Cuando el inventor de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, publicó un libro blanco, la minería era tan sencilla: cualquier jugador con un ordenador doméstico promedio podría acumular decenas de millones de dólares en riqueza en el futuro.
En un ordenador doméstico, podrías haber construido un enorme legado de riqueza que salvaría a las futuras generaciones del trabajo, ya que el potencial de retorno de Bitcoin es de hasta 250.000 veces.
Pero en aquel momento, la mayoría de los jugadores eran adictos a Halo 3 en Xbox, y solo unos pocos jóvenes usaban ordenadores domésticos para hacer una fortuna mucho más allá de los gigantes tecnológicos modernos. Napoleón construyó leyendas conquistando Egipto y Europa, y todo lo que tienes que hacer es hacer clic en “Empezar a minar”.
En 15 años, Bitcoin se ha convertido en un activo global, y su minería ha evolucionado hasta convertirse en una industria a gran escala que requiere miles de millones de dólares en financiación, hardware especializado y un enorme consumo energético. Hoy en día, la minería media de cada bitcoin consume 900.000 kWh.
Bitcoin ha dado lugar a un nuevo paradigma que contrasta radicalmente con el mundo familiar de las finanzas, gobernado por instituciones tradicionales. Puede que sea la primera rebelión real contra la élite desde el fracaso del movimiento Occupy Wall Street. Cabe destacar que Bitcoin nació precisamente después de la “Gran Crisis Financiera” de la era Obama, que se debió en gran medida a la complicidad de la banca de alto riesgo de “estilo casino”. La Ley Sarbanes-Oxley, presentada en 2002, pretendía evitar una repetición de la burbuja puntocom y, irónicamente, el colapso financiero de 2008 fue mucho peor que la anterior.
Quienquiera que fuera Satoshi Nakamoto, su invento llegó en el momento justo, una rebelión espasmódica pero reflexiva contra el poderoso y omnipresente sistema financiero tradicional.
Del desorden a la regulación: el ciclo de la historia
Antes de 1933, el mercado bursátil estadounidense estaba en gran medida sin regulación, dependiendo únicamente de las dispersas regulaciones de la “ley del cielo azul” de varios estados, lo que resultaba en una grave asimetría de información y la proliferación de transacciones falsas.
La crisis de liquidez de 1929 se convirtió en una “prueba de estrés” que aplastó este modelo, demostrando que la autorregulación descentralizada no podía contener el riesgo sistémico. El gobierno de EE. UU. llevó a cabo un “reinicio obligatorio” mediante las Leyes de Valores de 1933 y 1934: sustituyó el principio de “responsabilidad del comprador” por una agencia central de aplicación de la ley (SEC) y un sistema de divulgación obligatoria, estableciendo estándares legales uniformes para todos los activos públicos con el fin de restaurar la confianza del mercado en la solvencia del sistema. En el ámbito de las finanzas descentralizadas, estamos presenciando exactamente el mismo proceso desarrollándose.
Hasta hace poco, las criptomonedas operaban como activos de “banca en la sombra” sin permisos, funcionalmente similares al mercado bursátil estadounidense anterior a 1933, pero mucho más peligrosos debido a la total falta de regulación. Su gobernanza se basa principalmente en el código y el bombo, sin evaluar completamente los riesgos significativos que esta “bestia” puede suponer. Una serie de tormentas eléctricas en 2022 se han convertido en una “prueba de estrés al estilo de 1929” en el mundo cripto, lo que indica que la descentralización no equivale a ingresos ilimitados ni a una moneda estable. En cambio, crea un nodo de riesgo que puede abarcar múltiples clases de activos.
Estamos presenciando un cambio forzado en el espíritu del tiempo: el mundo cripto está pasando de un paradigma liberal, similar al de un casino, a una clase de activos cumplida. Los reguladores intentan dar un “giro en U” a las criptomonedas: mientras se legalicen, fondos, instituciones, plutócratas y el Estado pueden acapararlas como cualquier otro activo, gravándolas.
Este artículo pretende analizar los orígenes del “renacimiento institucionalizado” de las criptomonedas, un cambio inevitable. Nuestro objetivo es deducir el final lógico de esta tendencia e intentar pintar un cuadro de la forma final del ecosistema DeFi.
Aterrizaje de supervisión: paso a paso
Antes de que DeFi entrara en su primera verdadera “edad oscura” en 2021, su desarrollo inicial no estuvo dominado por nueva legislación, sino por la extensión de las leyes existentes por parte de agencias federales para cubrir los activos digitales.
La primera gran acción federal tuvo lugar en 2013: la Red de Aplicación de Delitos Financieros de EE. UU. clasificó los “intercambios” y “gestores” de criptomonedas como empresas de servicios monetarios, haciéndolos sujetos a la Ley de Secreto Bancario y a las regulaciones contra el blanqueo de capitales. 2013 puede considerarse como el año en que Wall Street “reconoció” por primera vez DeFi, y también allanó el camino para futuras regulaciones y supresiones.
En 2014, el IRS definió las monedas virtuales como “propiedad” en lugar de “dinero” (a efectos fiscales federales), lo que supone la posibilidad de impuestos sobre las ganancias de capital en cada transacción. En este punto, Bitcoin ha sido legalmente caracterizado, lo que también significa que se ha vuelto sujeto a impuestos, ¡lo cual dista mucho de su intención original “rebelde”.
A nivel estatal, el Estado de Nueva York introdujo en 2015 el controvertido BitLicense, el primer marco regulatorio que exige la divulgación por parte de las empresas de criptomonedas. Al final, la SEC cerró el carnaval con un “informe de investigación de la DAO”, confirmando que muchos tokens son valores no registrados bajo la “prueba Howey”.
En 2020, la Oficina del Contralor de la Moneda permitió brevemente a los bancos nacionales ofrecer servicios de custodia de criptomonedas, pero esta medida fue cuestionada posteriormente por la administración Biden como casi una “operación rutinaria” para sucesivos presidentes.
Las cadenas del viejo mundo: El camino de Europa
En el “viejo mundo” al otro lado del océano, las antiguas costumbres también dominan el desarrollo de las criptomonedas. Influenciado por la rígida tradición del derecho romano (muy diferente del sistema angloamericano de common law), prevaleció un ambiente anti-libertad individual, limitando las posibilidades del DeFi en una civilización regresiva. Debe recordarse que el espíritu estadounidense está fuertemente influenciado por la ética protestante, y este espíritu de autonomía ha moldeado la cultura emprendedora de Estados Unidos, sus ideas de libertad y su espíritu pionero.
En Europa, las tradiciones católicas, el derecho romano y los restos feudales se combinaron para dar lugar a culturas muy diferentes. Por lo tanto, no es sorprendente que países consolidados como Francia, Gran Bretaña y Alemania hayan tomado caminos diferentes. En una sociedad que prefiere la sumisión en lugar de asumir riesgos, las criptomonedas están destinadas a ser severamente suprimidas.
Los primeros días de las criptomonedas en Europa se definieron por una burocracia fragmentada más que por una visión unificada. La industria logró su primera victoria legal en 2015: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en un caso que las transacciones con Bitcoin estaban exentas de IVA, reconociendo esencialmente la naturaleza “monetaria” de las criptomonedas.
