Lo que suele aplastar a las personas en el mundo de las criptomonedas no es esa vela de caída brutal que atraviesa el fondo. Lo verdaderamente mortal es ese segundo en el que sabes en tu interior que has cometido un error en la orden, pero simplemente no puedes hacer clic para cerrarla.

He visto a demasiadas personas que, tras liquidar sus posiciones, se desmoronan por completo. Dicen que lo más difícil en realidad no es que la cuenta quede en ceros, sino que su mentalidad colapsa por completo — a pesar de tener una vía de escape, se bloquean por su propia obsesión.

En realidad, tú sabes mejor que nadie que deberías cortar pérdidas. Pero tu mano parece pegada con pegamento, sin poder moverse. En tu mente, se repite una y otra vez la misma escena: "Solo una vela más, quizás rebote".