eléctricos despegaron.

Los observadores del mercado ya están posicionándose. Algunos lo ven como una oportunidad que solo ocurre una vez en una década. Otros están preocupados por los riesgos de valoración y la naturaleza impredecible de la economía espacial. De cualquier manera, cuando esto finalmente comience a cotizar, prepárense para el caos. El tipo de oscilaciones en el precio del día de apertura que pueden hacer o deshacer carteras. Abróchense los cinturones.