En ausencia de una legislación europea armonizada, los países regulaban su propio camino hasta que se introdujo el Reglamento de los Mercados de Criptoactivos. Francia ha establecido un marco nacional estricto a través de la Ley PACTE, Alemania ha introducido un sistema de licencias de custodia de criptomonedas, y Malta y Suiza se han apresurado a atraer empresas con regulaciones flexibles y favorables.
En 2020, la Quinta Directiva AML puso fin a esta era caótica al exigir una estricta autenticación de los clientes en toda la UE, eliminando esencialmente las transacciones anónimas. Finalmente, la Comisión Europea se dio cuenta de que los 27 conjuntos de normas contradictorias eran insostenibles y propuso la MiCA a finales de 2020, marcando el fin de la “era del parche” y el inicio de la era de la regulación armonizada.
¿El modelo estadounidense de “visión”?
La transformación del sistema regulatorio estadounidense no es realmente una reforma sistémica, sino más bien impulsada por líderes de opinión pública. El cambio de poder en 2025 trae una nueva filosofía: el mercantilismo supera al moralismo.
El lanzamiento por parte de Trump de su controvertida “meme coin” en diciembre de 2024 podría ser un evento histórico. Demuestra que la élite también está dispuesta a “hacer que las criptomonedas vuelvan a ser grandes”. Hoy en día, varios “papas cripto” están liderando el camino, comprometidos a luchar por una mayor libertad y espacio para fundadores, desarrolladores e inversores minoristas.
El mando de Paul Atkins en la SEC se parece más a un “cambio de régimen” que a un simple cambio de personal. Su predecesor, Gary Gensler, en su día veía la industria cripto con una actitud casi hostil y se convirtió en un “enemigo público” de una generación de profesionales de las criptomonedas. Un artículo de la Universidad de Oxford incluso analiza el dolor causado por las políticas de Gensler. Muchos creen que el desarrollo del espacio DeFi se ha retrasado durante varios años debido a su postura radical, y que los reguladores que se supone deben guiar la industria están gravemente desconectados de la industria.
Atkins no solo detuvo muchas demandas, sino que también pidió disculpas por la política anterior. El “proyecto cripto” que promovió es un ejemplo del giro flexible de la burocracia. El proyecto pretende establecer un sistema de divulgación extremadamente aburrido, estandarizado y completo que permita a Wall Street negociar criptoactivos como Solana como petróleo. Según Allen International Law Firm, el núcleo del programa incluye:
Establecer un marco regulatorio claro para la emisión de criptoactivos en Estados Unidos.
Garantizar la libertad de elección entre custodios y centros de negociación.
Fomentar la competencia en el mercado y promover el desarrollo de “superapps”.
Apoyar la innovación on-chain y las finanzas descentralizadas.
Establecer un mecanismo innovador de exención para garantizar la viabilidad comercial.
Quizá el cambio más crítico esté en el Tesoro. La exsecretaria del Tesoro Janet Yellen ha considerado las stablecoins como un riesgo sistémico. El actual secretario del Tesoro, Scott Bescent, un funcionario con mentalidad de fondo de cobertura, ve la esencia: los emisores de stablecoin son los “únicos nuevos compradores netos” de bonos del Tesoro estadounidense.
Bescent es muy consciente de la gravedad del déficit estadounidense. En el contexto de que los bancos centrales de todo el mundo están ralentizando la compra de bonos del Tesoro estadounidenses, la insaciable codicia de los emisores de stablecoins por los bonos del Tesoro a corto plazo es un gran beneficio para el nuevo Secretario del Tesoro. Cree que USDC, USDT, etc. no son competidores del dólar estadounidense, sino sus “oficiales de vanguardia”, extendiendo la hegemonía del dólar estadounidense a países donde las monedas fiduciarias han caído en picado y la gente prefiere tener stablecoins.
Otro ejemplo típico de “estar en reposo largo” es Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase. En una ocasión amenazó con despedir a cualquier empleado que negociara Bitcoin, pero ahora ha dado el “giro de 180 grados” más rentable de la historia financiera. JPMorgan Chase lanzó un negocio de hipotecas cripto en 2025, lo que se consideró una “bandera blanca levantada”. Según The Block:
El plan de JPMorgan para permitir que clientes institucionales utilicen Bitcoin y Ethereum como garantía para préstamos señala una mayor implicación en el espacio de las criptomonedas.
Bloomberg citó a personas familiarizadas con el asunto que afirmaron que el plan se implementará a nivel global y dependerá de un custodio externo para custodiar los activos de garantía.
Cuando Goldman Sachs y BlackRock empezaron a erosionar los ingresos por tasas de custodia de JPMorgan, la “guerra” terminó discretamente y los bancos ganaron la guerra por “no ir a la guerra”.
Finalmente, la senadora Cynthia Loomis, que antes era considerada una “luchadora solitaria contra las criptomonedas”, se ha convertido ahora en la defensora más firme del nuevo sistema de garantías en Estados Unidos. Su propuesta para una “reserva estratégica de Bitcoin” ha pasado de una teoría marginal en foros online a audiencias serias en el Congreso. Su llamada no hizo subir directamente el precio de Bitcoin, pero sus esfuerzos fueron sinceros.
El panorama legal en 2025 está compuesto por dos partes: “el polvo se ha asentado” y “aún pendiente”. El gobierno actual está tan entusiasmado con las criptomonedas que los principales despachos de abogados han creado servicios de seguimiento de políticas en tiempo real. Por ejemplo, el Rastreador de Políticas Cripto de EE. UU. de Latham & Watson se mantiene al día con los reguladores que trabajan duro para establecer nuevas regulaciones para DeFi. Sin embargo, todavía estamos en la “fase exploratoria”.
Actualmente, dos proyectos de ley dominan el debate en Estados Unidos:
Ley GENIUS: Aprobada en julio de 2025. El proyecto de ley marca el último movimiento de Washington para regular las stablecoins, la clase de criptoactivos más importante después de Bitcoin. Exige que las stablecoins estén respaldadas por reservas 1:1 del Tesoro, transformando las stablecoins de riesgo sistémico a herramientas geopolíticas similares al oro o al petróleo. El proyecto de ley esencialmente autoriza a emisores privados como Circle y Tether a convertirse en “compradores autorizados oficialmente” de bonos del Tesoro estadounidense, logrando así una situación en la que todos ganan.
Ley CLARITY: Este proyecto de ley sobre la estructura del mercado pretende aclarar la diferencia entre valores y materias primas y resolver la disputa de jurisdicción entre la SEC y la CFTC, que sigue atascada en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara. Antes de que se aprobara el proyecto de ley, los intercambios vivían en una zona cómoda pero frágil de “zona gris”, operando con directrices regulatorias temporales en lugar de una ley estatutaria sólida.
Actualmente, el proyecto de ley se ha convertido en un punto de lucha política entre republicanos y demócratas, y parece ser utilizado como un “arma” por ambos bandos.
