#数字资产生态回暖 Revisa las capturas de pantalla de tus viejas posiciones de 2019 y entenderás qué significa que unos tengan alegría y otros tristeza.
Las decisiones de entonces determinaron el resultado de hoy.
Algunas personas acertaron con sus apuestas. Quienes mantuvieron tokens como $DOGE, $TRX y otros, vieron sus cuentas crecer de unos pocos miles de dólares a más de 60.000 o incluso más en cinco años. El tiempo se convirtió en la mejor prueba: una estrategia temprana llevó a retornos exponenciales.
Pero la mayoría no tuvo esa suerte. Incontables tokens se convirtieron en "zombis" por no seguir el ritmo tecnológico, o por emisión descontrolada del equipo, convirtiéndose en "máquinas de cortar céspedes" para los inversores, y al final sus precios llegaron a niveles mínimos o incluso se zeraron por completo. Lo que tenían en mano no era un activo, sino un papel.
¿Cómo encontrar proyectos que realmente puedan "mantenerse"?
La experiencia enseña una sencilla verdad: un proyecto debe tener algo que lo sostenga durante el mercado bajista. No basta con solo prometer, hay que tener algo tangible.
Por ejemplo, algunos proyectos diseñaron mecanismos de autorregulación. Uno es el atributo social real: la valorización del token que puede traducirse en contribuciones concretas (como recursos educativos o proyectos benéficos), permitiendo a los poseedores no solo ganar dinero, sino también participar en actividades significativas. Otro es la escasez técnica: mediante recompra automática y quema de tokens, controlan la oferta y bloquean la posibilidad de inflación ilimitada, permitiendo que los holders a largo plazo disfruten verdaderamente de los beneficios de la escasez.
Al revisar viejas cuentas, en realidad nos estamos haciendo una pregunta: ¿cuál será el próximo proyecto que valga la pena guardar en una captura?
La respuesta probablemente esté en aquellos proyectos que tengan lógica financiera y producción real. No solo hay que mirar las subidas y bajadas de los números, sino también qué puede construir el equipo y la comunidad.
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DeepRabbitHole
· 12-14 16:58
A decir verdad, las personas que en 2005 compraron y mantuvieron $DOGE seguramente ahora están celebrando en secreto. Yo en esa época ni siquiera intenté comprar a la baja, realmente, la ansiedad social me arruinó.
Solo quiero preguntar, ¿cómo se puede distinguir ahora qué proyecto es real y cuál solo busca hacer perder dinero a los inversores?
He acumulado un montón de monedas zombis hasta ahora, y la verdad, ni siquiera valen el papel en que están impresas.
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GasFeeCrying
· 12-14 16:58
A decir verdad, en esa ola de 2019 lo aposté todo a monedas basura, y ahora que las reviso solo hay ceros...
Los colegas que mantienen DOGE realmente han ganado mucho, yo soy el que no ganó nada
Al revisarlo otra vez, sigue siendo lo mismo: tecnología, equipo, mecanismo, cualquiera de los tres debe ser sólido
Esta vez he aprendido a ser inteligente, hay que buscar algo que realmente tenga resultados
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ApyWhisperer
· 12-14 16:57
La ola de 2019 fue realmente una separación, algunos ahora se llevan 600,000 en ganancias sin hacer nada, y yo todavía estoy limpiando monedas basura.
No me hables de mecanismos de autorregulación, la mayoría de los proyectos son solo envoltorios vacíos para robar a los inversores, despierten todos.
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ProofOfNothing
· 12-14 16:47
La intención es esa, pero ¿cuántas personas realmente pueden mantenerlo? La mayoría todavía deben vender sus activos o huir.
#数字资产生态回暖 Revisa las capturas de pantalla de tus viejas posiciones de 2019 y entenderás qué significa que unos tengan alegría y otros tristeza.
Las decisiones de entonces determinaron el resultado de hoy.
Algunas personas acertaron con sus apuestas. Quienes mantuvieron tokens como $DOGE, $TRX y otros, vieron sus cuentas crecer de unos pocos miles de dólares a más de 60.000 o incluso más en cinco años. El tiempo se convirtió en la mejor prueba: una estrategia temprana llevó a retornos exponenciales.
Pero la mayoría no tuvo esa suerte. Incontables tokens se convirtieron en "zombis" por no seguir el ritmo tecnológico, o por emisión descontrolada del equipo, convirtiéndose en "máquinas de cortar céspedes" para los inversores, y al final sus precios llegaron a niveles mínimos o incluso se zeraron por completo. Lo que tenían en mano no era un activo, sino un papel.
¿Cómo encontrar proyectos que realmente puedan "mantenerse"?
La experiencia enseña una sencilla verdad: un proyecto debe tener algo que lo sostenga durante el mercado bajista. No basta con solo prometer, hay que tener algo tangible.
Por ejemplo, algunos proyectos diseñaron mecanismos de autorregulación. Uno es el atributo social real: la valorización del token que puede traducirse en contribuciones concretas (como recursos educativos o proyectos benéficos), permitiendo a los poseedores no solo ganar dinero, sino también participar en actividades significativas. Otro es la escasez técnica: mediante recompra automática y quema de tokens, controlan la oferta y bloquean la posibilidad de inflación ilimitada, permitiendo que los holders a largo plazo disfruten verdaderamente de los beneficios de la escasez.
Al revisar viejas cuentas, en realidad nos estamos haciendo una pregunta: ¿cuál será el próximo proyecto que valga la pena guardar en una captura?
La respuesta probablemente esté en aquellos proyectos que tengan lógica financiera y producción real. No solo hay que mirar las subidas y bajadas de los números, sino también qué puede construir el equipo y la comunidad.