Recientemente, Trump reveló en una entrevista un detalle que sacudirá los mercados financieros: ya tiene en mente quién será el próximo presidente de la Reserva Federal. Ambos candidatos se llaman Kevin: Kevin Warsh, exmiembro de la Junta de Gobernadores, y Kevin Hassett, actual director del Consejo de Asesores Económicos. Quién de los dos tomará las riendas de la Fed afectará directamente la dirección de las tasas de interés el próximo año.
Lo más importante es que Trump admitió haber tenido una reunión con Warsh, y en esa ocasión preguntó la cuestión que más preocupa a todos los participantes del mercado: "¿Puede garantizar una bajada de las tasas?" Trump dijo a los medios: "Él cree que debe bajar, todos los que he consultado piensan lo mismo."
Pero no terminó ahí. Trump expresó sin tapujos que el presidente de la Reserva Federal debería escuchar sus consejos a la hora de fijar la política de tasas, porque "mi opinión tiene mucho valor". ¿Y cuál sería el objetivo concreto? Él dio la respuesta: "1%, o quizás incluso más bajo." La razón es simple: unas tasas bajas pueden reducir significativamente los gastos de intereses de la deuda del gobierno estadounidense.
La lógica detrás de estas declaraciones es muy clara: tasas bajas globales + alivio de la enorme deuda pendiente = posible gran liberación de liquidez. Entonces, surge la pregunta: ¿quién de los dos Kevins estará más inclinado a una política flexible? ¿Hasta qué punto adoptará la Reserva Federal estos consejos? Si las tasas realmente bajan significativamente, ¿cómo cambiará el panorama de fondos en el mercado?
Piensa en ello: desde las expectativas políticas y los flujos de fondos, hasta la estrategia de inversión concreta, todas estas cuestiones merecen una reflexión cuidadosa. ¿Qué opinas sobre las inclinaciones políticas de los dos candidatos? En un entorno de bajas tasas, ¿cómo deberíamos ajustar nuestra estrategia?
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Recientemente, Trump reveló en una entrevista un detalle que sacudirá los mercados financieros: ya tiene en mente quién será el próximo presidente de la Reserva Federal. Ambos candidatos se llaman Kevin: Kevin Warsh, exmiembro de la Junta de Gobernadores, y Kevin Hassett, actual director del Consejo de Asesores Económicos. Quién de los dos tomará las riendas de la Fed afectará directamente la dirección de las tasas de interés el próximo año.
Lo más importante es que Trump admitió haber tenido una reunión con Warsh, y en esa ocasión preguntó la cuestión que más preocupa a todos los participantes del mercado: "¿Puede garantizar una bajada de las tasas?" Trump dijo a los medios: "Él cree que debe bajar, todos los que he consultado piensan lo mismo."
Pero no terminó ahí. Trump expresó sin tapujos que el presidente de la Reserva Federal debería escuchar sus consejos a la hora de fijar la política de tasas, porque "mi opinión tiene mucho valor". ¿Y cuál sería el objetivo concreto? Él dio la respuesta: "1%, o quizás incluso más bajo." La razón es simple: unas tasas bajas pueden reducir significativamente los gastos de intereses de la deuda del gobierno estadounidense.
La lógica detrás de estas declaraciones es muy clara: tasas bajas globales + alivio de la enorme deuda pendiente = posible gran liberación de liquidez. Entonces, surge la pregunta: ¿quién de los dos Kevins estará más inclinado a una política flexible? ¿Hasta qué punto adoptará la Reserva Federal estos consejos? Si las tasas realmente bajan significativamente, ¿cómo cambiará el panorama de fondos en el mercado?
Piensa en ello: desde las expectativas políticas y los flujos de fondos, hasta la estrategia de inversión concreta, todas estas cuestiones merecen una reflexión cuidadosa. ¿Qué opinas sobre las inclinaciones políticas de los dos candidatos? En un entorno de bajas tasas, ¿cómo deberíamos ajustar nuestra estrategia?