Además, la derogación del Boletín de Contabilidad de Empleados nº 121 es de gran importancia. Esta norma contable exigía en su momento que los bancos incluyeran los activos cripto custodiales como pasivos en sus balances, impidiendo esencialmente que los bancos poseyeran criptomonedas. Su abolición es como abrir las compuertas, marcando que el capital institucional puede finalmente entrar en el mercado cripto sin temor a represalias regulatorias. Al mismo tiempo, han comenzado a surgir productos de seguros de vida denominados en Bitcoin y el futuro parece prometedor.
Viejo Mundo: Aversión natural al riesgo
Así como la Iglesia ha quemado científicos en la hoguera, las autoridades europeas actuales han promulgado leyes complejas y oscuras que pueden simplemente ahuyentar a los emprendedores. El abismo entre el espíritu joven vibrante y rebelde de América y la Europa rígida, conservadora y tambaleante nunca ha sido mayor. Cuando Bruselas tuvo la oportunidad de liberarse de su habitual rigidez, eligió descansar sobre sus cosas.
MiCA, implementado completamente a finales de 2025, es una “obra maestra” de intenciones burocráticas y un “desastre” de innovación.
MiCA se anuncia como un “marco integral”, un término que a menudo significa “tortura total” en el contexto de Bruselas. Realmente aporta claridad, tan clara que te dan ganas de huir.
El defecto fundamental de MiCA es la “clasificación errónea”: regula a los fundadores de criptomonedas como bancos soberanos. El coste del cumplimiento es lo suficientemente alto como para que la mayoría de las startups de criptomonedas fracasen.
Un memorando de Norton Roche disecciona objetivamente la ley:
Estructuralmente, MiCA es un “mecanismo exclusivo”. Impone una estructura de cumplimiento onerosa comparable a la Directiva II sobre los Mercados de Instrumentos Financieros II a los proveedores de servicios de criptoactivos, que tenía como objetivo regular a los gigantes financieros.
Bajo sus Títulos III y IV, la regulación impone estrictos requisitos de reservas de liquidez 1:1 a los emisores de stablecoins, prohibiendo efectivamente las stablecoins algorítmicas por medios legales (determinándolas como “insolventes” desde el principio). Esto por sí solo podría conllevar nuevos riesgos sistémicos: ¿imagina que Bruselas te declare “ilegal” de la noche a la mañana?
Además, los emisores de tokens “significativos” se enfrentarán a una regulación más estricta por parte de la Autoridad Bancaria Europea, incluyendo requisitos de capital que son prohibitivos para las startups. Hoy en día, es casi imposible abrir un negocio cripto en Europa sin un equipo de abogados de primer nivel y capital comparable al de los gigantes financieros tradicionales.
Para los intermediarios, la Parte 5 niega por completo los modelos de intercambio offshore y en la nube. Los proveedores de servicios deben establecer oficinas físicas en los Estados miembros de la UE, nombrar directores residentes que hayan superado la “prueba de idoneidad y corrección” e implementar una estricta custodia segregada de activos. El “libro blanco” exige que la documentación técnica se convierta en un folleto legalmente vinculante, y cualquier inexactitud u omisión material resultará en responsabilidad civil estricta, rompiendo por completo el “velo corporativo” del anonimato que tanto aprecia la industria. En lugar de eso, es mejor abrir un banco digital directamente.
Aunque MiCA introduce un “derecho de paso” que permite a los proveedores de servicios aprobados en un estado miembro operar en todo el EEE, esta “armonización” resulta costosa.
Ha construido un “foso” regulatorio que solo los actores institucionales extremadamente bien capitalizados pueden asumir los enormes costes de la integración AML, el monitoreo del abuso de mercado y la notificación prudencial.
MiCA no solo regula el mercado cripto europeo, sino que también evita esencialmente que emprendedores que carecen de recursos legales y financieros entren, que es precisamente la situación actual para la mayoría de los fundadores de criptomonedas.
Además de la legislación de la UE, el regulador alemán BaFin se ha reducido a un mediocre “papeleo de cumplimiento” cuya eficiencia solo se refleja en formalidades para una industria cada vez más declente. La ambición de Francia de convertirse en el “centro Web3” de Europa se ha topado con un muro construido por sí misma. Las startups francesas no escriben código, sino que “votan con los pies”. No pueden competir con la velocidad de Estados Unidos ni con la innovación de Asia, lo que lleva a un flujo masivo de talento hacia Dubái, Tailandia y Zúrich.
Pero el verdadero “sentín de muerte” es la prohibición de las stablecoins. La UE ha prohibido esencialmente las stablecoins no euro, como el USDT, alegando “proteger la soberanía monetaria”, lo que equivale a eliminar las zonas más fiables del ecosistema DeFi. La economía cripto global depende de las stablecoins para funcionar. Obligar a los traders europeos a usar “stablecoins en euros” ilíquidas que no son atendidas fuera de la zona euro equivale a cavar una “trampa de liquidez” para sí mismo.
El Banco Central Europeo y el Comité Europeo de Riesgos Sistémicos han instado a la UE a prohibir el modelo de “emisión múltiple” (es decir, las empresas globales de stablecoins tratan los tokens emitidos dentro y fuera de la UE como intercambiables). La ESRB, liderada por la presidenta del BCE Christine Lagarde, advirtió que los poseedores no comunitarios que operan con tokens emitidos por la UE podrían “amplificar riesgos financieros dentro de la UE”.
Al mismo tiempo, el Reino Unido está considerando establecer un límite de £20,000 para las stablecoins individuales, pero no hay regulación sobre las “shitcoins” más arriesgadas. Esta estrategia adversa al riesgo en Europa necesita urgentemente una revisión, o la regulación podría desencadenar un colapso sistémico.
La razón puede ser sencilla: Europa quiere que sus ciudadanos sigan vinculados al euro e incapaces de participar en la economía estadounidense para escapar de su propio estancamiento o incluso recesión. Según cita Reuters, el BCE advierte:
Las stablecoins podrían desviar valiosos depósitos minoristas de los bancos de la Eurozona, y cualquier corrida de stablecoins podría tener implicaciones generalizadas para la estabilidad financiera global.
Modelo ideal: el modelo suizo
Algunos países, libres de las cadenas de luchas partidistas, decisiones insensatas y leyes obsoletas, han evitado con éxito el dilema binario de la “sobrerregulación” y la “regulación insuficiente” y han encontrado la manera de ser inclusivos para todas las partes. Suiza es uno de esos modelos.
Su panorama regulatorio es diverso, eficaz y amigable, lo que la convierte en una de las favoritas tanto de profesionales como de usuarios:
Ley de Supervisión de Mercados Financieros: Promulgada en 2007, integrando reguladores bancarios, de seguros y de lucha contra el blanqueo de capitales para crear una Autoridad Suiza de Supervisión de Mercados Financieros independiente y unificada.
Derecho de Servicios Financieros: Centrarse en la protección del inversor y crear igualdad de condiciones para todo tipo de proveedores de servicios financieros mediante estrictos códigos de conducta, clasificación de clientes y divulgación de información.
Ley contra el Blanqueo de Capitales: Un marco central para combatir el delito financiero, aplicable a todos los intermediarios financieros (incluidos los proveedores de servicios cripto).
Ley de Tecnología de Registro Distribuido: aprobada en 2021, modificando diez leyes federales para reconocer formalmente el estatus legal de los criptoactivos.
