Ver SEI, Sui y otras nuevas cadenas públicas que se jactan de tener tarifas de Gas extremadamente bajas me da un poco de risa. Sui afirma ser diez veces más barato que Sol, y SEI aún más exagerado, directamente desafiando con un precio cien veces menor. Este despliegue, más que un avance técnico, parece una gran liquidación en una guerra por el dominio del ecosistema.

Pero surge la pregunta: en este mundo no hay almuerzos gratis, y esta misma lógica se aplica a las cadenas públicas. Las tarifas de Gas pueden caer casi a cero solo por dos razones. La primera es que los proyectos, con dinero de VC, subsidien locamente a los usuarios, pero ese dinero no puede quemarse para siempre. ¿Qué pasa cuando se agote la financiación? Las tarifas tendrán que subir de nuevo. La segunda razón es aún más dolorosa: los costos en realidad no desaparecen, solo se transfieren — ya sea escondidos en una emisión descontrolada de tokens, o enterrados en futuras "tarifas por servicios adicionales" en forma de bombas de tiempo. Cada céntimo que ahorras en Gas ahora, tarde o temprano, será recuperado en forma de depreciación de tokens, con intereses.

Esto en realidad es un plan de entrenamiento para la nueva era. Primero, usando la "gratificación" como cebo para atraer usuarios al ecosistema, permitiendo que acumulen activos y formen hábitos. Cuando la escala del ecosistema crezca, los mecanismos de cobro ocultos comenzarán a activarse silenciosamente. Lo que parece una infraestructura fluida como el aire en apariencia, en realidad está tejiendo una red cada vez más apretada. A largo plazo, toda esa competencia sin costo, en última instancia, apunta a un mismo destino: monopolio y cosecha.