La Vicegobernadora del Banco de Inglaterra, Sarah Breeden, anunció límites temporales en el uso de stablecoin, fijando un tope de £10,000-£20,000 para individuos y de £10 millones para empresas. Esta medida, destinada a proteger la estabilidad crediticia, enfrenta críticas de asociaciones cripto por ser costosa y potencialmente perjudicial para la competitividad del Reino Unido.