Regulaciones para proveedores de servicios de activos virtuales: Aplicar estrictamente las normas del GAFI con una actitud de “tolerancia cero”.
Artículo 305 bis del Código Penal Suizo: Convertir el blanqueo de capitales en delito.
Estándar del sector: Publicado por la Capital Markets and Technology Association, no es obligatorio pero sí ampliamente adoptado.
Sistema regulatorio: legislación parlamentaria, normas de emisión de FINMA, supervisión diaria de las organizaciones autorreguladoras y la Oficina de Informes de Blanqueo de Capitales revisando los informes sospechosos y transfiriéndolos para su enjuiciamiento, con una estructura clara y facultades y responsabilidades claras.
Como resultado, el Valle de Zug se ha convertido en una “meca” para los emprendedores cripto. Su marco lógico no solo permite la innovación, sino que también proporciona un claro paraguas legal, proporcionando tranquilidad tanto a usuarios como a bancos dispuestos a asumir riesgos manejables.
América abraza y explota
La aceptación de las criptomonedas en el Nuevo Mundo no está impulsada únicamente por el deseo de innovación (Francia aún no ha podido enviar gente a la luna), sino más bien por una elección pragmática bajo presión financiera. Desde que cedió el dominio de Internet Web2 a Silicon Valley en los años 80, Europa parece ver Web3 como otra “base impositiva” a aprovechar, más que como una industria a cultivar.
Esta represión es estructural y cultural. En un contexto de envejecimiento poblacional y un sistema de pensiones saturado, la UE no puede tolerar el auge de una industria financiera competitiva que no está bajo su control. Esto recuerda a los señores feudales que encarcelaban o mataban a nobles locales para eliminar amenazas potenciales. Europa tiene una patética “tendencia autodestructiva” a impedir cambios descontrolados a costa del potencial de sus ciudadanos. Esto es extraño en Estados Unidos, donde la cultura americana promueve la competencia, el espíritu emprendedor y una voluntad faustica de poder.
MiCA no es un marco “de desarrollo”, sino una “sentencia de muerte”. Pretende garantizar que, si los ciudadanos europeos realizan transacciones con criptomonedas, estas deban hacerse dentro de la red nacional de vigilancia para garantizar que el gobierno “se lleve una parte del pastel”, como un monarca gordo intentando expulsar a los agricultores. Europa se está posicionando como la “colonia de lujo de consumo” y el “museo eterno” del mundo para que los estadounidenses sorprendidos vengan a rendir homenaje a un pasado irreversible.
Suiza, Emiratos Árabes Unidos y otros países han salido de fallos históricos y estructurales. No tienen el equipaje imperial de defender la moneda de reserva global, ni la inercia burocrática del G27. Generando “confianza” a través de la Ley de Tecnología de Libro Mayor Distribuido y otras, atraen a fundaciones con derechos fundamentales de propiedad intelectual como Ethereum, Solana, Cardano, etc. Los Emiratos no están muy atrás, y no es de extrañar que cada vez más franceses estén “invadiendo” Dubái.
Nos dirigimos hacia un periodo de “arbitraje jurisdiccional agresivo”.
La industria cripto estará geográficamente fragmentada: el lado del consumidor permanecerá en EE. UU. y Europa, sujeto a verificación completa de identidad, altos impuestos e integración con bancos tradicionales; La capa central del acuerdo se trasladará a jurisdicciones racionales como Suiza, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.
Los usuarios estarán en todo el mundo, pero fundadores, capitalistas de riesgo, protocolos y desarrolladores tendrán que plantearse abandonar su mercado de origen para encontrar un lugar mejor donde construir.
El destino de Europa podría reducirse a un “museo financiero”. Está creando un sistema legal glamuroso pero inútil para los ciudadanos, incluso fatal para los usuarios reales. No puedo evitar preguntar: tecnócratas en Bruselas, ¿alguna vez habéis comprado Bitcoin o transferido stablecoins entre cadenas?
Las criptomonedas se conviertan en un activo macro son inevitables, y Estados Unidos mantendrá su posición como centro financiero global. Con seguros denominados en Bitcoin, garantías de criptoactivos, reservas criptográficas, apoyo ilimitado de capital riesgo y un ecosistema dinámico de desarrolladores, Estados Unidos está construyendo el futuro.
Conclusión preocupante
En definitiva, el “valiente mundo nuevo” que Bruselas está construyendo no es como un marco digital coherente, sino más bien como un mosaico torpe que intenta injertar cláusulas de cumplimiento bancario del siglo XX en protocolos descentralizados del siglo XXI, y sus diseñadores son en su mayoría ingenieros que no saben nada del temperamento del BCE.
Debemos abogar activamente por un sistema alternativo que priorice las necesidades reales sobre el control administrativo. De lo contrario, acabaremos con la ya anémica economía europea.
Desafortunadamente, las criptomonedas no son las únicas víctimas de esta “paranoia del riesgo”. Es solo el último objetivo de una burocracia bien pagada y complaciente. Este grupo de personas deambula por los pasillos posmodernos y sin vida de la capital, y su pesada supervisión manual pone de manifiesto su falta de experiencia práctica. Nunca han experimentado la tediosidad de la verificación de cuentas, la prisa por solicitar un nuevo pasaporte ni las dificultades de solicitar una licencia comercial. Así que, mientras Bruselas está llena de los llamados “tecnócratas”, los fundadores y usuarios nativos de criptomoedas tienen que lidiar con un grupo de personas profundamente incompetentes que solo crean legislación perjudicial.
Europa debe girar y actuar ahora
Mientras la UE se limita con la burocracia, Estados Unidos está planeando activamente cómo “normalizar” DeFi y avanzar hacia un marco que beneficie a muchas partes. Un cierto grado de “recentralización” mediante la regulación es inevitable, y el colapso de FTX ya ha escrito advertencias en la pared.
Los inversores que han perdido mucho dinero ansían justicia; Necesitamos liberarnos del actual ciclo del “Lejano Oeste” de oleadas de meme coins, lagunas en puentes entre cadenas y caos regulatorio. Necesitamos una estructura que permita al capital tradicional (Sequoia, Bain, BlackRock, Citi, etc. ya han tomado la iniciativa) entrar de forma segura mientras protege a los usuarios finales del capital depredador.
Roma no se construyó en un día, pero tras 15 años de experimentación criptográfica, la base institucional sigue atrapada en el lodazal. El periodo de ventana para construir una industria cripto funcional se está cerrando rápidamente; Todo se perderá en la guerra de la vacilación y el compromiso, y se necesitará una regulación rápida, decisiva y integral en ambos lados del Atlántico.
Si este ciclo realmente llega a su fin, ahora es el momento perfecto para salvar la reputación de la industria y compensar a los inversores serios que han sido perjudicados por malos actores durante años.
Esos traders agotados de 2017, 2021 y 2025 exigen una liquidación completa y encontrar una solución definitiva al problema de las criptomonedas. Y, lo más importante, que los activos favoritos de nuestro mundo inauguren el nuevo récord histórico que merecen.
