Las dos grandes casos recientes muestran claramente las diferencias en la lógica de las sentencias judiciales.
Do Kwon fue condenado a 15 años por el fraude de 4.000 millones de dólares en el proyecto Terra-Luna, mientras que SBF recibió una condena de 25 años por el fraude de 11.000 millones de dólares en el proyecto FTX. No, no es un error: el caso con una pérdida económica casi cuatro veces mayor recibió una sentencia 10 años menor. ¿A qué se debe esta diferencia?
**La actitud lo decide todo**
Kwon se declaró culpable en agosto y asumió voluntariamente la responsabilidad. Escribió una carta al tribunal en la que reconocía que había roto las promesas a las víctimas y admitía que su arrogancia había llevado a la comunidad a ser engañada. El tribunal escuchó cientos de declaraciones de víctimas, Kwon estuvo presente en todo momento y se disculpó directamente con ellas.
SBF optó por una estrategia de confrontación. Insistió en que FTX no era un fraude, sino una crisis de liquidez. El jurado tardó 4 horas en dictar la condena. Lo peor fue que el juez Kaplan descubrió que SBF había cometido múltiples perjurios durante el juicio, calificando sus declaraciones como «las más astutas que ha visto en décadas de proceso». También intentó contactar con los testigos antes del juicio para influir en ellos.
**La ubicación también es un factor determinante**
La condena de Kwon tiene un factor especial: los 15 años en EE. UU. son solo el comienzo. Después de cumplir su condena en EE. UU., todavía enfrenta hasta 40 años de cargos pendientes en Corea. Este aspecto fue claramente considerado por el juez al dictar sentencia.
SBF no tiene esa «ventaja». No tiene otros casos pendientes en otros países, por lo que esos 25 años son prácticamente su condena definitiva (a menos que una apelación la revierta).
En realidad, estos dos casos enseñan una lección importante a la comunidad cripto: por mucho que crezcan los números, la actitud puede cambiar una sentencia. Admitir errores es mucho más rentable que defenderse con engaños.
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PhantomMiner
· 12-14 10:39
Vaya, esa actitud de admitir el error es muy diferente, Kwon baja la cabeza y al final se muestra más suave, SBF todavía insiste en si es fraude o no... El juez lo vio claramente en un vistazo.
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TokenStorm
· 12-14 06:56
¡Vaya, hasta que salió esta comparación me di cuenta de que mentir realmente puede engañar a uno mismo... Los datos en la cadena muestran que quienes se equivocan son en realidad los que reciben una condena más leve; tengo que hacer una prueba de esta lógica.
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MEVvictim
· 12-12 08:49
¡Vaya, Kwon tiene solo 15 años y SBF 25 años, esa diferencia de tiempo debe ser de 10 años? La pérdida también es más de tres veces mayor, ¡este juez debe odiar mucho las excusas!
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RugDocDetective
· 12-12 08:48
ngl La forma de Kwon no es muy buena, pero al menos acepta sus errores y mantiene una actitud, SBF directamente enfrentándose a la corte, eso sí que es impresionante. No es de extrañar que lo hayan criticado aún más duro.
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MidnightTrader
· 12-12 08:47
Vaya, Kwon, esta jugada es increíble. Admitir la culpa en realidad reduce la sentencia en 10 años. ¿Este juez está enseñándole a SBF cómo comportarse?
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ContractFreelancer
· 12-12 08:43
De verdad, admitir un error puede ahorrar 10 años, ¡esa lógica no la había pensado, jaja!
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potentially_notable
· 12-12 08:42
¿ Admitir el error puede reducir 10 años de condena? Esta lógica realmente me sorprende. El sistema judicial de EE. UU. realmente depende de la actitud, ¿verdad?
Las dos grandes casos recientes muestran claramente las diferencias en la lógica de las sentencias judiciales.
Do Kwon fue condenado a 15 años por el fraude de 4.000 millones de dólares en el proyecto Terra-Luna, mientras que SBF recibió una condena de 25 años por el fraude de 11.000 millones de dólares en el proyecto FTX. No, no es un error: el caso con una pérdida económica casi cuatro veces mayor recibió una sentencia 10 años menor. ¿A qué se debe esta diferencia?
**La actitud lo decide todo**
Kwon se declaró culpable en agosto y asumió voluntariamente la responsabilidad. Escribió una carta al tribunal en la que reconocía que había roto las promesas a las víctimas y admitía que su arrogancia había llevado a la comunidad a ser engañada. El tribunal escuchó cientos de declaraciones de víctimas, Kwon estuvo presente en todo momento y se disculpó directamente con ellas.
SBF optó por una estrategia de confrontación. Insistió en que FTX no era un fraude, sino una crisis de liquidez. El jurado tardó 4 horas en dictar la condena. Lo peor fue que el juez Kaplan descubrió que SBF había cometido múltiples perjurios durante el juicio, calificando sus declaraciones como «las más astutas que ha visto en décadas de proceso». También intentó contactar con los testigos antes del juicio para influir en ellos.
**La ubicación también es un factor determinante**
La condena de Kwon tiene un factor especial: los 15 años en EE. UU. son solo el comienzo. Después de cumplir su condena en EE. UU., todavía enfrenta hasta 40 años de cargos pendientes en Corea. Este aspecto fue claramente considerado por el juez al dictar sentencia.
SBF no tiene esa «ventaja». No tiene otros casos pendientes en otros países, por lo que esos 25 años son prácticamente su condena definitiva (a menos que una apelación la revierta).
En realidad, estos dos casos enseñan una lección importante a la comunidad cripto: por mucho que crezcan los números, la actitud puede cambiar una sentencia. Admitir errores es mucho más rentable que defenderse con engaños.