#非农数据超预期 ¿Cuándo se abrirá la ventana de recortes de tasas?
Respecto a los datos de empleo no agrícola y la tendencia de políticas futuras, las principales instituciones y expertos han emitido sus opiniones, mostrando ciertas divergencias en sus actitudes. Gina Bolvin, presidenta de Bolvin Wealth Management Group, afirmó que los datos macroeconómicos publicados recientemente dibujan un panorama de “breve respiro económico”: aunque el crecimiento del empleo todavía se mantiene, ya se evidencian grietas evidentes; los consumidores siguen siendo el pilar del crecimiento económico, pero la motivación para crecer ha disminuido notablemente. Sin embargo, este escenario no es negativo para la Reserva Federal, sino que le permite tener mayor espacio para ajustar políticas sin provocar pánico en el mercado, pudiendo flexibilizar el ritmo de las políticas según cambien los datos económicos. El analista Anstey ofrece una interpretación más cautelosa, señalando que la tasa de desempleo en noviembre subió a 4.6%, lo que probablemente atraerá la atención de la Reserva Federal, pero hay que tener en cuenta que este aumento en la tasa de desempleo vino acompañado de un incremento en la participación laboral, por lo que no es una señal completamente negativa y requiere análisis en conjunto con otros datos detallados. El mercado ya ha comenzado a anticipar una mayor flexibilización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal, pero no se puede ignorar que los datos de empleo de agosto y septiembre revisados en conjunto muestran una reducción de 33,000 empleos, lo que indica que la debilidad previa del mercado laboral podría estar subestimada, y en el futuro hay que estar atentos a los riesgos adicionales que puedan derivarse de las revisiones de datos. Michael Collins, de PGIM Fixed Income, tiene una actitud relativamente optimista respecto a los datos, diciendo que el informe de empleo “no es tan malo”, principalmente porque deja espacio suficiente para que la Reserva Federal implemente políticas de relajación en 2026. Si el mercado laboral continúa enfriándose, la Fed puede lanzar un recorte de tasas para apoyar el crecimiento; si los datos mejoran posteriormente, también puede retrasar el ritmo de relajación para evitar riesgos asociados a cambios excesivos en la política, lo cual favorece a la Reserva Federal en un escenario de “avance o defensa”. Por otro lado, la economista jefe de RBC, Frances Donald, señala la contradicción central del mercado actual, diciendo que la atención se ha desplazado de “hacia dónde va el mercado laboral” a “cómo la debilidad del empleo puede afectar el crecimiento económico general en EE. UU.”. Este cambio indica que las preocupaciones sobre el crecimiento económico están aumentando; si la debilidad del empleo continúa afectando el consumo y la inversión, la economía estadounidense podría entrar en una recesión temporal el próximo año, por lo que es importante seguir de cerca los cambios en indicadores económicos clave como consumo e inversión. John Briggs, director de estrategia de tasas de interés en Estados Unidos de la Banque de France, se centra en el estado de ánimo del mercado, diciendo que la preocupación principal ahora es la tasa de desempleo, que ya ha reforzado significativamente las expectativas de una reducción de tasas en 2026 por parte de la Reserva Federal, impulsando ligeramente el precio de los bonos del Tesoro estadounidense. La reacción del mercado de bonos muestra que los fondos se están moviendo gradualmente hacia activos seguros, reflejando un aumento en la preocupación por las perspectivas económicas. Nick Timiraos, conocido como la “voz de la Reserva Federal”, ofrece un análisis más detallado, señalando que, según cálculos sin redondear, la tasa de desempleo en noviembre en EE. UU. fue en realidad de 4.573%, un aumento de 13 puntos base respecto a septiembre (4.440%), evidenciando una tendencia de relajación en el mercado laboral. Combinando esto con una desaceleración en el crecimiento salarial y revisiones a la baja en los datos de empleo, la probabilidad de que la Reserva Federal ajuste su política en el futuro está en aumento, aunque debido a riesgos de distorsión en los datos, el ritmo de ajuste puede ser relativamente cauteloso. La declaración del presidente de la Reserva Federal, Powell, la semana pasada, también refleja una actitud prudente en la formulación de políticas. Advirtió que, debido a la recopilación incompleta de datos en octubre y la primera mitad de noviembre, los responsables de la política interpretarán los datos económicos futuros con “una actitud relativamente prudente”. Además, Powell