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Encrucijada regulatoria: Estados Unidos, Europa y el futuro de los criptoactivos
Escrito por: TradFiHater
Compilado por: AididiaoJP, Foresight News
Cuando el inventor de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, publicó un libro blanco, la minería era tan sencilla: cualquier jugador con un ordenador doméstico promedio podría acumular decenas de millones de dólares en riqueza en el futuro.
En un ordenador doméstico, podrías haber construido un enorme legado de riqueza que salvaría a las futuras generaciones del trabajo, ya que el potencial de retorno de Bitcoin es de hasta 250.000 veces.
Pero en aquel momento, la mayoría de los jugadores eran adictos a Halo 3 en Xbox, y solo unos pocos jóvenes usaban ordenadores domésticos para hacer una fortuna mucho más allá de los gigantes tecnológicos modernos. Napoleón construyó leyendas conquistando Egipto y Europa, y todo lo que tienes que hacer es hacer clic en “Empezar a minar”.
En 15 años, Bitcoin se ha convertido en un activo global, y su minería ha evolucionado hasta convertirse en una industria a gran escala que requiere miles de millones de dólares en financiación, hardware especializado y un enorme consumo energético. Hoy en día, la minería media de cada bitcoin consume 900.000 kWh.
Bitcoin ha dado lugar a un nuevo paradigma que contrasta radicalmente con el mundo familiar de las finanzas, gobernado por instituciones tradicionales. Puede que sea la primera rebelión real contra la élite desde el fracaso del movimiento Occupy Wall Street. Cabe destacar que Bitcoin nació precisamente después de la “Gran Crisis Financiera” de la era Obama, que se debió en gran medida a la complicidad de la banca de alto riesgo de “estilo casino”. La Ley Sarbanes-Oxley, presentada en 2002, pretendía evitar una repetición de la burbuja puntocom y, irónicamente, el colapso financiero de 2008 fue mucho peor que la anterior.
Quienquiera que fuera Satoshi Nakamoto, su invento llegó en el momento justo, una rebelión espasmódica pero reflexiva contra el poderoso y omnipresente sistema financiero tradicional.
Del desorden a la regulación: el ciclo de la historia
Antes de 1933, el mercado bursátil estadounidense estaba en gran medida sin regulación, dependiendo únicamente de las dispersas regulaciones de la “ley del cielo azul” de varios estados, lo que resultaba en una grave asimetría de información y la proliferación de transacciones falsas.
La crisis de liquidez de 1929 se convirtió en una “prueba de estrés” que aplastó este modelo, demostrando que la autorregulación descentralizada no podía contener el riesgo sistémico. El gobierno de EE. UU. llevó a cabo un “reinicio obligatorio” mediante las Leyes de Valores de 1933 y 1934: sustituyó el principio de “responsabilidad del comprador” por una agencia central de aplicación de la ley (SEC) y un sistema de divulgación obligatoria, estableciendo estándares legales uniformes para todos los activos públicos con el fin de restaurar la confianza del mercado en la solvencia del sistema. En el ámbito de las finanzas descentralizadas, estamos presenciando exactamente el mismo proceso desarrollándose.
Hasta hace poco, las criptomonedas operaban como activos de “banca en la sombra” sin permisos, funcionalmente similares al mercado bursátil estadounidense anterior a 1933, pero mucho más peligrosos debido a la total falta de regulación. Su gobernanza se basa principalmente en el código y el bombo, sin evaluar completamente los riesgos significativos que esta “bestia” puede suponer. Una serie de tormentas eléctricas en 2022 se han convertido en una “prueba de estrés al estilo de 1929” en el mundo cripto, lo que indica que la descentralización no equivale a ingresos ilimitados ni a una moneda estable. En cambio, crea un nodo de riesgo que puede abarcar múltiples clases de activos.
Estamos presenciando un cambio forzado en el espíritu del tiempo: el mundo cripto está pasando de un paradigma liberal, similar al de un casino, a una clase de activos cumplida. Los reguladores intentan dar un “giro en U” a las criptomonedas: mientras se legalicen, fondos, instituciones, plutócratas y el Estado pueden acapararlas como cualquier otro activo, gravándolas.
Este artículo pretende analizar los orígenes del “renacimiento institucionalizado” de las criptomonedas, un cambio inevitable. Nuestro objetivo es deducir el final lógico de esta tendencia e intentar pintar un cuadro de la forma final del ecosistema DeFi.
Aterrizaje de supervisión: paso a paso
Antes de que DeFi entrara en su primera verdadera “edad oscura” en 2021, su desarrollo inicial no estuvo dominado por nueva legislación, sino por la extensión de las leyes existentes por parte de agencias federales para cubrir los activos digitales.
La primera gran acción federal tuvo lugar en 2013: la Red de Aplicación de Delitos Financieros de EE. UU. clasificó los “intercambios” y “gestores” de criptomonedas como empresas de servicios monetarios, haciéndolos sujetos a la Ley de Secreto Bancario y a las regulaciones contra el blanqueo de capitales. 2013 puede considerarse como el año en que Wall Street “reconoció” por primera vez DeFi, y también allanó el camino para futuras regulaciones y supresiones.
En 2014, el IRS definió las monedas virtuales como “propiedad” en lugar de “dinero” (a efectos fiscales federales), lo que supone la posibilidad de impuestos sobre las ganancias de capital en cada transacción. En este punto, Bitcoin ha sido legalmente caracterizado, lo que también significa que se ha vuelto sujeto a impuestos, ¡lo cual dista mucho de su intención original “rebelde”.
A nivel estatal, el Estado de Nueva York introdujo en 2015 el controvertido BitLicense, el primer marco regulatorio que exige la divulgación por parte de las empresas de criptomonedas. Al final, la SEC cerró el carnaval con un “informe de investigación de la DAO”, confirmando que muchos tokens son valores no registrados bajo la “prueba Howey”.
En 2020, la Oficina del Contralor de la Moneda permitió brevemente a los bancos nacionales ofrecer servicios de custodia de criptomonedas, pero esta medida fue cuestionada posteriormente por la administración Biden como casi una “operación rutinaria” para sucesivos presidentes.
Las cadenas del viejo mundo: El camino de Europa
En el “viejo mundo” al otro lado del océano, las antiguas costumbres también dominan el desarrollo de las criptomonedas. Influenciado por la rígida tradición del derecho romano (muy diferente del sistema angloamericano de common law), prevaleció un ambiente anti-libertad individual, limitando las posibilidades del DeFi en una civilización regresiva. Debe recordarse que el espíritu estadounidense está fuertemente influenciado por la ética protestante, y este espíritu de autonomía ha moldeado la cultura emprendedora de Estados Unidos, sus ideas de libertad y su espíritu pionero.
En Europa, las tradiciones católicas, el derecho romano y los restos feudales se combinaron para dar lugar a culturas muy diferentes. Por lo tanto, no es sorprendente que países consolidados como Francia, Gran Bretaña y Alemania hayan tomado caminos diferentes. En una sociedad que prefiere la sumisión en lugar de asumir riesgos, las criptomonedas están destinadas a ser severamente suprimidas.
