El largo maratón legislativo sobre las criptomonedas en el Congreso de Estados Unidos entra en su recta final. La principal impulsora, la senadora republicana Cynthia Lummis, declaró abiertamente en la Cumbre de Políticas de la Blockchain Association que espera que el Comité Bancario del Senado pueda “votar” la tan demorada Ley de Innovación Financiera Responsable (también conocida como Ley de Estructura de Mercados) la próxima semana. Admitió que el personal de ambos partidos está “agotado” por las repetidas revisiones del borrador y que el actual ritmo “no es sostenible”. Esta ley busca clarificar el reparto de competencias regulatorias entre la SEC y la CFTC respecto a las criptomonedas, siendo considerada la máxima prioridad política para el sector. Sin embargo, las discrepancias con la Casa Blanca sobre las “cláusulas éticas” y la presión por la proximidad del año electoral mantienen el destino de la ley en la cuerda floja.
Un tira y afloja legislativo de años
Para la industria cripto estadounidense, un marco regulatorio federal claro y completo es una “espada de Damocles” largamente esperada pero nunca concretada. La batalla central de esta legislación se concentra ahora en el Comité Bancario del Senado, que examina la Ley de Innovación Financiera Responsable. Esta ley se considera una respuesta y complemento a la Ley de Claridad de los Mercados de Activos Digitales de 2025, ya aprobada por la Cámara de Representantes en julio, y pretende establecer un sistema regulatorio integral que abarque emisión, negociación y custodia de activos digitales.
El reto principal reside en cómo delimitar las competencias entre la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). En términos simples, se trata de definir “qué tokens son valores, bajo la jurisdicción de la SEC; y cuáles son materias primas, bajo la CFTC”. La versión del Senado introduce el innovador concepto de “activos accesorios”, con el objetivo de ofrecer una vía no securitizada para aquellos tokens con utilidad funcional pero posibles atributos de inversión. No obstante, esta cuestión, que afecta a un mercado de billones de dólares y es de alta complejidad técnica, ha sufrido múltiples retrasos en el Congreso debido a cierres de gobierno, luchas partidistas y el lobby del sector.
La urgencia de la senadora Lummis en la cumbre refleja el punto álgido de este prolongado pulso. Reveló que los borradores bipartidistas han sido reescritos varias veces en las últimas semanas, lo que no solo inquieta al sector por la lentitud del proceso, sino que también ha agotado al personal legislativo encargado. “Nuestro equipo está exhausto”, afirmó Lummis. “(Estas revisiones continuas) ya no son sostenibles”. Junto a su colega demócrata Kirsten Gillibrand, persiguen como objetivo presentar el nuevo borrador antes de fin de semana, distribuirlo a la industria y a los senadores, y someterlo a votación en el comité la próxima semana.
El “ultimátum” de Lummis y la ansiedad del sector
“Es hora de presentar un producto final”. Esta frase de Lummis en la cumbre ha sido interpretada ampliamente como un “ultimátum” al proceso legislativo. El calendario propuesto es extremadamente ajustado: publicar el borrador esta semana y votar la próxima. En la dinámica legislativa del Congreso, la “votación” en comité es un paso clave: los miembros examinan, modifican y votan cada artículo, y solo tras su aprobación se envía al plenario del Senado.
Esta postura firme responde a varias presiones. Primero, la creciente ansiedad dentro del sector. Meses de negociaciones a puerta cerrada han dejado fuera a los representantes de la industria, sumiendo el proceso en la incertidumbre. Lummis reconoce que el sector ya está “inquieto” por la lentitud de los avances. Segundo, el desánimo crece también entre sus colegas congresistas. El senador republicano Bernie Moreno, en el mismo evento, se quejó de que el proceso es “bastante frustrante”, llegando a decir que preferiría no tener ninguna ley antes que una que deje enormes lagunas regulatorias.
