Desentrañando el ciclo alcista de Bitcoin: de la prosperidad temprana a la entrada de instituciones

¿Qué es un “mercado alcista” de Bitcoin? Una guía de observación del mercado

Desde su creación en 2009, el precio de Bitcoin no ha subido de manera estable, sino que ha experimentado múltiples ciclos de crecimiento espectaculares. Cada gran subida viene acompañada de señales claras del mercado y factores desencadenantes.

La definición de mercado alcista no es solo una subida de precios, sino que se refiere a un período en el que aparecen las siguientes características: volumen de negociación en auge, aumento de la popularidad en redes sociales, incremento de la actividad en la cadena, entusiasmo de los inversores. En comparación con los mercados tradicionales de acciones, los mercados alcistas de Bitcoin son más volátiles y dramáticos, y a menudo generan rendimientos sorprendentes en poco tiempo.

Los indicadores que mejor predicen un mercado alcista incluyen: el índice de fuerza relativa (RSI) que supera 70, el cruce al alza de las medias móviles de 50 y 200 días, una entrada significativa de stablecoins en los exchanges, y una reserva de Bitcoin en los exchanges que continúa disminuyendo. Estos datos reflejan el comportamiento real de los participantes del mercado: están acumulando en lugar de huir.

El poder de los eventos de reducción a la mitad es clave para entender el ciclo de Bitcoin. Cada cuatro años, la red de Bitcoin automáticamente reduce a la mitad la recompensa de los mineros, limitando directamente la oferta de nuevas monedas. Los datos históricos muestran que: tras la reducción en 2012, BTC subió un 5200%; en 2016, un 315%; y en 2020, un 230%. La restricción en la oferta se convierte en el motor principal que impulsa la subida de precios.

¿Cuánto suele durar un mercado bajista de Bitcoin? La verdad sobre los ciclos del mercado

Una pregunta central para los inversores es: ¿Cuánto tiempo dura generalmente un mercado bajista de Bitcoin?

Según los patrones históricos, los ciclos bajistas de Bitcoin muestran una regularidad clara:

  • 2013-2015: desde 1200 dólares hasta el mínimo, aproximadamente 2 años, con una caída máxima del 75%
  • 2017-2018: desde 20000 dólares hasta 3200 dólares, más de 1 año, con una caída del 84%
  • 2021-2022: desde 69000 dólares hasta cerca de 16000 dólares, aproximadamente medio año a un año de presión

En general, los ciclos bajistas de Bitcoin duran 12-24 meses. Pero hay que tener en cuenta que la profundidad y duración del bajón dependen de la gravedad de los desencadenantes — impactos regulatorios o incidentes de seguridad pueden prolongar el dolor, mientras que avances tecnológicos o reconocimiento institucional pueden acelerar la recuperación.

2013: El primer momento de atención mediática de Bitcoin

2013 fue el año en que Bitcoin pasó de ser un tema de geeks a captar la atención del público general.

Ese año, Bitcoin subió de 145 dólares en mayo a 1200 dólares en diciembre, un aumento acumulado del 730%. Esto no solo fue un milagro de precios, sino que marcó el nacimiento de una nueva clase de activo.

Factores impulsores múltiples: primero, la amplia cobertura mediática, que llevó a Bitcoin de un tema de expertos a una charla en cenas; segundo, eventos económicos reales — la crisis bancaria en Chipre hizo que los ahorradores comunes tomaran conciencia de los riesgos del sistema financiero centralizado, y la atracción de Bitcoin como “moneda resistente a la censura” se hizo evidente; tercero, la infraestructura inicial comenzó a consolidarse, con la aparición de plataformas de intercambio.

Pero tras la prosperidad vino la caída. En 2014, Mt.Gox, que gestionaba el 70% de las transacciones globales de Bitcoin, sufrió vulnerabilidades de seguridad y problemas de insolvencia, perdiendo cientos de miles de BTC. Esta catástrofe destruyó la confianza del mercado, con caídas superiores al 75%, y dio paso a un invierno que duró varios años.

Esta historia enseñó al mercado una lección profunda: la seguridad de la infraestructura es la base para que el mercado pueda seguir creciendo.

2017: La fiesta de los inversores minoristas y la explosión de la burbuja

2017 sigue siendo considerado por muchos como el año más loco de Bitcoin.

