El modelo fiscal japonés de "altos niveles de deuda + bajos tipos de interés" que dependía a largo plazo está empezando a fallar. Este sistema financiero, que había mantenido durante décadas, ahora enfrenta contradicciones internas que se agravan en su totalidad, no solo afectando la economía japonesa, sino también desencadenando reacciones en cadena en la red financiera internacional y marcando el fin de la era del "dinero gratuito" a nivel global.
**Lógica de funcionamiento desequilibrada**
La deuda pública del gobierno japonés alcanza entre el 255% y el 260% del PIB, siendo la más alta del mundo. Lo que parece absurdo es que, mediante mecanismos internos como la compra masiva de deuda por parte del Banco Central de Japón y la adquisición continua por parte de instituciones financieras nacionales, se ha logrado mantener un entorno de tipos de interés ultrabajos. Este sistema funciona como una "máquina de movimiento perpetuo" — el gobierno emite deuda, el Banco Central y las instituciones financieras compran, formando una aparente estabilidad en los tipos bajos.
Lo más importante es que Japón actúa como un "bomba de dinero invisible" en el sistema financiero global. Bajo un entorno de bajos intereses, una gran cantidad de yenes fluye constantemente al extranjero, siendo el mercado de bonos del Tesoro de EE. UU. un destino principal. Hasta septiembre de 2025, Japón poseía 1.1893 billones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense, una cifra que por sí misma indica el impacto profundo de los fondos japoneses en la liquidez global.
**Nuevos riesgos por la actualización de políticas**
Desde las "Tres flechas" de la era Abe hasta la nueva ronda de políticas más radicalizadas, el marco político de Japón ha mostrado un cambio claro. La expansión fiscal ha pasado a tener una importancia sin precedentes, y las inversiones estratégicas lideradas por el gobierno se han convertido en un nuevo foco. El plan de estímulo de 21.3 billones de yenes recientemente lanzado refleja esta línea de pensamiento.
El problema es que estas acciones fiscales agresivas no han ido acompañadas de reformas estructurales correspondientes. Como resultado, las políticas y la realidad económica se desajustan cada vez más — el gobierno gasta dinero, pero la dinámica de crecimiento endógeno de la economía no ha mejorado realmente.
**Presiones políticas y económicas**
El propio gobierno japonés también se encuentra en dificultades. La división dentro del Partido Liberal Democrático, la presión inflacionaria en aumento y los objetivos políticos en conflicto. El gobierno quiere estimular la economía, pero el Banco Central empieza a restringir las políticas para controlar la inflación, haciendo que las contradicciones aumenten. Este doble dilema político y económico socava directamente la eficacia de la implementación de las políticas.
**Punto de inflexión en la liquidez global**
El impacto global de esta crisis ya se empieza a manifestar. La posible reducción en la salida de fondos japoneses, la mayor presión sobre la apreciación del yen, indican que la liquidez global podría enfrentarse a una reevaluación. Los fondos en yenes, anteriormente baratos y abundantes, quizás ya no sean tan suficientes, lo que afectará a todos los mercados que dependen del entorno de bajos intereses a nivel mundial, incluido el mercado de criptomonedas.
Esta reajuste estructural en el sistema financiero japonés, en cierto modo, marca el fin de una era. Es posible que los días del "dinero gratuito" a nivel global hayan llegado realmente a su fin.
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El modelo fiscal japonés de "altos niveles de deuda + bajos tipos de interés" que dependía a largo plazo está empezando a fallar. Este sistema financiero, que había mantenido durante décadas, ahora enfrenta contradicciones internas que se agravan en su totalidad, no solo afectando la economía japonesa, sino también desencadenando reacciones en cadena en la red financiera internacional y marcando el fin de la era del "dinero gratuito" a nivel global.
**Lógica de funcionamiento desequilibrada**
La deuda pública del gobierno japonés alcanza entre el 255% y el 260% del PIB, siendo la más alta del mundo. Lo que parece absurdo es que, mediante mecanismos internos como la compra masiva de deuda por parte del Banco Central de Japón y la adquisición continua por parte de instituciones financieras nacionales, se ha logrado mantener un entorno de tipos de interés ultrabajos. Este sistema funciona como una "máquina de movimiento perpetuo" — el gobierno emite deuda, el Banco Central y las instituciones financieras compran, formando una aparente estabilidad en los tipos bajos.
Lo más importante es que Japón actúa como un "bomba de dinero invisible" en el sistema financiero global. Bajo un entorno de bajos intereses, una gran cantidad de yenes fluye constantemente al extranjero, siendo el mercado de bonos del Tesoro de EE. UU. un destino principal. Hasta septiembre de 2025, Japón poseía 1.1893 billones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense, una cifra que por sí misma indica el impacto profundo de los fondos japoneses en la liquidez global.
**Nuevos riesgos por la actualización de políticas**
Desde las "Tres flechas" de la era Abe hasta la nueva ronda de políticas más radicalizadas, el marco político de Japón ha mostrado un cambio claro. La expansión fiscal ha pasado a tener una importancia sin precedentes, y las inversiones estratégicas lideradas por el gobierno se han convertido en un nuevo foco. El plan de estímulo de 21.3 billones de yenes recientemente lanzado refleja esta línea de pensamiento.
El problema es que estas acciones fiscales agresivas no han ido acompañadas de reformas estructurales correspondientes. Como resultado, las políticas y la realidad económica se desajustan cada vez más — el gobierno gasta dinero, pero la dinámica de crecimiento endógeno de la economía no ha mejorado realmente.
**Presiones políticas y económicas**
El propio gobierno japonés también se encuentra en dificultades. La división dentro del Partido Liberal Democrático, la presión inflacionaria en aumento y los objetivos políticos en conflicto. El gobierno quiere estimular la economía, pero el Banco Central empieza a restringir las políticas para controlar la inflación, haciendo que las contradicciones aumenten. Este doble dilema político y económico socava directamente la eficacia de la implementación de las políticas.
**Punto de inflexión en la liquidez global**
El impacto global de esta crisis ya se empieza a manifestar. La posible reducción en la salida de fondos japoneses, la mayor presión sobre la apreciación del yen, indican que la liquidez global podría enfrentarse a una reevaluación. Los fondos en yenes, anteriormente baratos y abundantes, quizás ya no sean tan suficientes, lo que afectará a todos los mercados que dependen del entorno de bajos intereses a nivel mundial, incluido el mercado de criptomonedas.
Esta reajuste estructural en el sistema financiero japonés, en cierto modo, marca el fin de una era. Es posible que los días del "dinero gratuito" a nivel global hayan llegado realmente a su fin.