Ruja Ignatova pasó de ser una consultora de élite a convertirse en sinónimo de engaño financiero. Graduada en Oxford y exanalista de McKinsey, esta mujer nacida en Bulgaria en 1980 tenía todos los ingredientes para el éxito corporativo. Sin embargo, en 2014 decidió tomar un camino muy diferente: crear OneCoin, presentada al mundo como la “moneda del futuro” que revolucionaría el sistema financiero global.
La ilusión de OneCoin: cómo defraudó a millones
Lo que Ignatova promocionaba como una criptomoneda sofisticada era en realidad algo mucho más simple y destructivo: un esquema piramidal descomunal sin tecnología blockchain real. Durante apenas unos años, logró recaudar más de 4 mil millones de dólares de inversores dispersos en decenas de países. La estructura funcionaba perfectamente para los creadores: mientras prometía ganancias exponenciales, el dinero fluía hacia arriba en la pirámide, enriqueciendo a quienes estaban en la cúspide.
La desaparición que cambió todo
En octubre de 2017, todo cambió. Con las autoridades estadounidenses iniciando acusaciones formales por fraude y lavado de dinero, Ruja Ignatova abordó un vuelo hacia Atenas y simplemente se esfumó del registro público. Desde ese momento, su paradero se convirtió en uno de los misterios más intrigantes del mundo financiero: ¿fue asesinada para guardar secretos? ¿Desapareció bajo una nueva identidad en algún refugio seguro? Las teorías se multiplican pero las respuestas nunca llegan.
La búsqueda que continúa
Para 2022, Ignatova fue incluida en la lista de los 10 criminales más buscados por el FBI, con una recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Su nombre ahora representa una lección brutal para el mercado de criptomonedas: que la innovación tecnológica puede ser disfrazada fácilmente para cometer fraudes a escala masiva. El caso de OneCoin sigue siendo un recordatorio de por qué la debida diligencia y la verificación son cruciales antes de invertir en cualquier proyecto cripto, sin importar cuán atractiva sea la promesa.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El caso OneCoin: cómo una mujer brillante orquestó la mayor estafa en la historia de las criptomonedas
Ruja Ignatova pasó de ser una consultora de élite a convertirse en sinónimo de engaño financiero. Graduada en Oxford y exanalista de McKinsey, esta mujer nacida en Bulgaria en 1980 tenía todos los ingredientes para el éxito corporativo. Sin embargo, en 2014 decidió tomar un camino muy diferente: crear OneCoin, presentada al mundo como la “moneda del futuro” que revolucionaría el sistema financiero global.
La ilusión de OneCoin: cómo defraudó a millones
Lo que Ignatova promocionaba como una criptomoneda sofisticada era en realidad algo mucho más simple y destructivo: un esquema piramidal descomunal sin tecnología blockchain real. Durante apenas unos años, logró recaudar más de 4 mil millones de dólares de inversores dispersos en decenas de países. La estructura funcionaba perfectamente para los creadores: mientras prometía ganancias exponenciales, el dinero fluía hacia arriba en la pirámide, enriqueciendo a quienes estaban en la cúspide.
La desaparición que cambió todo
En octubre de 2017, todo cambió. Con las autoridades estadounidenses iniciando acusaciones formales por fraude y lavado de dinero, Ruja Ignatova abordó un vuelo hacia Atenas y simplemente se esfumó del registro público. Desde ese momento, su paradero se convirtió en uno de los misterios más intrigantes del mundo financiero: ¿fue asesinada para guardar secretos? ¿Desapareció bajo una nueva identidad en algún refugio seguro? Las teorías se multiplican pero las respuestas nunca llegan.
La búsqueda que continúa
Para 2022, Ignatova fue incluida en la lista de los 10 criminales más buscados por el FBI, con una recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Su nombre ahora representa una lección brutal para el mercado de criptomonedas: que la innovación tecnológica puede ser disfrazada fácilmente para cometer fraudes a escala masiva. El caso de OneCoin sigue siendo un recordatorio de por qué la debida diligencia y la verificación son cruciales antes de invertir en cualquier proyecto cripto, sin importar cuán atractiva sea la promesa.