Los primeros días de las criptomonedas en Europa se definieron por una burocracia fragmentada más que por una visión unificada. La industria logró su primera victoria legal en 2015: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en un caso que las transacciones con Bitcoin estaban exentas de IVA, reconociendo esencialmente la naturaleza “monetaria” de las criptomonedas.
En ausencia de una legislación europea armonizada, los países regulaban su propio camino hasta que se introdujo el Reglamento de los Mercados de Criptoactivos. Francia ha establecido un marco nacional estricto a través de la Ley PACTE, Alemania ha introducido un sistema de licencias de custodia de criptomonedas, y Malta y Suiza se han apresurado a atraer empresas con regulaciones flexibles y favorables.
En 2020, la Quinta Directiva AML puso fin a esta era caótica al exigir una estricta autenticación de los clientes en toda la UE, eliminando esencialmente las transacciones anónimas. Finalmente, la Comisión Europea se dio cuenta de que los 27 conjuntos de normas contradictorias eran insostenibles y propuso la MiCA a finales de 2020, marcando el fin de la “era del parche” y el inicio de la era de la regulación armonizada.
¿El modelo estadounidense de “visión”?
La transformación del sistema regulatorio estadounidense no es realmente una reforma sistémica, sino más bien impulsada por líderes de opinión pública. El cambio de poder en 2025 trae una nueva filosofía: el mercantilismo supera al moralismo.
El lanzamiento por parte de Trump de su controvertida “meme coin” en diciembre de 2024 podría ser un evento histórico. Demuestra que la élite también está dispuesta a “hacer que las criptomonedas vuelvan a ser grandes”. Hoy en día, varios “papas cripto” están liderando el camino, comprometidos a luchar por una mayor libertad y espacio para fundadores, desarrolladores e inversores minoristas.
El mando de Paul Atkins en la SEC se parece más a un “cambio de régimen” que a un simple cambio de personal. Su predecesor, Gary Gensler, en su día veía la industria cripto con una actitud casi hostil y se convirtió en un “enemigo público” de una generación de profesionales de las criptomonedas. Un artículo de la Universidad de Oxford incluso analiza el dolor causado por las políticas de Gensler. Muchos creen que el desarrollo del espacio DeFi se ha retrasado durante varios años debido a su postura radical, y que los reguladores que se supone deben guiar la industria están gravemente desconectados de la industria.
Atkins no solo detuvo muchas demandas, sino que también pidió disculpas por la política anterior. El “proyecto cripto” que promovió es un ejemplo del giro flexible de la burocracia. El proyecto pretende establecer un sistema de divulgación extremadamente aburrido, estandarizado y completo que permita a Wall Street negociar criptoactivos como Solana como petróleo. Según Allen International Law Firm, el núcleo del programa incluye:
Establecer un marco regulatorio claro para la emisión de criptoactivos en Estados Unidos.
Garantizar la libertad de elección entre custodios y centros de negociación.
Fomentar la competencia en el mercado y promover el desarrollo de “superapps”.
Apoyar la innovación on-chain y las finanzas descentralizadas.
Establecer un mecanismo innovador de exención para garantizar la viabilidad comercial.
Quizá el cambio más crítico esté en el Tesoro. La exsecretaria del Tesoro Janet Yellen ha considerado las stablecoins como un riesgo sistémico. El actual secretario del Tesoro, Scott Bescent, un funcionario con mentalidad de fondo de cobertura, ve la esencia: los emisores de stablecoin son los “únicos nuevos compradores netos” de bonos del Tesoro estadounidense.
Bescent es muy consciente de la gravedad del déficit estadounidense. En el contexto de que los bancos centrales de todo el mundo están ralentizando la compra de bonos del Tesoro estadounidenses, la insaciable codicia de los emisores de stablecoins por los bonos del Tesoro a corto plazo es un gran beneficio para el nuevo Secretario del Tesoro. Cree que USDC, USDT, etc. no son competidores del dólar estadounidense, sino sus “oficiales de vanguardia”, extendiendo la hegemonía del dólar estadounidense a países donde las monedas fiduciarias han caído en picado y la gente prefiere tener stablecoins.
Otro ejemplo típico de “estar en reposo largo” es Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase. En una ocasión amenazó con despedir a cualquier empleado que negociara Bitcoin, pero ahora ha dado el “giro de 180 grados” más rentable de la historia financiera. JPMorgan Chase lanzó un negocio de hipotecas cripto en 2025, lo que se consideró una “bandera blanca levantada”. Según The Block:
El plan de JPMorgan para permitir que clientes institucionales utilicen Bitcoin y Ethereum como garantía para préstamos señala una mayor implicación en el espacio de las criptomonedas.
Bloomberg citó a personas familiarizadas con el asunto que afirmaron que el plan se implementará a nivel global y dependerá de un custodio externo para custodiar los activos de garantía.
Cuando Goldman Sachs y BlackRock empezaron a erosionar los ingresos por tasas de custodia de JPMorgan, la “guerra” terminó discretamente y los bancos ganaron la guerra por “no ir a la guerra”.
Finalmente, la senadora Cynthia Loomis, que antes era considerada una “luchadora solitaria contra las criptomonedas”, se ha convertido ahora en la defensora más firme del nuevo sistema de garantías en Estados Unidos. Su propuesta para una “reserva estratégica de Bitcoin” ha pasado de una teoría marginal en foros online a audiencias serias en el Congreso. Su llamada no hizo subir directamente el precio de Bitcoin, pero sus esfuerzos fueron sinceros.
El panorama legal en 2025 está compuesto por dos partes: “el polvo se ha asentado” y “aún pendiente”. El gobierno actual está tan entusiasmado con las criptomonedas que los principales despachos de abogados han creado servicios de seguimiento de políticas en tiempo real. Por ejemplo, el Rastreador de Políticas Cripto de EE. UU. de Latham & Watson se mantiene al día con los reguladores que trabajan duro para establecer nuevas regulaciones para DeFi. Sin embargo, todavía estamos en la “fase exploratoria”.
Actualmente, dos proyectos de ley dominan el debate en Estados Unidos:
Ley GENIUS: Aprobada en julio de 2025. El proyecto de ley marca el último movimiento de Washington para regular las stablecoins, la clase de criptoactivos más importante después de Bitcoin. Exige que las stablecoins estén respaldadas por reservas 1:1 del Tesoro, transformando las stablecoins de riesgo sistémico a herramientas geopolíticas similares al oro o al petróleo. El proyecto de ley esencialmente autoriza a emisores privados como Circle y Tether a convertirse en “compradores autorizados oficialmente” de bonos del Tesoro estadounidense, logrando así una situación en la que todos ganan.
Ley CLARITY: Este proyecto de ley sobre la estructura del mercado pretende aclarar la diferencia entre valores y materias primas y resolver la disputa de jurisdicción entre la SEC y la CFTC, que sigue atascada en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara. Antes de que se aprobara el proyecto de ley, los intercambios vivían en una zona cómoda pero frágil de “zona gris”, operando con directrices regulatorias temporales en lugar de una ley estatutaria sólida.
Actualmente, el proyecto de ley se ha convertido en un punto de lucha política entre republicanos y demócratas, y parece ser utilizado como un “arma” por ambos bandos.
