Autor: 0xLeoDeng, socio y director de inversiones de LK Ventures
El 4 de diciembre, el presidente de la SEC, Paul Atkins, lanzó en una entrevista en el programa “Mornings with Maria” de Fox Business la visión de que “todo el mercado financiero estadounidense podría migrar a la cadena en dos años”, algo que suena tan radical que incluso parece sacado de una novela de ciencia ficción.
Pero si por un momento dejamos de lado las dudas sobre el calendario y tratamos este escenario como una posibilidad seria de futuro: si esto realmente ocurriera, ¿cómo se transformaría la economía estadounidense?
No se trata de una simple actualización tecnológica, sino de una completa reformateación del sistema operativo subyacente de las finanzas. A continuación, los 7 niveles de reconstrucción estructural:
1. Forma del mercado: una “máquina a la velocidad de la luz” que nunca duerme
Lo primero que se percibe es el cambio en el ritmo cardíaco del mercado.
* Era T+0 y rotación ultrarrápida del capital. Los ciclos de liquidación tradicionales T+1/T+2 pasarán a la historia. La transacción es la liquidación; los fondos apenas se quedan retenidos. Esto significa: la velocidad de circulación del dinero aumentará considerablemente y el coste de capital a nivel de toda la economía se comprimirá estructuralmente.
* Desaparición de la “campana de cierre”. El mercado funcionará, como las criptomonedas hoy, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. También implica que la transmisión de emociones y volatilidad ya no estará limitada físicamente. El periodo de “mercado cerrado hasta mañana” desaparecerá: cualquier buena noticia o cisne negro desde cualquier parte del mundo impactará el precio de los activos en cuestión de milisegundos.
* Supervisión de la SEC en “patrulla en tiempo real”. La cadena implica absoluta transparencia. Quién está abriendo posiciones, quién vende en corto sin cobertura, dónde se agota la liquidez: los reguladores ya no dependerán de informes retrasados, sino que monitorizarán directamente los datos en cadena. Para los manipuladores, es una pesadilla; para el mercado, una nueva equidad gracias a la “supervisión embebida”.
2. Banca: del “caja negra” al “cubo de cristal”
La migración a la cadena tendrá un impacto mucho más profundo en el sistema bancario comercial que en las bolsas.
* “Semipublicación” del balance. Cuando los bonos del Estado y activos crediticios se tokenicen, el regulador y el mercado podrán ver en tiempo real la liquidez y calidad de los colaterales de un banco.
* Efecto de doble filo: los riesgos de desajuste de activos y pasivos, como los de SVB (Silicon Valley Bank), podrán recibir una alerta temprana más fácilmente; pero, en un mundo altamente transparente, el miedo se propaga sin resistencia, y los “corralitos” pueden ocurrir de forma más directa y letal.
* Todo es colateralizable: las cuentas a cobrar de las empresas, inventarios e incluso los flujos de caja futuros pueden convertirse en colaterales estandarizados en cadena mediante contratos inteligentes. La eficiencia de la financiación aumentará enormemente, pero la supervisión tendrá que cambiar el foco desde los préstamos en balance hacia la monitorización de las complejas “apalancamientos programables” en cadena.
3. Economía real: la revolución de la “granularidad” del capital
Quizá este sea el punto más subestimado: la cadena traerá la “democratización de los activos”.
* “Micro-OPV” para pymes. Así como la publicidad en internet permitió que pequeños comercios llegaran a los usuarios, las finanzas en cadena darán a las pymes la oportunidad de emitir “microvalores” regulados. La financiación dejará de ser privilegio de los grandes, y los capilares del capital penetrarán hasta la base de la economía a través de la blockchain.
* Liberación de la liquidez de activos no estándar. Un edificio de oficinas, una central eléctrica o incluso derechos de patente, antes solo accesibles para grandes instituciones, podrán fraccionarse (fractionalized), permitiendo que inversores globales compren una diezmilésima parte como si fueran acciones.
Para Estados Unidos, esto significa que los activos ya existentes en su territorio ganarán una enorme “prima de liquidez”, atrayendo capital global de forma proactiva.
4. Geopolítica: el “reforzamiento digital” de la hegemonía del dólar
Muchos piensan erróneamente que “migrar a la cadena” implica descentralización y debilitamiento del poder estatal, pero en realidad es todo lo contrario.
Si Estados Unidos tokeniza primero los bonos del Estado y los fondos monetarios (MMF), permitiendo que los fondos globales compren activos en dólares con el menor coste, la mayor velocidad y sin barreras de entrada, esto será el mayor foso de la hegemonía del dólar.