mencionó que los datos estadísticos oficiales podrían tener sesgos sistemáticos, estimando que el crecimiento del empleo no agrícola podría estar sobreestimado en 60,000 cada mes; si esto es correcto, desde abril de este año, la economía estadounidense podría haber perdido aproximadamente 20,000 empleos mensuales, lo que indica que la debilidad del mercado laboral podría ser mucho mayor que lo que muestran los datos superficiales. Combinando estos datos y opiniones institucionales, el autor opina que, aunque los datos de empleo no agrícola muestran señales claras de enfriamiento, hay que estar atento a tres problemas principales, que influirán directamente en el ritmo de recortes de tasas de la Reserva Federal. Primero, no se puede ignorar el riesgo de distorsión de datos. La parálisis del gobierno ha provocado una recopilación incompleta de datos, lo que reduce la utilidad de los datos de octubre y noviembre. La Reserva Federal probablemente esperará a que se publiquen datos más completos antes de ajustar su política, por lo que la probabilidad de un recorte en enero, aunque ha aumentado, sigue siendo baja. Segundo, la brecha entre las expectativas de política y las declaraciones oficiales necesita cerrarse. Actualmente, el mercado ha valorado de manera bastante agresiva dos recortes en 2026, pero la Reserva Federal aún no ha dado señales claras de relajación. Si los datos económicos mejoran marginalmente, las expectativas del mercado podrían ajustarse a la baja, provocando volatilidad. Tercero, hay que prevenir riesgos de recesión económica. La debilidad del empleo, la desaceleración del consumo y los efectos residuales de la inflación aumentan la presión a la baja sobre la economía estadounidense. Sin apoyo político, podría entrar en una recesión temporal, lo que también aceleraría el ritmo de relajación de la Reserva Federal. En resumen, la ventana de recortes de tasas de la Reserva Federal se acerca gradualmente, pero no será un proceso instantáneo; probablemente adoptará un enfoque de “paso a paso” para ajustar la política. Para los inversores, en el corto plazo, conviene centrarse en sectores beneficiados por las expectativas de relajación, pero hay que estar atentos a las correcciones del mercado que puedan generar riesgos; a largo plazo, es fundamental seguir de cerca los datos clave como empleo, consumo y inflación, así como las declaraciones de la Reserva Federal, ajustando racionalmente la estructura de la cartera para evitar riesgos potenciales derivados de una desaceleración económica. Con la próxima entrevista de Trump como candidato a presidente de la Reserva Federal y la publicación de más datos económicos, la incertidumbre del mercado seguirá siendo alta, por lo que se recomienda mantener una actitud racional y operar con cautela.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
#非农数据超预期 ¿Cuándo se abrirá la ventana de recortes de tasas?
Respecto a los datos de empleo no agrícola y la tendencia de políticas futuras, las principales instituciones y expertos han emitido sus opiniones, mostrando ciertas divergencias en sus actitudes.
Gina Bolvin, presidenta de Bolvin Wealth Management Group, afirmó que los datos macroeconómicos publicados recientemente dibujan un panorama de “breve respiro económico”: aunque el crecimiento del empleo todavía se mantiene, ya se evidencian grietas evidentes; los consumidores siguen siendo el pilar del crecimiento económico, pero la motivación para crecer ha disminuido notablemente. Sin embargo, este escenario no es negativo para la Reserva Federal, sino que le permite tener mayor espacio para ajustar políticas sin provocar pánico en el mercado, pudiendo flexibilizar el ritmo de las políticas según cambien los datos económicos.
El analista Anstey ofrece una interpretación más cautelosa, señalando que la tasa de desempleo en noviembre subió a 4.6%, lo que probablemente atraerá la atención de la Reserva Federal, pero hay que tener en cuenta que este aumento en la tasa de desempleo vino acompañado de un incremento en la participación laboral, por lo que no es una señal completamente negativa y requiere análisis en conjunto con otros datos detallados. El mercado ya ha comenzado a anticipar una mayor flexibilización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal, pero no se puede ignorar que los datos de empleo de agosto y septiembre revisados en conjunto muestran una reducción de 33,000 empleos, lo que indica que la debilidad previa del mercado laboral podría estar subestimada, y en el futuro hay que estar atentos a los riesgos adicionales que puedan derivarse de las revisiones de datos.