Además, la derogación del Boletín de Contabilidad de Empleados nº 121 es de gran importancia. Esta norma contable exigía en su momento que los bancos incluyeran los activos cripto custodiales como pasivos en sus balances, impidiendo esencialmente que los bancos poseyeran criptomonedas. Su abolición es como abrir las compuertas, marcando que el capital institucional puede finalmente entrar en el mercado cripto sin temor a represalias regulatorias. Al mismo tiempo, han comenzado a surgir productos de seguros de vida denominados en Bitcoin y el futuro parece prometedor.
Viejo Mundo: Aversión natural al riesgo
Así como la Iglesia ha quemado científicos en la hoguera, las autoridades europeas actuales han promulgado leyes complejas y oscuras que pueden simplemente ahuyentar a los emprendedores. El abismo entre el espíritu joven vibrante y rebelde de América y la Europa rígida, conservadora y tambaleante nunca ha sido mayor. Cuando Bruselas tuvo la oportunidad de liberarse de su habitual rigidez, eligió descansar sobre sus cosas.
MiCA, implementado completamente a finales de 2025, es una “obra maestra” de intenciones burocráticas y un “desastre” de innovación.
MiCA se anuncia como un “marco integral”, un término que a menudo significa “tortura total” en el contexto de Bruselas. Realmente aporta claridad, tan clara que te dan ganas de huir.
El defecto fundamental de MiCA es la “clasificación errónea”: regula a los fundadores de criptomonedas como bancos soberanos. El coste del cumplimiento es lo suficientemente alto como para que la mayoría de las startups de criptomonedas fracasen.
Un memorando de Norton Roche disecciona objetivamente la ley:
Estructuralmente, MiCA es un “mecanismo exclusivo”. Impone una estructura de cumplimiento onerosa comparable a la Directiva II sobre los Mercados de Instrumentos Financieros II a los proveedores de servicios de criptoactivos, que tenía como objetivo regular a los gigantes financieros.
Bajo sus Títulos III y IV, la regulación impone estrictos requisitos de reservas de liquidez 1:1 a los emisores de stablecoins, prohibiendo efectivamente las stablecoins algorítmicas por medios legales (determinándolas como “insolventes” desde el principio). Esto por sí solo podría conllevar nuevos riesgos sistémicos: ¿imagina que Bruselas te declare “ilegal” de la noche a la mañana?
Además, los emisores de tokens “significativos” se enfrentarán a una regulación más estricta por parte de la Autoridad Bancaria Europea, incluyendo requisitos de capital que son prohibitivos para las startups. Hoy en día, es casi imposible abrir un negocio cripto en Europa sin un equipo de abogados de primer nivel y capital comparable al de los gigantes financieros tradicionales.
Para los intermediarios, la Parte 5 niega por completo los modelos de intercambio offshore y en la nube. Los proveedores de servicios deben establecer oficinas físicas en los Estados miembros de la UE, nombrar directores residentes que hayan superado la “prueba de idoneidad y corrección” e implementar una estricta custodia segregada de activos. El “libro blanco” exige que la documentación técnica se convierta en un folleto legalmente vinculante, y cualquier inexactitud u omisión material resultará en responsabilidad civil estricta, rompiendo por completo el “velo corporativo” del anonimato que tanto aprecia la industria. En lugar de eso, es mejor abrir un banco digital directamente.
Aunque MiCA introduce un “derecho de paso” que permite a los proveedores de servicios aprobados en un estado miembro operar en todo el EEE, esta “armonización” resulta costosa.
Ha construido un “foso” regulatorio que solo los actores institucionales extremadamente bien capitalizados pueden asumir los enormes costes de la integración AML, el monitoreo del abuso de mercado y la notificación prudencial.
MiCA no solo regula el mercado cripto europeo, sino que también evita esencialmente que emprendedores que carecen de recursos legales y financieros entren, que es precisamente la situación actual para la mayoría de los fundadores de criptomonedas.
Además de la legislación de la UE, el regulador alemán BaFin se ha reducido a un mediocre “papeleo de cumplimiento” cuya eficiencia solo se refleja en formalidades para una industria cada vez más declente. La ambición de Francia de convertirse en el “centro Web3” de Europa se ha topado con un muro construido por sí misma. Las startups francesas no escriben código, sino que “votan con los pies”. No pueden competir con la velocidad de Estados Unidos ni con la innovación de Asia, lo que lleva a un flujo masivo de talento hacia Dubái, Tailandia y Zúrich.
Pero el verdadero “sentín de muerte” es la prohibición de las stablecoins. La UE ha prohibido esencialmente las stablecoins no euro, como el USDT, alegando “proteger la soberanía monetaria”, lo que equivale a eliminar las zonas más fiables del ecosistema DeFi. La economía cripto global depende de las stablecoins para funcionar. Obligar a los traders europeos a usar “stablecoins en euros” ilíquidas que no son atendidas fuera de la zona euro equivale a cavar una “trampa de liquidez” para sí mismo.
El Banco Central Europeo y el Comité Europeo de Riesgos Sistémicos han instado a la UE a prohibir el modelo de “emisión múltiple” (es decir, las empresas globales de stablecoins tratan los tokens emitidos dentro y fuera de la UE como intercambiables). La ESRB, liderada por la presidenta del BCE Christine Lagarde, advirtió que los poseedores no comunitarios que operan con tokens emitidos por la UE podrían “amplificar riesgos financieros dentro de la UE”.
Al mismo tiempo, el Reino Unido está considerando establecer un límite de £20,000 para las stablecoins individuales, pero no hay regulación sobre las “shitcoins” más arriesgadas. Esta estrategia adversa al riesgo en Europa necesita urgentemente una revisión, o la regulación podría desencadenar un colapso sistémico.
La razón puede ser sencilla: Europa quiere que sus ciudadanos sigan vinculados al euro e incapaces de participar en la economía estadounidense para escapar de su propio estancamiento o incluso recesión. Según cita Reuters, el BCE advierte:
Las stablecoins podrían desviar valiosos depósitos minoristas de los bancos de la Eurozona, y cualquier corrida de stablecoins podría tener implicaciones generalizadas para la estabilidad financiera global.
Modelo ideal: el modelo suizo
Algunos países, libres de las cadenas de luchas partidistas, decisiones insensatas y leyes obsoletas, han evitado con éxito el dilema binario de la “sobrerregulación” y la “regulación insuficiente” y han encontrado la manera de ser inclusivos para todas las partes. Suiza es uno de esos modelos.
Su panorama regulatorio es diverso, eficaz y amigable, lo que la convierte en una de las favoritas tanto de profesionales como de usuarios:
Ley de Supervisión de Mercados Financieros: Promulgada en 2007, integrando reguladores bancarios, de seguros y de lucha contra el blanqueo de capitales para crear una Autoridad Suiza de Supervisión de Mercados Financieros independiente y unificada.
Derecho de Servicios Financieros: Centrarse en la protección del inversor y crear igualdad de condiciones para todo tipo de proveedores de servicios financieros mediante estrictos códigos de conducta, clasificación de clientes y divulgación de información.
Ley contra el Blanqueo de Capitales: Un marco central para combatir el delito financiero, aplicable a todos los intermediarios financieros (incluidos los proveedores de servicios cripto).