En comparación, si la regulación y la infraestructura de los mercados euroasiáticos no se sincronizan, el capital votará con los pies y fluirá masivamente hacia el sistema estadounidense en cadena, más eficiente y transparente. No será el declive del dólar, sino una “actualización generacional de la infraestructura monetaria”.
5. Reconstrucción del riesgo: la crisis no desaparece, solo “muta”
Las crisis financieras en la era en cadena tendrán una cara totalmente nueva.
* De “pánico humano” a “fallos de código”. Bugs en contratos inteligentes, manipulación de oráculos, colapso de puentes entre cadenas y reacciones en cadena de liquidaciones automáticas serán las nuevas fuentes de riesgo sistémico.
* Efecto “olla a presión” de las crisis. Las crisis futuras serán más “tecnológicas” y “concentradas”. Podrían estallar y resolverse en minutos, en lugar de extenderse durante meses como en 2008. El rescate ya no dependerá de “negociaciones de fin de semana”, sino de “decisiones basadas en datos” y “parches de código”.
6. Ganadores y perdedores: reordenación de los nichos ecológicos
Posibles ganadores:
Constructores de infraestructuras: custodios en cadena, proveedores de identidad digital (DID), servicios de oráculos de cumplimiento normativo.
Nueva generación de bancos de inversión: grandes gestoras capaces de intermediar activos en cadena a escala global.
Talento híbrido: profesionales escasos que entienden tanto de regulación financiera como de código Solidity.
Quienes sufrirán la transformación:
Intermediarios tradicionales: cámaras de compensación, agentes de transferencia, brokers que viven del arbitraje de información; si no se reinventan, serán reemplazados por contratos inteligentes.
Industrias grises: cualquier sector que dependa de flujos opacos o no regulados, bajo una supervisión totalmente rastreable en cadena, no tendrá dónde esconderse.
7. Realismo: la dirección es clara, solo la velocidad es variable
Finalmente, volvamos a la realidad. ¿Totalmente implantado en dos años? Casi imposible.
El cuello de botella tecnológico, el retraso del marco legal y la resistencia de los grupos de interés son tres montañas que no se pueden mover en 24 meses.
Lo más probable es un camino gradual: empezar por los bonos del Estado, el mercado de repos, algunos derivados OTC; sistemas nuevos y antiguos en paralelo, hasta ir sustituyendo poco a poco al viejo mundo.
Pero sea rápido o lento, la dirección señalada por Paul Atkins es irreversible. No es solo una iteración tecnológica, sino la elección instintiva del capital por mayor eficiencia. El futuro del mercado financiero estadounidense estará, sin duda, en la cadena.
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Si el mercado financiero estadounidense se integra completamente en la cadena de bloques
Autor: 0xLeoDeng, socio y director de inversiones de LK Ventures
El 4 de diciembre, el presidente de la SEC, Paul Atkins, lanzó en una entrevista en el programa “Mornings with Maria” de Fox Business la visión de que “todo el mercado financiero estadounidense podría migrar a la cadena en dos años”, algo que suena tan radical que incluso parece sacado de una novela de ciencia ficción.
Pero si por un momento dejamos de lado las dudas sobre el calendario y tratamos este escenario como una posibilidad seria de futuro: si esto realmente ocurriera, ¿cómo se transformaría la economía estadounidense?
No se trata de una simple actualización tecnológica, sino de una completa reformateación del sistema operativo subyacente de las finanzas. A continuación, los 7 niveles de reconstrucción estructural:
1. Forma del mercado: una “máquina a la velocidad de la luz” que nunca duerme
Lo primero que se percibe es el cambio en el ritmo cardíaco del mercado.
* Era T+0 y rotación ultrarrápida del capital. Los ciclos de liquidación tradicionales T+1/T+2 pasarán a la historia. La transacción es la liquidación; los fondos apenas se quedan retenidos. Esto significa: la velocidad de circulación del dinero aumentará considerablemente y el coste de capital a nivel de toda la economía se comprimirá estructuralmente.
* Desaparición de la “campana de cierre”. El mercado funcionará, como las criptomonedas hoy, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. También implica que la transmisión de emociones y volatilidad ya no estará limitada físicamente. El periodo de “mercado cerrado hasta mañana” desaparecerá: cualquier buena noticia o cisne negro desde cualquier parte del mundo impactará el precio de los activos en cuestión de milisegundos.
* Supervisión de la SEC en “patrulla en tiempo real”. La cadena implica absoluta transparencia. Quién está abriendo posiciones, quién vende en corto sin cobertura, dónde se agota la liquidez: los reguladores ya no dependerán de informes retrasados, sino que monitorizarán directamente los datos en cadena. Para los manipuladores, es una pesadilla; para el mercado, una nueva equidad gracias a la “supervisión embebida”.