Michael Collins, de PGIM Fixed Income, tiene una actitud relativamente optimista respecto a los datos, diciendo que el informe de empleo “no es tan malo”, principalmente porque deja espacio suficiente para que la Reserva Federal implemente políticas de relajación en 2026. Si el mercado laboral continúa enfriándose, la Fed puede lanzar un recorte de tasas para apoyar el crecimiento; si los datos mejoran posteriormente, también puede retrasar el ritmo de relajación para evitar riesgos asociados a cambios excesivos en la política, lo cual favorece a la Reserva Federal en un escenario de “avance o defensa”. Por otro lado, la economista jefe de RBC, Frances Donald, señala la contradicción central del mercado actual, diciendo que la atención se ha desplazado de “hacia dónde va el mercado laboral” a “cómo la debilidad del empleo puede afectar el crecimiento económico general en EE. UU.”. Este cambio indica que las preocupaciones sobre el crecimiento económico están aumentando; si la debilidad del empleo continúa afectando el consumo y la inversión, la economía estadounidense podría entrar en una recesión temporal el próximo año, por lo que es importante seguir de cerca los cambios en indicadores económicos clave como consumo e inversión. John Briggs, director de estrategia de tasas de interés en Estados Unidos de la Banque de France, se centra en el estado de ánimo del mercado, diciendo que la preocupación principal ahora es la tasa de desempleo, que ya ha reforzado significativamente las expectativas de una reducción de tasas en 2026 por parte de la Reserva Federal, impulsando ligeramente el precio de los bonos del Tesoro estadounidense. La reacción del mercado de bonos muestra que los fondos se están moviendo gradualmente hacia activos seguros, reflejando un aumento en la preocupación por las perspectivas económicas. Nick Timiraos, conocido como la “voz de la Reserva Federal”, ofrece un análisis más detallado, señalando que, según cálculos sin redondear, la tasa de desempleo en noviembre en EE. UU. fue en realidad de 4.573%, un aumento de 13 puntos base respecto a septiembre (4.440%), evidenciando una tendencia de relajación en el mercado laboral. Combinando esto con una desaceleración en el crecimiento salarial y revisiones a la baja en los datos de empleo, la probabilidad de que la Reserva Federal ajuste su política en el futuro está en aumento, aunque debido a riesgos de distorsión en los datos, el ritmo de ajuste puede ser relativamente cauteloso. La declaración del presidente de la Reserva Federal, Powell, la semana pasada, también refleja una actitud prudente en la formulación de políticas. Advirtió que, debido a la recopilación incompleta de datos en octubre y la primera mitad de noviembre, los responsables de la política interpretarán los datos económicos futuros con “una actitud relativamente prudente”. Además, Powell mencionó que los datos estadísticos oficiales podrían tener sesgos sistemáticos, estimando que el crecimiento del empleo no agrícola podría estar sobreestimado en 60,000 cada mes; si esto es correcto, desde abril de este año, la economía estadounidense podría haber perdido aproximadamente 20,000 empleos mensuales, lo que indica que la debilidad del mercado laboral podría ser mucho mayor que lo que muestran los datos superficiales.
Combinando estos datos y opiniones institucionales, el autor opina que, aunque los datos de empleo no agrícola muestran señales claras de enfriamiento, hay que estar atento a tres problemas principales, que influirán directamente en el ritmo de recortes de tasas de la Reserva Federal.
Primero, no se puede ignorar el riesgo de distorsión de datos. La parálisis del gobierno ha provocado una recopilación incompleta de datos, lo que reduce la utilidad de los datos de octubre y noviembre. La Reserva Federal probablemente esperará a que se publiquen datos más completos antes de ajustar su política, por lo que la probabilidad de un recorte en enero, aunque ha aumentado, sigue siendo baja.
Segundo, la brecha entre las expectativas de política y las declaraciones oficiales necesita cerrarse. Actualmente, el mercado ha valorado de manera bastante agresiva dos recortes en 2026, pero la Reserva Federal aún no ha dado señales claras de relajación. Si los datos económicos mejoran marginalmente, las expectativas del mercado podrían ajustarse a la baja, provocando volatilidad.
Tercero, hay que prevenir riesgos de recesión económica. La debilidad del empleo, la desaceleración del consumo y los efectos residuales de la inflación aumentan la presión a la baja sobre la economía estadounidense. Sin apoyo político, podría entrar en una recesión temporal, lo que también aceleraría el ritmo de relajación de la Reserva Federal.
En resumen, la ventana de recortes de tasas de la Reserva Federal se acerca gradualmente, pero no será un proceso instantáneo; probablemente adoptará un enfoque de “paso a paso” para ajustar la política. Para los inversores, en el corto plazo, conviene centrarse en sectores beneficiados por las expectativas de relajación, pero hay que estar atentos a las correcciones del mercado que puedan generar riesgos; a largo plazo, es fundamental seguir de cerca los datos clave como empleo, consumo y inflación, así como las declaraciones de la Reserva Federal, ajustando racionalmente la estructura de la cartera para evitar riesgos potenciales derivados de una desaceleración económica. Con la próxima entrevista de Trump como candidato a presidente de la Reserva Federal y la publicación de más datos económicos, la incertidumbre del mercado seguirá siendo alta, por lo que se recomienda mantener una actitud racional y operar con cautela.