La mayor presión proviene del implacable calendario. Varios senadores han advertido que si las negociaciones se prolongan hasta febrero de 2026, con el inicio pleno del ciclo electoral presidencial, el trabajo legislativo quedará prácticamente paralizado y la ley podría quedar relegada por un año entero. Los 43 días de cierre gubernamental ya consumieron un valioso tiempo, convirtiendo las pocas semanas previas al receso de fin de año en las “dos últimas semanas” críticas para la supervivencia de la ley.
Hitos clave en el proceso legislativo de la Ley de Estructura de Mercados Cripto de EE. UU.
Mayo de 2025: La Cámara de Representantes presenta oficialmente la Ley de Claridad de los Mercados de Activos Digitales.
Julio de 2025: La Cámara aprueba la ley; el Senado publica su borrador de discusión.
Septiembre-noviembre de 2025: Se produce un cierre gubernamental récord de 43 días, paralizando gravemente el proceso.
13 de noviembre de 2025: Termina el cierre gubernamental y se reanudan las negociaciones legislativas.
10 de diciembre de 2025 (próximamente): Lummis anuncia el objetivo de publicar el nuevo borrador antes de fin de semana y votar en comité la próxima semana.
Fecha potencial de votación: El presidente del Comité Bancario, Tim Scott, sugirió el 17 o 18 de diciembre.
Presión por plazos: Si no hay avances significativos antes de febrero de 2026, la ley podría quedar pospuesta indefinidamente por entrar en año electoral.
La negociación oculta con la Casa Blanca: la cláusula ética como nuevo escollo
Al margen de las negociaciones bipartidistas en el Congreso, se libra otra contienda más discreta y difícil con la Casa Blanca. Lummis reveló que, en representación de sus colegas demócratas del Senado, mantiene duras conversaciones con la Casa Blanca sobre la “cláusula ética” de la ley. Esta cláusula pretende impedir que altos cargos del gobierno obtengan beneficios de sectores bajo su jurisdicción regulatoria.
Aunque Lummis no dio detalles, se entiende que esta cláusula apunta directamente al expresidente Trump y a miembros de su familia, ampliamente involucrados en negocios cripto. Los demócratas quieren establecer una “muralla de fuego”. Sin embargo, la Casa Blanca rechaza esta propuesta. Según Lummis, la Casa Blanca devolvió el texto elaborado por ella y el senador demócrata Rubén Gallego con el comentario de que “podéis hacerlo mejor”, considerándolo “inaceptable”.
Además, los demócratas buscan un compromiso para que la Casa Blanca nombre miembros de su partido como comisarios en la CFTC y la SEC, garantizando así que estos organismos, tradicionalmente equilibrados entre partidos, no favorezcan en el futuro a un solo bando. La Casa Blanca aún no se ha comprometido al respecto. Estos obstáculos desde el Ejecutivo añaden nuevas incertidumbres al sprint final de la ley. Lummis actúa como “mediadora”, tratando de satisfacer las demandas demócratas y de convencer a la Casa Blanca, en unas negociaciones de enorme dificultad.
Significado y retos: una ley “más fuerte” pero más difícil
A pesar de las dificultades, los defensores de la ley confían plenamente en la importancia de su aprobación final. La senadora demócrata Gillibrand subraya que el borrador en el que trabaja el Senado será “muy sólido”, ya que aborda retos clave que ni siquiera la ley de la Cámara se atrevió a tratar, como la regulación de las plataformas DeFi. Señala que la Ley de Claridad de la Cámara ni siquiera menciona DeFi, mientras que la versión del Senado intenta afrontar este “hueso duro de roer”.
Y ahí radica precisamente el mayor reto. La esencia del DeFi es el código como ley y la ausencia de entidades centralizadas; cómo integrarlo en el marco regulatorio financiero tradicional sin sofocar la innovación ni el espíritu descentralizador es una cuestión que desconcierta a reguladores de todo el mundo. Si el Congreso estadounidense logra ofrecer una solución pionera, sería un referente global, pero exige un alto grado de inteligencia legislativa y consenso político.