2. Banca: del “caja negra” al “cubo de cristal”
La migración a la cadena tendrá un impacto mucho más profundo en el sistema bancario comercial que en las bolsas.
* “Semipublicación” del balance. Cuando los bonos del Estado y activos crediticios se tokenicen, el regulador y el mercado podrán ver en tiempo real la liquidez y calidad de los colaterales de un banco.
* Efecto de doble filo: los riesgos de desajuste de activos y pasivos, como los de SVB (Silicon Valley Bank), podrán recibir una alerta temprana más fácilmente; pero, en un mundo altamente transparente, el miedo se propaga sin resistencia, y los “corralitos” pueden ocurrir de forma más directa y letal.
* Todo es colateralizable: las cuentas a cobrar de las empresas, inventarios e incluso los flujos de caja futuros pueden convertirse en colaterales estandarizados en cadena mediante contratos inteligentes. La eficiencia de la financiación aumentará enormemente, pero la supervisión tendrá que cambiar el foco desde los préstamos en balance hacia la monitorización de las complejas “apalancamientos programables” en cadena.
3. Economía real: la revolución de la “granularidad” del capital
Quizá este sea el punto más subestimado: la cadena traerá la “democratización de los activos”.
* “Micro-OPV” para pymes. Así como la publicidad en internet permitió que pequeños comercios llegaran a los usuarios, las finanzas en cadena darán a las pymes la oportunidad de emitir “microvalores” regulados. La financiación dejará de ser privilegio de los grandes, y los capilares del capital penetrarán hasta la base de la economía a través de la blockchain.
* Liberación de la liquidez de activos no estándar. Un edificio de oficinas, una central eléctrica o incluso derechos de patente, antes solo accesibles para grandes instituciones, podrán fraccionarse (fractionalized), permitiendo que inversores globales compren una diezmilésima parte como si fueran acciones.
Para Estados Unidos, esto significa que los activos ya existentes en su territorio ganarán una enorme “prima de liquidez”, atrayendo capital global de forma proactiva.
4. Geopolítica: el “reforzamiento digital” de la hegemonía del dólar
Muchos piensan erróneamente que “migrar a la cadena” implica descentralización y debilitamiento del poder estatal, pero en realidad es todo lo contrario.
Si Estados Unidos tokeniza primero los bonos del Estado y los fondos monetarios (MMF), permitiendo que los fondos globales compren activos en dólares con el menor coste, la mayor velocidad y sin barreras de entrada, esto será el mayor foso de la hegemonía del dólar.
En comparación, si la regulación y la infraestructura de los mercados euroasiáticos no se sincronizan, el capital votará con los pies y fluirá masivamente hacia el sistema estadounidense en cadena, más eficiente y transparente. No será el declive del dólar, sino una “actualización generacional de la infraestructura monetaria”.
5. Reconstrucción del riesgo: la crisis no desaparece, solo “muta”
Las crisis financieras en la era en cadena tendrán una cara totalmente nueva.
* De “pánico humano” a “fallos de código”. Bugs en contratos inteligentes, manipulación de oráculos, colapso de puentes entre cadenas y reacciones en cadena de liquidaciones automáticas serán las nuevas fuentes de riesgo sistémico.
* Efecto “olla a presión” de las crisis. Las crisis futuras serán más “tecnológicas” y “concentradas”. Podrían estallar y resolverse en minutos, en lugar de extenderse durante meses como en 2008. El rescate ya no dependerá de “negociaciones de fin de semana”, sino de “decisiones basadas en datos” y “parches de código”.
6. Ganadores y perdedores: reordenación de los nichos ecológicos
Posibles ganadores:
Quienes sufrirán la transformación:
7. Realismo: la dirección es clara, solo la velocidad es variable
Finalmente, volvamos a la realidad. ¿Totalmente implantado en dos años? Casi imposible.
El cuello de botella tecnológico, el retraso del marco legal y la resistencia de los grupos de interés son tres montañas que no se pueden mover en 24 meses.
Lo más probable es un camino gradual: empezar por los bonos del Estado, el mercado de repos, algunos derivados OTC; sistemas nuevos y antiguos en paralelo, hasta ir sustituyendo poco a poco al viejo mundo.
Pero sea rápido o lento, la dirección señalada por Paul Atkins es irreversible. No es solo una iteración tecnológica, sino la elección instintiva del capital por mayor eficiencia. El futuro del mercado financiero estadounidense estará, sin duda, en la cadena.