El momento actual podría ser la mejor oportunidad para entrar. El precio ya ha caído a mínimos, tras casi 9 meses de ajuste completo, y la liquidez flotante del mercado se ha prácticamente agotado.

Echemos un vistazo a los fundamentos de este proyecto: más de 1.18 millones de tokens han sido quemados de forma permanente, y el mecanismo deflacionario continuo crea una escasez constante. Como posible activo central en el ecosistema de pagos de una de las principales plataformas de intercambio, lleva consigo un espacio de imaginación para pagos globales, además de contar con aplicaciones prácticas concretas. La reciente actualización de la red ha reforzado aún más la base técnica, y la comunidad, formada por casi 10,000 poseedores en todo el mundo, sigue fortaleciendo su consenso.

Se cumplen los cuatro aspectos clave: un precio en niveles bajos, una fuerte deflación, aplicaciones ecológicas sólidas y un apoyo comunitario que no debe subestimarse. Cuando el concepto de pagos realmente se convierta en el centro de atención del mercado, los proyectos que combinen todas estas ventajas tendrán la oportunidad de liderar todo el sector.

El camino hacia 1 dólar, desde un punto de vista lógico, ya está claramente trazado.