El mundo de los analistas ha detectado en los últimos meses un patrón preocupante: si recordamos el período clásico griego, la lucha actual entre superpotencias comienza a parecerse a un escenario que los expertos financieros deberían reconocer. DeepSeek, una startup china de IA, ha demostrado que la brecha tecnológica entre Washington y Pekín se está reduciendo más rápido de lo que Washington esperaba. Esto ha desencadenado una cadena de eventos que podría terminar en el peor escenario para las carteras.
Allison y su patrón de advertencia: 75 por ciento de probabilidad de conflicto
El analista estratégico estadounidense Graham Allison propuso un concepto que llama la trampa de Tucídides. Es un patrón histórico en el que la potencia dominante y el rival en ascenso se enfrentan cara a cara. Allison estudió 16 casos similares en la historia moderna y descubrió que 12 de ellos terminaron en conflicto abierto. Esto significa una probabilidad de tres cuartas partes de que EE. UU. y China lleguen a un enfrentamiento directo.
No es solo un ejercicio teórico. La administración de Trump responde al avance tecnológico chino exactamente según el modelo de Allison: aranceles, embargos, restricciones de acceso. Google, que China expulsó hace años de su mercado, ahora está en el punto de mira de una investigación antimonopolio, una señal clara de que Pekín tiene buena memoria y poca paciencia.
Las guerras comerciales como piedra de prueba
El congelamiento de los mercados comienza con enfrentamientos comerciales, no con bombas. Cada arancel decretado por una de las partes provoca una respuesta de la otra. La cadena de suministro que conecta ambas economías se va paralizando poco a poco. Las fábricas en Asia desaceleran, los costos logísticos aumentan, y los precios para los consumidores suben.
En este entorno, el capital se comporta como un animal asustado. Los activos de riesgo —y aquí entran precisamente las criptomonedas— son los primeros en buscar salida. El dinero abandona tokens y altcoins, buscando seguridad en efectivo y en instrumentos tradicionales. No es pánico; es una calculada frialdad.
Ciclo de las criptomonedas vs. realidad geopolítica
La idea original era que los mercados de criptomonedas evolucionarían según sus propias reglas —halving, sentimiento, llegada institucional—. Pero la trampa de Tucídides muestra que los eventos macroeconómicos también toman su parte. Cuando el comercio global se frena, aumenta el desempleo y las familias se preparan para tiempos peores, el dinero sale de los experimentos y se dirige a refugios más conservadores.
Lo peor es cuando el conflicto se traslada también al sector financiero. Ahí es donde empieza a hablarse de un invierno —no meteorológico, sino de mercado. La liquidez se retira, el crédito se vuelve caro y arriesgado. Bitcoin y el resto del mercado se enfrentan a condiciones que recuerdan a 2018 o 2020.
¿Cuándo se cerrará la trampa de Tucídides?
La pregunta es: ¿serán Trump y Xi Jinping capaces de llegar a un acuerdo y ceder? Allison afirma que en la historia esto es posible, pero requiere la voluntad de ambas partes de renunciar a ciertos objetivos. Cada día que pasa en incertidumbre reduce la confianza en los mercados y aumenta el costo del capital.
Para los poseedores de criptomonedas, esto es un claro aviso: prepararse para un escenario en el que el invierno lo trae la geopolítica, no solo el ciclo. Esta mayor volatilidad y riesgo son ahora parte del juego.
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¿Cuándo se activará la pasada de Tucídides? Cómo la rivalidad entre Estados Unidos y China amenaza con congelar los mercados de criptomonedas
El mundo de los analistas ha detectado en los últimos meses un patrón preocupante: si recordamos el período clásico griego, la lucha actual entre superpotencias comienza a parecerse a un escenario que los expertos financieros deberían reconocer. DeepSeek, una startup china de IA, ha demostrado que la brecha tecnológica entre Washington y Pekín se está reduciendo más rápido de lo que Washington esperaba. Esto ha desencadenado una cadena de eventos que podría terminar en el peor escenario para las carteras.
Allison y su patrón de advertencia: 75 por ciento de probabilidad de conflicto
El analista estratégico estadounidense Graham Allison propuso un concepto que llama la trampa de Tucídides. Es un patrón histórico en el que la potencia dominante y el rival en ascenso se enfrentan cara a cara. Allison estudió 16 casos similares en la historia moderna y descubrió que 12 de ellos terminaron en conflicto abierto. Esto significa una probabilidad de tres cuartas partes de que EE. UU. y China lleguen a un enfrentamiento directo.
No es solo un ejercicio teórico. La administración de Trump responde al avance tecnológico chino exactamente según el modelo de Allison: aranceles, embargos, restricciones de acceso. Google, que China expulsó hace años de su mercado, ahora está en el punto de mira de una investigación antimonopolio, una señal clara de que Pekín tiene buena memoria y poca paciencia.
Las guerras comerciales como piedra de prueba
El congelamiento de los mercados comienza con enfrentamientos comerciales, no con bombas. Cada arancel decretado por una de las partes provoca una respuesta de la otra. La cadena de suministro que conecta ambas economías se va paralizando poco a poco. Las fábricas en Asia desaceleran, los costos logísticos aumentan, y los precios para los consumidores suben.
En este entorno, el capital se comporta como un animal asustado. Los activos de riesgo —y aquí entran precisamente las criptomonedas— son los primeros en buscar salida. El dinero abandona tokens y altcoins, buscando seguridad en efectivo y en instrumentos tradicionales. No es pánico; es una calculada frialdad.
Ciclo de las criptomonedas vs. realidad geopolítica
La idea original era que los mercados de criptomonedas evolucionarían según sus propias reglas —halving, sentimiento, llegada institucional—. Pero la trampa de Tucídides muestra que los eventos macroeconómicos también toman su parte. Cuando el comercio global se frena, aumenta el desempleo y las familias se preparan para tiempos peores, el dinero sale de los experimentos y se dirige a refugios más conservadores.
Lo peor es cuando el conflicto se traslada también al sector financiero. Ahí es donde empieza a hablarse de un invierno —no meteorológico, sino de mercado. La liquidez se retira, el crédito se vuelve caro y arriesgado. Bitcoin y el resto del mercado se enfrentan a condiciones que recuerdan a 2018 o 2020.
¿Cuándo se cerrará la trampa de Tucídides?
La pregunta es: ¿serán Trump y Xi Jinping capaces de llegar a un acuerdo y ceder? Allison afirma que en la historia esto es posible, pero requiere la voluntad de ambas partes de renunciar a ciertos objetivos. Cada día que pasa en incertidumbre reduce la confianza en los mercados y aumenta el costo del capital.
Para los poseedores de criptomonedas, esto es un claro aviso: prepararse para un escenario en el que el invierno lo trae la geopolítica, no solo el ciclo. Esta mayor volatilidad y riesgo son ahora parte del juego.