En definitiva, si esta ley de estructura de mercado consigue atravesar el laberinto de funcionarios extenuados, partidos aún enfrentados, tensiones con la Casa Blanca y la cuenta atrás electoral, será el mayor espectáculo político de las próximas dos semanas en Washington para el criptoespacio mundial. No solo definirá el futuro regulatorio del sector en EE. UU., sino que influirá profundamente en la competencia global de los activos digitales.
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¡Último sprint para la ley cripto en EE. UU.! Lummis: El personal ya está exhausto, la votación debe realizarse la próxima semana
El largo maratón legislativo sobre las criptomonedas en el Congreso de Estados Unidos entra en su recta final. La principal impulsora, la senadora republicana Cynthia Lummis, declaró abiertamente en la Cumbre de Políticas de la Blockchain Association que espera que el Comité Bancario del Senado pueda “votar” la tan demorada Ley de Innovación Financiera Responsable (también conocida como Ley de Estructura de Mercados) la próxima semana. Admitió que el personal de ambos partidos está “agotado” por las repetidas revisiones del borrador y que el actual ritmo “no es sostenible”. Esta ley busca clarificar el reparto de competencias regulatorias entre la SEC y la CFTC respecto a las criptomonedas, siendo considerada la máxima prioridad política para el sector. Sin embargo, las discrepancias con la Casa Blanca sobre las “cláusulas éticas” y la presión por la proximidad del año electoral mantienen el destino de la ley en la cuerda floja.
Un tira y afloja legislativo de años
Para la industria cripto estadounidense, un marco regulatorio federal claro y completo es una “espada de Damocles” largamente esperada pero nunca concretada. La batalla central de esta legislación se concentra ahora en el Comité Bancario del Senado, que examina la Ley de Innovación Financiera Responsable. Esta ley se considera una respuesta y complemento a la Ley de Claridad de los Mercados de Activos Digitales de 2025, ya aprobada por la Cámara de Representantes en julio, y pretende establecer un sistema regulatorio integral que abarque emisión, negociación y custodia de activos digitales.
El reto principal reside en cómo delimitar las competencias entre la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). En términos simples, se trata de definir “qué tokens son valores, bajo la jurisdicción de la SEC; y cuáles son materias primas, bajo la CFTC”. La versión del Senado introduce el innovador concepto de “activos accesorios”, con el objetivo de ofrecer una vía no securitizada para aquellos tokens con utilidad funcional pero posibles atributos de inversión. No obstante, esta cuestión, que afecta a un mercado de billones de dólares y es de alta complejidad técnica, ha sufrido múltiples retrasos en el Congreso debido a cierres de gobierno, luchas partidistas y el lobby del sector.
La urgencia de la senadora Lummis en la cumbre refleja el punto álgido de este prolongado pulso. Reveló que los borradores bipartidistas han sido reescritos varias veces en las últimas semanas, lo que no solo inquieta al sector por la lentitud del proceso, sino que también ha agotado al personal legislativo encargado. “Nuestro equipo está exhausto”, afirmó Lummis. “(Estas revisiones continuas) ya no son sostenibles”. Junto a su colega demócrata Kirsten Gillibrand, persiguen como objetivo presentar el nuevo borrador antes de fin de semana, distribuirlo a la industria y a los senadores, y someterlo a votación en el comité la próxima semana.
El “ultimátum” de Lummis y la ansiedad del sector
“Es hora de presentar un producto final”. Esta frase de Lummis en la cumbre ha sido interpretada ampliamente como un “ultimátum” al proceso legislativo. El calendario propuesto es extremadamente ajustado: publicar el borrador esta semana y votar la próxima. En la dinámica legislativa del Congreso, la “votación” en comité es un paso clave: los miembros examinan, modifican y votan cada artículo, y solo tras su aprobación se envía al plenario del Senado.
