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En la noche de Navidad en Wall Street, los operadores no regresaron a casa. El mensaje que parpadeó en la terminal de Bloomberg cambió todo: la Reserva Federal volvió a reducir las tasas, llevando el rango de interés al 3.5%-3.75%. Esta es la tercera vez en el año que "actúan", ¿qué se esconde detrás de esto?

La señal llevaba mucho tiempo allí. Las acciones de los bancos regionales caían, empresas de préstamos subprime como Tricolour declaraban bancarrota, y FirstBrands, una empresa centenaria, también colapsaba. Algunos dicen que esto se parece a una repetición de la crisis de Silicon Valley Bank, ¿realmente el sistema financiero no puede soportarlo más esta vez?

Una contradicción aún más dolorosa se presenta ante Powell: la inflación aún no se ha eliminado por completo, pero el sistema financiero ya está en crisis. En público, insinuó que las tasas estaban "cerca del nivel neutral", pero las diferencias internas en la Fed sobre si seguir flexibilizando en 2026 se están ampliando cada vez más.

El baile de los bancos centrales a nivel mundial también se ha vuelto caótico. El Banco de Inglaterra sigue la misma senda de la Fed y reduce las tasas, el Banco Central Europeo opta por la espera, y Japón sube las tasas hasta el 0.75%. La política monetaria ya no puede volver a la era de la coordinación.

La economía estadounidense se ha dividido en dos: el crecimiento del PIB aún es del 4.3%, parece bueno, pero la inversión empresarial se está contrayendo y la tasa de desempleo ya ha subido a 4.6%. La crisis bancaria está temporalmente contenida, pero el riesgo de desajuste de activos sigue siendo como una bomba de tiempo escondida allí.

¿A dónde fue el dinero? El oro rompió los 4370 dólares de un solo golpe, y el sentimiento de refugio seguro se desató por completo. En 2026, ¿continuará la ola de recortes? ¿Se está gestando una tormenta aún mayor?