Solana atraviesa un período de contracción acelerada. El precio de SOL ha caído hasta los $122, acumulando una pérdida superior al 35% en el último año, lo que ha disparado las alarmas entre inversores. Sin embargo, detrás de esta caída se esconde una historia más compleja: el suministro comprometido en stake ya alcanza los 40,9 millones de SOL, cifra que refleja un cambio estructural en cómo opera la red.
La gran purga de validadores
Lo más preocupante es el colapso en el número de validadores activos. En apenas un periodo, esta cifra se ha desmoronado un 68%, pasando de 2.500 a apenas 800 nodos operativos. Detrás de esta caída está la Fundación Solana misma, que redujo drásticamente su compromiso: de 8,5 millones de SOL bajó a 2,3 millones, marcando un cambio estratégico en la descentralización de la red.
Aunque estos números parecen preocupantes a primera vista, en cierto sentido cada gota cuenta. La reducción de validadores podría interpretarse como una depuración de la infraestructura, eliminando nodos menos rentables y consolidando la red en torno a operadores más serios.
Actividad en alza pese a la turbulencia
A pesar de la contracción en validadores, la red mantiene señales positivas. Los poseedores de RWA (activos del mundo real) en Solana crecieron un 11%, superando los 115.000, lo que indica que hay sectores específicos ganando terreno.
El problema está en la escala global. En el cuarto trimestre de 2025, los RWA entrantes en Solana apenas llegaron a $216 millones, quedando significativamente rezagados frente a competidores como Ethereum y BNB Chain, que capturan la mayor parte del flujo de activos tokenizados.
El dilema de Solana: cantidad vs. calidad
La red se enfrenta a una encrucijada. Mientras reduce el número de validadores —un movimiento que podría mejorar la eficiencia operativa—, también pierde presencia en el segmento RWA, donde se juega gran parte del futuro del ecosistema blockchain. La pregunta que flota en el mercado es si esta contracción es una consolidación estratégica o el preludio de una mayor desconexión del ecosistema más amplio.
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Solana en la cuerda floja: validadores se desploman mientras el stake toca fondo
Solana atraviesa un período de contracción acelerada. El precio de SOL ha caído hasta los $122, acumulando una pérdida superior al 35% en el último año, lo que ha disparado las alarmas entre inversores. Sin embargo, detrás de esta caída se esconde una historia más compleja: el suministro comprometido en stake ya alcanza los 40,9 millones de SOL, cifra que refleja un cambio estructural en cómo opera la red.
La gran purga de validadores
Lo más preocupante es el colapso en el número de validadores activos. En apenas un periodo, esta cifra se ha desmoronado un 68%, pasando de 2.500 a apenas 800 nodos operativos. Detrás de esta caída está la Fundación Solana misma, que redujo drásticamente su compromiso: de 8,5 millones de SOL bajó a 2,3 millones, marcando un cambio estratégico en la descentralización de la red.
Aunque estos números parecen preocupantes a primera vista, en cierto sentido cada gota cuenta. La reducción de validadores podría interpretarse como una depuración de la infraestructura, eliminando nodos menos rentables y consolidando la red en torno a operadores más serios.
Actividad en alza pese a la turbulencia
A pesar de la contracción en validadores, la red mantiene señales positivas. Los poseedores de RWA (activos del mundo real) en Solana crecieron un 11%, superando los 115.000, lo que indica que hay sectores específicos ganando terreno.
El problema está en la escala global. En el cuarto trimestre de 2025, los RWA entrantes en Solana apenas llegaron a $216 millones, quedando significativamente rezagados frente a competidores como Ethereum y BNB Chain, que capturan la mayor parte del flujo de activos tokenizados.
El dilema de Solana: cantidad vs. calidad
La red se enfrenta a una encrucijada. Mientras reduce el número de validadores —un movimiento que podría mejorar la eficiencia operativa—, también pierde presencia en el segmento RWA, donde se juega gran parte del futuro del ecosistema blockchain. La pregunta que flota en el mercado es si esta contracción es una consolidación estratégica o el preludio de una mayor desconexión del ecosistema más amplio.