El mundo cripto acaba de presenciar un veredicto histórico. Do Kwon, alguna vez un empresario de blockchain reconocido, ha sido condenado a 15 años de prisión tras declararse culpable de cargos por fraude. ¿Su caída? La catastrófica implosión de $40 mil millones de TerraUSD y Luna, dos tokens que sacudieron todo el ecosistema de activos digitales hasta su núcleo. El colapso envió ondas de choque a través de los mercados, arrasando con fortunas y desencadenando un escrutinio regulatorio en todo el mundo. Esta sentencia marca un momento decisivo: incluso en el Salvaje Oeste de las criptomonedas, las consecuencias alcanzan. La justicia puede retrasarse, quizás, pero no ser negada.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
9 me gusta
Recompensa
9
3
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
BlockchainRetirementHome
· hace21h
Desde hace 15 años, este tipo es realmente duro. 4.000 millones de dólares simplemente se han ido, ya decía que invertir en criptomonedas todavía hay que ser racional
Ver originalesResponder0
BoredWatcher
· hace22h
40 mil millones de dólares se han ido así, yo como pequeño inversor también estoy flipando, ja
Ver originalesResponder0
ChainPoet
· hace22h
Bien dicho, eso es lo que se llama merecido. Ya decía yo que ese tipo tarde o temprano iba a meterse en problemas, ¿pretendes salir ileso con una operación tan grande? Sueñas despierto.
El mundo cripto acaba de presenciar un veredicto histórico. Do Kwon, alguna vez un empresario de blockchain reconocido, ha sido condenado a 15 años de prisión tras declararse culpable de cargos por fraude. ¿Su caída? La catastrófica implosión de $40 mil millones de TerraUSD y Luna, dos tokens que sacudieron todo el ecosistema de activos digitales hasta su núcleo. El colapso envió ondas de choque a través de los mercados, arrasando con fortunas y desencadenando un escrutinio regulatorio en todo el mundo. Esta sentencia marca un momento decisivo: incluso en el Salvaje Oeste de las criptomonedas, las consecuencias alcanzan. La justicia puede retrasarse, quizás, pero no ser negada.