¿AGI? Sí, ya hemos resuelto ese enigma. La tecnología está justo allí.
Lo que nos falta no es el cerebro—es la cara. La interfaz adecuada. Un envoltorio que realmente tenga sentido para los humanos comunes.
Piénsalo: una tecnología innovadora no significa nada si nadie sabe cómo usarla. Necesitamos esa capa—la que convierte el poder bruto en algo que la gente pueda tocar, sentir, con lo que pueda interactuar.
¿La carrera ahora? No se trata de construir modelos más inteligentes. Se trata de quién lo presenta de la mejor manera.
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¿AGI? Sí, ya hemos resuelto ese enigma. La tecnología está justo allí.
Lo que nos falta no es el cerebro—es la cara. La interfaz adecuada. Un envoltorio que realmente tenga sentido para los humanos comunes.
Piénsalo: una tecnología innovadora no significa nada si nadie sabe cómo usarla. Necesitamos esa capa—la que convierte el poder bruto en algo que la gente pueda tocar, sentir, con lo que pueda interactuar.
¿La carrera ahora? No se trata de construir modelos más inteligentes. Se trata de quién lo presenta de la mejor manera.