Ley de Tecnología de Registro Distribuido: aprobada en 2021, modificando diez leyes federales para reconocer formalmente el estatus legal de los criptoactivos.
Regulaciones para proveedores de servicios de activos virtuales: Aplicar estrictamente las normas del GAFI con una actitud de “tolerancia cero”.
Artículo 305 bis del Código Penal Suizo: Convertir el blanqueo de capitales en delito.
Estándar del sector: Publicado por la Capital Markets and Technology Association, no es obligatorio pero sí ampliamente adoptado.
Sistema regulatorio: legislación parlamentaria, normas de emisión de FINMA, supervisión diaria de las organizaciones autorreguladoras y la Oficina de Informes de Blanqueo de Capitales revisando los informes sospechosos y transfiriéndolos para su enjuiciamiento, con una estructura clara y facultades y responsabilidades claras.
Como resultado, el Valle de Zug se ha convertido en una “meca” para los emprendedores cripto. Su marco lógico no solo permite la innovación, sino que también proporciona un claro paraguas legal, proporcionando tranquilidad tanto a usuarios como a bancos dispuestos a asumir riesgos manejables.
América abraza y explota
La aceptación de las criptomonedas en el Nuevo Mundo no está impulsada únicamente por el deseo de innovación (Francia aún no ha podido enviar gente a la luna), sino más bien por una elección pragmática bajo presión financiera. Desde que cedió el dominio de Internet Web2 a Silicon Valley en los años 80, Europa parece ver Web3 como otra “base impositiva” a aprovechar, más que como una industria a cultivar.
Esta represión es estructural y cultural. En un contexto de envejecimiento poblacional y un sistema de pensiones saturado, la UE no puede tolerar el auge de una industria financiera competitiva que no está bajo su control. Esto recuerda a los señores feudales que encarcelaban o mataban a nobles locales para eliminar amenazas potenciales. Europa tiene una patética “tendencia autodestructiva” a impedir cambios descontrolados a costa del potencial de sus ciudadanos. Esto es extraño en Estados Unidos, donde la cultura americana promueve la competencia, el espíritu emprendedor y una voluntad faustica de poder.
MiCA no es un marco “de desarrollo”, sino una “sentencia de muerte”. Pretende garantizar que, si los ciudadanos europeos realizan transacciones con criptomonedas, estas deban hacerse dentro de la red nacional de vigilancia para garantizar que el gobierno “se lleve una parte del pastel”, como un monarca gordo intentando expulsar a los agricultores. Europa se está posicionando como la “colonia de lujo de consumo” y el “museo eterno” del mundo para que los estadounidenses sorprendidos vengan a rendir homenaje a un pasado irreversible.
Suiza, Emiratos Árabes Unidos y otros países han salido de fallos históricos y estructurales. No tienen el equipaje imperial de defender la moneda de reserva global, ni la inercia burocrática del G27. Generando “confianza” a través de la Ley de Tecnología de Libro Mayor Distribuido y otras, atraen a fundaciones con derechos fundamentales de propiedad intelectual como Ethereum, Solana, Cardano, etc. Los Emiratos no están muy atrás, y no es de extrañar que cada vez más franceses estén “invadiendo” Dubái.
Nos dirigimos hacia un periodo de “arbitraje jurisdiccional agresivo”.
La industria cripto estará geográficamente fragmentada: el lado del consumidor permanecerá en EE. UU. y Europa, sujeto a verificación completa de identidad, altos impuestos e integración con bancos tradicionales; La capa central del acuerdo se trasladará a jurisdicciones racionales como Suiza, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.
Los usuarios estarán en todo el mundo, pero fundadores, capitalistas de riesgo, protocolos y desarrolladores tendrán que plantearse abandonar su mercado de origen para encontrar un lugar mejor donde construir.
El destino de Europa podría reducirse a un “museo financiero”. Está creando un sistema legal glamuroso pero inútil para los ciudadanos, incluso fatal para los usuarios reales. No puedo evitar preguntar: tecnócratas en Bruselas, ¿alguna vez habéis comprado Bitcoin o transferido stablecoins entre cadenas?
Las criptomonedas se conviertan en un activo macro son inevitables, y Estados Unidos mantendrá su posición como centro financiero global. Con seguros denominados en Bitcoin, garantías de criptoactivos, reservas criptográficas, apoyo ilimitado de capital riesgo y un ecosistema dinámico de desarrolladores, Estados Unidos está construyendo el futuro.
Conclusión preocupante
En definitiva, el “valiente mundo nuevo” que Bruselas está construyendo no es como un marco digital coherente, sino más bien como un mosaico torpe que intenta injertar cláusulas de cumplimiento bancario del siglo XX en protocolos descentralizados del siglo XXI, y sus diseñadores son en su mayoría ingenieros que no saben nada del temperamento del BCE.
Debemos abogar activamente por un sistema alternativo que priorice las necesidades reales sobre el control administrativo. De lo contrario, acabaremos con la ya anémica economía europea.
Desafortunadamente, las criptomonedas no son las únicas víctimas de esta “paranoia del riesgo”. Es solo el último objetivo de una burocracia bien pagada y complaciente. Este grupo de personas deambula por los pasillos posmodernos y sin vida de la capital, y su pesada supervisión manual pone de manifiesto su falta de experiencia práctica. Nunca han experimentado la tediosidad de la verificación de cuentas, la prisa por solicitar un nuevo pasaporte ni las dificultades de solicitar una licencia comercial. Así que, mientras Bruselas está llena de los llamados “tecnócratas”, los fundadores y usuarios nativos de criptomoedas tienen que lidiar con un grupo de personas profundamente incompetentes que solo crean legislación perjudicial.
Europa debe girar y actuar ahora
Mientras la UE se limita con la burocracia, Estados Unidos está planeando activamente cómo “normalizar” DeFi y avanzar hacia un marco que beneficie a muchas partes. Un cierto grado de “recentralización” mediante la regulación es inevitable, y el colapso de FTX ya ha escrito advertencias en la pared.
Los inversores que han perdido mucho dinero ansían justicia; Necesitamos liberarnos del actual ciclo del “Lejano Oeste” de oleadas de meme coins, lagunas en puentes entre cadenas y caos regulatorio. Necesitamos una estructura que permita al capital tradicional (Sequoia, Bain, BlackRock, Citi, etc. ya han tomado la iniciativa) entrar de forma segura mientras protege a los usuarios finales del capital depredador.
Roma no se construyó en un día, pero tras 15 años de experimentación criptográfica, la base institucional sigue atrapada en el lodazal. El periodo de ventana para construir una industria cripto funcional se está cerrando rápidamente; Todo se perderá en la guerra de la vacilación y el compromiso, y se necesitará una regulación rápida, decisiva y integral en ambos lados del Atlántico.
Si este ciclo realmente llega a su fin, ahora es el momento perfecto para salvar la reputación de la industria y compensar a los inversores serios que han sido perjudicados por malos actores durante años.
Esos traders agotados de 2017, 2021 y 2025 exigen una liquidación completa y encontrar una solución definitiva al problema de las criptomonedas. Y, lo más importante, que los activos favoritos de nuestro mundo inauguren el nuevo récord histórico que merecen.