Los últimos datos de encuestas de noviembre revelan un cambio interesante en las preocupaciones de las pequeñas empresas. La calidad de la mano de obra sigue siendo el principal quebradero de cabeza para los empresarios, pero aquí está el giro: la inflación ha vuelto a ocupar el segundo lugar. ¿Por qué? La presión fiscal se ha suavizado en comparación con meses anteriores. Esta reorganización señala un cambio de prioridades a medida que las empresas navegan por las operaciones de fin de año. La escasez de mano de obra persiste mientras que las preocupaciones por la inflación se resisten a desaparecer por completo, dibujando un panorama complejo del sentimiento empresarial actual.