De 1000 dólares a principios de año a 20000 dólares en diciembre, una subida que no puede llamarse solo aumento — ¡19 veces más! Este crecimiento transformó por completo la imagen de Bitcoin en el público. Ese año, Bitcoin fue portada en los medios financieros globales, un tema de conversación en todas partes, incluso los taxistas podían nombrar varias criptomonedas.

El detonante principal de esta ola alcista fue:

Primero, la explosión de las ICOs (Oferta Inicial de Monedas). Miles de nuevos proyectos recaudaron fondos mediante la emisión de tokens, atrayendo a muchos inversores minoristas. Tras probar las mieles del éxito, estos nuevos inversores comenzaron a investigar Bitcoin, el “gran hermano”.

Segundo, la democratización de las plataformas de intercambio. Cada vez más aplicaciones fáciles de usar permitían a cualquiera participar con solo un teléfono móvil, reduciendo la barrera de entrada y atrayendo un gran flujo de dinero y usuarios.

Tercero, el efecto FOMO (miedo a perderse algo). Subida de precios → noticias → más personas lo ven → más compras → precios que suben aún más, creando un ciclo de retroalimentación autoalimentado.

Pero la buena racha no duró. A principios de 2018, el mercado empezó a despertar. Reguladores en China y otros países comenzaron a prohibir ICOs y exchanges. Estas políticas rompieron las ilusiones de los especuladores, y BTC cayó en picado, alcanzando en diciembre de 2018 un mínimo de 3200 dólares, con una caída superior al 80%.

Este ciclo enseñó que: los mercados dominados por minoristas son propensos a burbujas, y la regulación puede romperlas en un instante.

2020-2021: La entrada de instituciones cambia las reglas del juego

El mercado alcista de 2020-2021 fue diferente en esencia a los anteriores — esta vez, no fueron los minoristas frente a la pantalla, sino fondos de inversión, empresas cotizadas y entidades financieras tradicionales las que entraron en juego.

Bitcoin subió de 8000 dólares a principios de 2020 a 64000 dólares en abril de 2021, un aumento superior al 700%. Durante todo el proceso, la narrativa del mercado cambió silenciosamente. La etiqueta de “herramienta de juego para hacerse rico de la noche a la mañana” fue reemplazada por “oro digital”.

Los hitos clave de adopción institucional incluyen:

  • MicroStrategy, Tesla y otras empresas cotizadas que asignaron parte de sus reservas en efectivo a Bitcoin
  • La aprobación regulatoria de productos de futuros, que ofrecieron a los inversores institucionales herramientas de cobertura conocidas
  • La inyección de liquidez por parte de bancos centrales y un entorno de bajos tipos de interés, que llevó a los inversores a buscar activos antiinflación

Este ciclo tuvo un contexto macroeconómico importante: los estímulos monetarios masivos por la pandemia de COVID-19, que aumentaron las preocupaciones sobre la inflación. En este escenario, la característica de Bitcoin de “oferta fija, imposible de imprimir” se volvió aún más valiosa.

Aunque también hubo correcciones (de 64000 dólares en medio de 2021 a cerca de 30000 dólares), la participación institucional ayudó a sostener los mínimos y fortaleció la resiliencia del mercado.

2024-2025: Aprobación de ETF y nuevos escenarios competitivos

El 2024 será un año de cambio para los inversores en Bitcoin.

El catalizador principal fue la aprobación en enero por parte de la SEC de EE. UU. de un ETF de Bitcoin al contado. Esta decisión regulatoria, que parece técnica, en realidad abre la puerta a un sector de gestión de activos valorado en billones de dólares. Fondos de pensiones, gestores de fondos y aseguradoras — que antes no invertían directamente en cripto — ahora podrán simplemente incluir Bitcoin en sus carteras, como hacen con el oro a través de ETFs.

Los datos hablan con fuerza: hasta noviembre de 2024, los ETFs de Bitcoin al contado han atraído más de 28.5 mil millones de dólares en entradas netas, superando incluso a los ETFs tradicionales de oro. El fondo IBIT de BlackRock(, uno de los mayores gestores, posee más de 467,000 BTC, convirtiéndose en el mayor poseedor de Bitcoin del mundo.

Además, en abril se produjo la cuarta reducción a la mitad, reforzando aún más la escasez de oferta. Desde principios de año, Bitcoin subió de unos 40000 dólares a un máximo histórico de más de 93000 dólares en noviembre, con una ganancia anual superior al 130%.

