La mayor gestora de activos de Brasil, Itaú Asset Management, envió recientemente a sus clientes un consejo: destinar un 3% de su patrimonio a la inversión en Bitcoin. Puede parecer una estrategia agresiva, pero la lógica detrás de ella merece ser analizada.

En el pensamiento tradicional, si tienes dinero, lo guardas en el banco o lo inviertes en acciones. El problema es que ahora este enfoque ya no funciona. La inflación erosiona el poder adquisitivo, las fluctuaciones en las tasas de cambio son frecuentes y el panorama económico es incierto. Si pones todo tu patrimonio en efectivo o en bienes raíces, en realidad estás asumiendo el mayor riesgo.

¿Y por qué invertir en Bitcoin? En una palabra: independencia. No sigue a las acciones, no sigue a las tasas de cambio, tiene su propio ritmo. Esa es la verdadera diversificación de activos. Imagina que tienes 100.000 y destinas 3.000 a Bitcoin. Incluso si su valor cae, tus pérdidas serán limitadas. Pero si llega a un gran movimiento del mercado o una transformación económica, esas 3.000 pueden generar ganancias suficientes para compensar las pérdidas en otros activos. Esto no es una apuesta, sino una cobertura de riesgo — poner un seguro en tu cartera.

El consejo más importante es: no pienses demasiado. Muchas personas fracasan por la ilusión de “esperar a que baje más para comprar”. La estrategia correcta es la inversión periódica, comprar regularmente, seguir comprando, sin importar si el mercado sube o baja. No requiere análisis técnico ni estar pegado a la pantalla todos los días; en esencia, es una estrategia de ahorro a largo plazo con disciplina.

Esta tendencia ya se extiende a nivel mundial. Las instituciones financieras en EE. UU. recomiendan asignar un 4%, y gigantes como BlackRock también están ajustando sus estrategias de inversión. Desde Wall Street hasta São Paulo, desde instituciones hasta particulares, la aceptación de Bitcoin como herramienta de protección de activos continúa en aumento.