Esta postura firme responde a varias presiones. Primero, la creciente ansiedad dentro del sector. Meses de negociaciones a puerta cerrada han dejado fuera a los representantes de la industria, sumiendo el proceso en la incertidumbre. Lummis reconoce que el sector ya está “inquieto” por la lentitud de los avances. Segundo, el desánimo crece también entre sus colegas congresistas. El senador republicano Bernie Moreno, en el mismo evento, se quejó de que el proceso es “bastante frustrante”, llegando a decir que preferiría no tener ninguna ley antes que una que deje enormes lagunas regulatorias.
La mayor presión proviene del implacable calendario. Varios senadores han advertido que si las negociaciones se prolongan hasta febrero de 2026, con el inicio pleno del ciclo electoral presidencial, el trabajo legislativo quedará prácticamente paralizado y la ley podría quedar relegada por un año entero. Los 43 días de cierre gubernamental ya consumieron un valioso tiempo, convirtiendo las pocas semanas previas al receso de fin de año en las “dos últimas semanas” críticas para la supervivencia de la ley.
Hitos clave en el proceso legislativo de la Ley de Estructura de Mercados Cripto de EE. UU.
La negociación oculta con la Casa Blanca: la cláusula ética como nuevo escollo
Al margen de las negociaciones bipartidistas en el Congreso, se libra otra contienda más discreta y difícil con la Casa Blanca. Lummis reveló que, en representación de sus colegas demócratas del Senado, mantiene duras conversaciones con la Casa Blanca sobre la “cláusula ética” de la ley. Esta cláusula pretende impedir que altos cargos del gobierno obtengan beneficios de sectores bajo su jurisdicción regulatoria.
Aunque Lummis no dio detalles, se entiende que esta cláusula apunta directamente al expresidente Trump y a miembros de su familia, ampliamente involucrados en negocios cripto. Los demócratas quieren establecer una “muralla de fuego”. Sin embargo, la Casa Blanca rechaza esta propuesta. Según Lummis, la Casa Blanca devolvió el texto elaborado por ella y el senador demócrata Rubén Gallego con el comentario de que “podéis hacerlo mejor”, considerándolo “inaceptable”.
Además, los demócratas buscan un compromiso para que la Casa Blanca nombre miembros de su partido como comisarios en la CFTC y la SEC, garantizando así que estos organismos, tradicionalmente equilibrados entre partidos, no favorezcan en el futuro a un solo bando. La Casa Blanca aún no se ha comprometido al respecto. Estos obstáculos desde el Ejecutivo añaden nuevas incertidumbres al sprint final de la ley. Lummis actúa como “mediadora”, tratando de satisfacer las demandas demócratas y de convencer a la Casa Blanca, en unas negociaciones de enorme dificultad.
Significado y retos: una ley “más fuerte” pero más difícil
A pesar de las dificultades, los defensores de la ley confían plenamente en la importancia de su aprobación final. La senadora demócrata Gillibrand subraya que el borrador en el que trabaja el Senado será “muy sólido”, ya que aborda retos clave que ni siquiera la ley de la Cámara se atrevió a tratar, como la regulación de las plataformas DeFi. Señala que la Ley de Claridad de la Cámara ni siquiera menciona DeFi, mientras que la versión del Senado intenta afrontar este “hueso duro de roer”.
Y ahí radica precisamente el mayor reto. La esencia del DeFi es el código como ley y la ausencia de entidades centralizadas; cómo integrarlo en el marco regulatorio financiero tradicional sin sofocar la innovación ni el espíritu descentralizador es una cuestión que desconcierta a reguladores de todo el mundo. Si el Congreso estadounidense logra ofrecer una solución pionera, sería un referente global, pero exige un alto grado de inteligencia legislativa y consenso político.
En definitiva, si esta ley de estructura de mercado consigue atravesar el laberinto de funcionarios extenuados, partidos aún enfrentados, tensiones con la Casa Blanca y la cuenta atrás electoral, será el mayor espectáculo político de las próximas dos semanas en Washington para el criptoespacio mundial. No solo definirá el futuro regulatorio del sector en EE. UU., sino que influirá profundamente en la competencia global de los activos digitales.