Pero este ciclo también enfrenta nuevos riesgos:

  • La concentración de los ETFs puede generar riesgos de liquidez
  • La incertidumbre macroeconómica (tasas, inflación, geopolítica) sigue siendo una amenaza
  • La preocupación ambiental por el consumo energético de la minería de Bitcoin continúa creciendo
  • La innovación en funciones de las monedas competidoras puede desviar inversiones

El precio actual de BTC ronda los 87270 dólares (a diciembre de 2025), tras una corrección respecto a su máximo. Esto nos recuerda que, incluso en mercados institucionales, es difícil escapar a las oscilaciones cíclicas.

Las tres grandes posibilidades del futuro de Bitcoin

Primero, el ascenso a la posición de reserva de valor gubernamental. El senador Lummis propuso en 2024 la “Ley de Bitcoin 2024”, que sugiere que el Tesoro de EE. UU. compre 1 millón de BTC en cinco años. Aunque su aprobación no está garantizada, refleja una tendencia política emergente. El gobierno de Bután ya ha acumulado más de 13,000 BTC a través de su fondo soberano, y El Salvador continúa ampliando sus reservas estratégicas. Si más países siguen esta estrategia, la demanda de Bitcoin entrará en una nueva dimensión.

Segundo, la expansión de aplicaciones mediante actualizaciones tecnológicas. La red de Bitcoin está explorando mejoras como OP_CAT, que podrían habilitar soluciones de capa 2 y funciones DeFi en la cadena. Si estas actualizaciones tienen éxito, Bitcoin podría evolucionar de ser solo un “almacén de valor” a una red más versátil para transferencias de valor, desafiando a Ethereum en el ámbito DeFi.

Tercero, la maduración del marco regulatorio. A medida que Bitcoin consolida su posición en las finanzas tradicionales, los países están desarrollando regulaciones más completas. Esto puede limitar la especulación, pero también ofrecer mayor protección y facilidades para los participantes legítimos.

¿Qué hacer en una fase bajista del mercado?

Dado que los mercados bajistas de Bitcoin suelen durar entre 12 y 24 meses, los inversores racionales deben:

Mantenerse informados: seguir de cerca las políticas regulatorias (aprobaciones, prohibiciones), la macroeconomía (tasas, inflación) y los avances tecnológicos (actualizaciones, incidentes de seguridad).

Adoptar una visión a largo plazo: cada bajón ha generado dudas sobre el futuro de Bitcoin, pero los datos históricos muestran que los que mantienen con paciencia obtienen recompensas sustanciales. La clave está en distinguir entre “ajustes cíclicos” y “riesgos sistémicos”.

Diversificar riesgos: no poner todos los huevos en una sola cesta. Combinar Bitcoin con otros activos tradicionales (acciones, bonos) ayuda a amortiguar la volatilidad.

Evitar decisiones emocionales: en las bajadas, el mayor enemigo no es el mercado en sí, sino las decisiones impulsivas. Establecer stops y dejar espacio para que las tendencias se reviertan.

Prepararse para la próxima oportunidad: en cada fondo de mercado aparecen nuevas oportunidades de acumulación. Tener un plan predefinido (“si BTC cae a tal precio, invertiré X”) ayuda a mantener la racionalidad cuando el miedo domina.

Conclusión: Las señales para la próxima tendencia alcista

La historia del mercado de Bitcoin es una alternancia de impactos y recuperaciones. Desde la euforia mediática de 2013, la burbuja minorista de 2017, la aceptación institucional de 2020-2021, hasta la era de los ETF en 2024, cada ciclo trae nuevos participantes, riesgos y oportunidades.

Actualmente, Bitcoin se encuentra en una etapa clave de transición. La aprobación de los ETF marca la integración formal de las finanzas tradicionales con los activos digitales, pero también significa que su comportamiento dependerá más de factores macroeconómicos que del sentimiento comunitario.

Para anticipar la próxima ola alcista, los inversores deben vigilar señales clave: el avance del ciclo de reducción a la mitad, la dirección del flujo de fondos institucionales, los cambios regulatorios sutiles y los puntos de inflexión macroeconómicos.

Para la mayoría, entender la naturaleza cíclica de los bajones de Bitcoin es más importante que intentar predecir exactamente cuándo llegará la próxima subida. Un mercado bajista que dura típicamente 12-24 meses, aunque doloroso, sienta las bases para la siguiente fase de acumulación. La historia no se repite exactamente, pero siempre rima. La próxima prosperidad puede llegar en el momento en que menos lo esperes, cuando estés en tu punto más bajo de ánimo.

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